Noam Chomsky y los perros

Hace un par de décadas todavía era considerado un insulto para los humanos compararlos con los perros. En la actualidad, los peludos (ya no hay que decirles perros) gozan de mejor reputación que mujeres y hombres. Por eso no es un insulto si digo que cuando un lomito ladra hay otros tantos que ladran también sin conocer el motivo. Solo ladran, gruñen y mueven la colita. A esa figura me remito para representar las lágrimas de cocodrilo o las evocaciones doctas sobre un hombre que tiene más fama que solidez intelectual. Noam Chomsky hoy fue el traje a la medida del snobismo y la ignorancia de quienes pretenden aparecer como cultos sin leer. “MUERE CHOMSKY”, propagó una cuenta de X que se dedica a difundir bulos y de inmediato los lomitos ladraron (ya quedamos en que eso no es insulto) hasta que después, muchos sin rubor alguno, limpiaron sus lágrimas de plañidera. Y a otra cosa mariposa, ya mañana serán expertos en etimología. Por eso, tal vez, solo tal vez, son mejores los perros a los humanos, porque estos no tienen más horizonte que el de sus propias limitaciones, mientras que los humanos desdeñar su capacidad de pensar, incluso hasta para corroborar un hecho antes de ladrar, quise decir, hablar.

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