Históricamente el término “intelectual” ha evolucionado con el tiempo y puede abarcar una variedad de significados según el contexto histórico y cultural en el que se utilice, llegando incluso en algunas circunstancias y sociedades a “estirarse” el término hasta limites francamente risibles.
Una definición mas o menos sencilla aplicable a la época actual sería la de “persona que se dedica al estudio y la reflexión crítica sobre las ciencias, las letras y la realidad, y comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella, alcanzando cierto estatus de autoridad ante la opinión pública”.
Los intelectuales no son exclusivos de determinada área, pueden surgir en diversos ámbitos, como la academia, la literatura, la ciencia, el arte, el periodismo y la política, entre otros y su contribución a la sociedad va más allá de la simple acumulación de conocimiento, ya que también se esfuerzan por crear conciencia sobre cuestiones sociales, políticas y culturales, y definitivamente pueden influir en la opinión pública y en el debate de ideas.
Una obviedad, el ser reconocido como intelectual no es garantía de ser poseedor de la verdad absoluta, A lo largo de la historia, los intelectuales han estado asociados con diversas corrientes ideológicas y políticas y su posicionamiento ha variado según el contexto histórico y cultural. En determinadas épocas y circunstancias grandes intelectuales han apoyado gobiernos totalitarios, mientras que en otros han abogado por la democracia y los derechos humanos.
La afinidad de algunos intelectuales hacia ciertas ideologías, como la izquierda, ha sido una característica común entre algunos intelectuales que han encontrado en esa pose un lucrativo modo de vida. Sin embargo, es importante señalar que “izquierda” es un término bastante amplio y lo suficientemente elástico como para abarcar una variopinta colección de posturas políticas.
Curiosamente a pesar de los fracasos históricos del socialismo real y del comunismo en cuanto país se intentó aplicar , algunos intelectuales todavía encuentran atractiva la ideología de izquierda. Hay varias razones que pueden explicar esta persistencia:
-Una especie de compromiso con la justicia social. Algunos intelectuales , por alguna oscura razón, se preocupan por las desigualdades sociales y económicas, y buenamente creen que la izquierda ofrece una visión más igualitaria y justa de la sociedad.
-Otros ven ven al capitalismo como la reencarnación de Satanás, un sistema que perpetúa la desigualdad y explotación, e ingenuamente creen que la izquierda es una alternativa para abordar estos problemas.
-Por mera tradición intelectual: La afinidad hacia la izquierda puede estar influenciada por una tradición intelectual arraigada en ciertos círculos académicos y culturales, que, impermeable a todo datos que la contradiga , ha sido transmitida de generación en generación.
Si bien no todos los intelectuales se identifican con la izquierda ni comparten las mismas visiones políticas o ideológicas si ha sido una constante esta inclinación hacia la izquierda. Vale la pena recordar que un buen número de escritores e intelectuales europeos inicialmente simpatizaron o apoyaron a la Unión Soviética, pero más tarde se volvieron críticos feroces de su régimen totalitario y represivo. George Orwell es uno de los ejemplos más conocidos, pero hay otros que también se destacaron por este cambio en sus opiniones. Aquí algunos de ellos:
Arthur Koestler: Escritor y periodista húngaro-británico, inicialmente simpatizó con el comunismo y llegó a unirse al Partido Comunista Alemán. Sin embargo, después de visitar la Unión Soviética en la década de 1930 y ver de primera mano la represión y los abusos del régimen estalinista, se desilusionó profundamente del comunismo y se convirtió en un crítico acérrimo de dicha ideología .
André Gide: Escritor francés y Nobel de Literatura en 1947, inicialmente mostró simpatía por la Revolución Rusa y el comunismo. Sin embargo, después de visitar la Unión Soviética y ver la realidad del régimen de Stalin, se desilusionó y criticó públicamente la represión y la falta de libertad bajo el gobierno soviético.
Karl Radek: Político y periodista alemán, inicialmente fue un destacado miembro del Partido Comunista Alemán y uno de los colaboradores cercanos de Lenin. Sin embargo, después de la muerte de Lenin y la llegada de Stalin al poder, Radek se volvió crítico con la deriva autoritaria del régimen comunista en la URSS.
Finalmente podemos concluir que en la actualidad, el intelectual es una figura importante en la sociedad, caracterizada por su búsqueda de conocimiento, análisis crítico y compromiso con la difusión de ideas. Su papel puede abarcar diferentes áreas, y su posicionamiento ideológico puede variar según su contexto, experiencia y por que no, ambiciones personales. Es fundamental reconocer y respetar la diversidad de opiniones dentro de este grupo y mantener un diálogo constructivo y respetuoso entre las diferentes corrientes de pensamiento. Definitivamente el dogmatismo no va con la etiqueta de “intelectual”