Se puede decir que la inteligencia artificial se ha metido ya hasta la cocina de nuestros hogares, pero aún representa un desafío en muchos sentidos para las humanidades y las ciencias sociales. Cuando tuvimos a nuestro alcance los primeros teléfonos celulares nadie imaginó –ni siquiera sus creadores– la exorbitante evolución que han tenido. Cuando surgió la Internet, nadie podría soñar hasta dónde llegaría su penetración en nuestras vidas y cómo ha modificado nuestros hábitos de trabajo e incluso de pensamiento.
Mientras vivimos el confinamiento de la Covid-19, en laboratorios de investigación tecnológica se desplegaba la tecnología indispensable para que tuviéramos a nuestro alcance la inteligencia artificial que hoy está por doquier. Aunque hay varios contextos y diversas acepciones de la palabra, con el término ‘inteligencia artificial’ uno se suele referir a la capacidad de una computadora para “imitar” o “representar” procesos cognitivos humanos, como el aprendizaje y el razonamiento. Esto se logra mediante algoritmos que hacen posible que una computadora aprenda, ensaye, discierna y tome decisiones sin la necesidad de ser programada particularmente para ello por un ser humano.
¿Hasta dónde llegará? Imposible hacer un pronóstico, como no se podía conjeturar realmente nada con relación a los objetos tecnológicos que actualmente pueblan nuestras vidas.
El presente es un ensayo filosófico que pretende examinar el lado no siempre visible de la generación de esa tecnología, pero que ha apasionado a investigadores de diversas áreas. Esto es así porque todo el mundo parece estar de acuerdo en que la inteligencia artificial es en realidad un compendio de dominios científicos convergentes.
En el texto hemos tratado de mostrar cómo la información es un elemento clave en la compleja relación entre diferentes niveles de análisis en el conocimiento y el saber. Por un lado, hacemos una caracterización de la información que recibimos en dos grandes dinámicas: como la información que recibimos en tanto que especie y la información que procesamos como individuos, a través de nuestra cultura y creencias. Ambas nos definen y nos permiten comprender el mundo que nos rodea.
Por otro lado, exploramos los marcos epistémicos en los que se determina lo que se puede conocer y lo que no. Se trata de sistemas de creencias que cambian a lo largo de la historia y siempre tienen un impacto en la sociedad. La cuestión es examinar cómo las comunidades sociales se han llegado a relacionar con la tecnología digital.
Asumimos que la inteligencia artificial es realmente un campo de investigación importantemente interdisciplinario. Esto se debe a que la inteligencia artificial se ocupa de la creación de sistemas inteligentes que puedan simular el pensamiento humano, lo que implica la utilización de técnicas y métodos de la informática, la matemática, la psicología cognitiva y la filosofía de la mente, entre otras disciplinas. Quizá la parte más visible de ello es la informática, un dominio fundamental para el desarrollo de algoritmos y programas que permitan a las máquinas procesar y analizar grandes cantidades de datos. A este respecto, hemos puntualizado cómo diversos sistemas de lógica se han conjugado para desplegar la inteligencia artificial, desde la lógica clásica hasta la lógica de la revisión de creencias y la lógica difusa. Esta parte es importante porque ha permitido entender un poco más cómo funcionan nuestros sistemas de representación y de tomas de decisiones. También nos advierten de los límites formales que tiene la inteligencia artificial.
En este sentido, la matemática es necesaria para el desarrollo de modelos formales que permitan a los sistemas de inteligencia artificial predecir y planificar acciones. Como iremos examinando, los modelos lógicos del Lenguaje Natural son de capital importancia y para ello se requiere de la convergencia de varios especialistas en lingüística y otros campos de la semiología. Según la teoría matemática de la mente, el procesamiento del lenguaje se puede entender como una serie de operaciones lógicas y matemáticas que ocurren en el cerebro humano.
Cuando leemos una oración, nuestro cerebro analiza su estructura gramatical, identifica las palabras individuales y sus significados y luego sintetiza esta información para crear un significado completo. Este proceso se puede entender como una serie de operaciones matemáticas, como la identificación de patrones y la resolución de ecuaciones. La lingüística, desde Chomsky, muestra múltiples caminos, que no solo revelan aplicaciones hacia la inteligencia artificial, sino muestran qué clase de criaturas somos (según el título de un libro del lingüista norteamericano). La creatividad humana está en una combinación compleja entre estructuras dadas y la generación de nuevas estructuras, como lo advirtió J. Piaget bajo la idea de la dinámica de una equilibración mayor sin límites.
Complejidad quiere decir el paso de un sistema complejo a otro todavía más complejo, según lo puntualizó E. Morin, entre otros. El par dialéctico entre génesis y estructura, comprobado por equipos de neurocientíficos que explican la plasticidad del cerebro humano y la superación de fronteras en relación con alguna tarea, un objetivo o cierto sistema de creencias. M. Nicolelis va despuntando con innovadoras ideas que dan renovadas bases a lo que pensaron Gödel, Piaget, Chomsky y Morin.
Asimismo, en el presente texto tratamos de dar cuenta del papel de la psicología cognitiva en su colaboración con la inteligencia artificial. Y es que la psicología cognitiva estudia los procesos mentales involucrados en la percepción, la atención, la memoria, el pensamiento y el lenguaje. Por ello resulta fundamental para la inteligencia artificial, ya que los sistemas inteligentes deben ser capaces de imitar estos procesos mentales para poder simular el pensamiento humano. En consonancia con ello, ha permitido el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial que pueden aprender y retener información.
Además, la también ha sido útil en el desarrollo de sistemas de procesamiento del Lenguaje Natural, que imitan el modo en que los seres humanos procesamos el lenguaje y han permitido la creación de chatbots y otros sistemas de conversación en línea, que cada día se hacen más populares y utilizados en muy variadas situaciones.
Hacemos una exploración histórica y analítica de la filosofía de la mente. Lo hacemos porque la filosofía de la mente ha sido fundamental para la inteligencia artificial: se ocupa de cuestiones centrales en el desarrollo de sistemas inteligentes, tales como la naturaleza de la cognición y la conciencia, el lenguaje y la comunicación, la toma de decisiones, entre otras. Junto con técnicos e ingenieros especializados, la filosofía de la mente ha coadyuvado a la creación de modelos teóricos en la inteligencia artificial, como las redes neuronales artificiales, que imitan la estructura y funcionamiento del cerebro humano. También ha sido importante a filosofía de la mente para la comprensión del lenguaje y la comunicación, lo que ha permitido el desarrollo de sistemas de procesamiento del lenguaje natural y la creación de varios sistemas de conversación en línea. Al mismo tiempo, uno de sus temas principales es el dualismo o el no dualismo de la mente y el cuerpo, un asunto claramente filosófico.
Repasar los logros y los problemas que se presentan en estas áreas, solo ha tenido el propósito en el presente texto: poner sobre el tapete de la discusión los senderos que las humanidades y las ciencias sociales han venido convergiendo en relación con los procesos de la inteligencia artificial. Para ello hemos tratado de poner en contexto las situaciones y los marcos de creencias que, de una manera no lineal, han conducido en buena medida a la situación actual de la inteligencia artificial.
El libro que el lector tiene en sus manos (o en su pantalla) es solamente una aproximación histórica y filosófica de las situaciones que ha sorteado la inteligencia artificial en convergencia con dominios que no son ajenos a nuestras universidades.