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martes 03 diciembre 2024

¡No me quiero morir!

por Claudia Castello Rebollar

“¡No me quiero morir!” gritaba Dante Emiliano mientras se retorcía de dolor en la banqueta afuera de la casa de su abuela, “Me quedo sin aire”, repetía una y otra vez, producto de los tres disparos que había recibido unos momentos antes. El video estremece a cualquiera que lo vea, un niño de 12 años revolcándose de dolor, rodeado de vecinos que desesperados y confundidos, no atinaban más que a presionar las heridas de las balas, con la intención de detener un sangrado que ni siquiera manaba.

La tarde del pasado martes 21, en el municipio de Paraíso, Tabasco, Emiliano tomó una llamada, después de la cual salió a la calle y dialogó con unos hombres que estaban dentro de un carro afuera de la casa de su abuela, después de unos momentos se dio un forcejeo pues dichos hombres intentaron subirlo al automóvil, a lo que el niño se resistió y por este motivo recibió tres impactos de bala en su cuerpo, quedando tirado ante la mirada atónita de vecinos y transeúntes que intentaron ayudarlo sin éxito, pues el menor murió horas después en el hospital regional de PEMEX.

A pesar de que en un primer momento se habló de que el asesinato se había dado en un intento de secuestro de Claudia Hernández, mamá del niño, ayer el gobernador Carlos Manuel Merino Campos se encargó de desmentir esa versión, pues su mamá no estaba en el lugar. Sin embargo, tres días después no hay ningún detenido ni una línea de investigación clara que indique el motivo de este desgarrador asesinato. El gobernador hasta 48 horas después de la tragedia, no había enviado condolencias a los familiares del niño y en diversas entrevistas, se dedicó a quejarse de “golpeteo político”, en lugar de dar con los responsables.

Hace apenas un par de semanas, el presidente López Obrador, en su conferencia matutina, fiel a su reflejo de negar la realidad, señalaba: “no hay más violencia [en el país], hay más homicidios”, ¡pero por favor, a quién se le ocurre decir semejante disparate, los homicidios son violencia! Y este nuevo “argumento” del inquilino de Palacio Nacional se debe a que ya no tiene forma de negar que su sexenio es el que más homicidios ha registrado en toda nuestra historia (173,378), lo quiera aceptar o no, el gobierno de la supuesta cuarta transformación, no logró contener los homicidios, sino por el contrario, rompió todos los récords.

Es una vergüenza y una infamia que se siga tratando de tapar el sol con un dedo, que se continúe culpando al pasado cuando ya casi se termina su sexenio, ¡basta!, el gobierno federal debe hacerse responsable de la que es, sin duda alguna, la mayor preocupación de la población mexicana: la violencia criminal. Morena debe dejar de culpar a los demás, como el gobernador interino que, en lugar de resolver el caso, se la ha pasado victimizándose al señalar que es objeto de “ataques políticos”. No puede decir eso y menos él, que si es gobernador en funciones se debe justo a que el gobernador elegido en urnas, Adán Augusto López, cercanísimo del presidente de la república, prefirió abandonar al pueblo tabasqueño, pues hace tres meses todavía se paseaba por todo el país en medio de su opulenta precampaña presidencial.

¡No me quiero morir repetía Dante Emiliano, y no debió morir! apenas iniciaba su vida, debió terminar su secundaria, jugar y divertirse mucho, soñar con ser grande y alcanzar sus sueños. Pero no, no en un país donde el gobierno está en guerra permanente con la verdad, donde niega con impunidad la descarnada realidad, no donde más de 4 mil niñas y niños han sido asesinados a balazos en el actual sexenio y donde frente al relevo en el gobierno, el oficialismo ofrece “continuidad”. ¡No, no lo aceptemos! No normalicemos el asesinato de nuestras niñas y niños a raíz de la violencia de los criminales y de la indolencia de los gobernantes.

¿Qué nuevo pretexto van a querer esgrimir? No podrán decir que se trató “de un choque entre bandas criminales”, porque Emiliano era sólo un niño que cursaba primero de secundaria y a quien su maestra lo describe como un niño alegre. Es hora de que el gobierno de la transformación de cuarta reconozca lo que dijo la mamá de Emiliano a un medio de comunicación: que al presidente “se le salió de las manos la delincuencia”. Se le salió de las manos, pero no sólo la violencia, sino también el corazón, pues la indolencia que muestra es infinita. No podemos dejar que esto siga pasando, es hora de que la ciudadanía actúe y ponga en su lugar a este gobierno inepto y además infame. ¡Justicia para Emiliano!

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