jueves 21 noviembre 2024

Peluches (perdidos) en el espacio

por María Cristina Rosas

No, no es broma. El envío de mascotas de peluche o muñecos al espacio ultraterrestre es muy común. Yuri Gararin, el primer ser humano en viajar al espacio ultraterrestre a bordo de la nave Vostok 1, llevaba un muñeco con él que al empezar a flotar indicaba que el vehículo ya había alcanzado la gravedad cero. Claro que muchos consideran a los muñecos y peluches como amuletos e incluso se les emplea con fines propagandísticos. Para las empresas que fabrican a los muñecos, también es una manera de incrementar sus ventas. Los centros educativos buscan interesar a los estudiantes en la ciencia y ¿por qué no?, en hacer una carrera que l@s lleve al espacio ultraterrestre.

Sea cual sea la finalidad, Gagarin inauguró una práctica que pervive al día de hoy y que rara vez ha ocupado los titulares de los medios de comunicación, al menos hasta recientemente cuando Snoopy, el beagle más famoso del mundo, fue llevado y traído de vuelta a bordo de la cápsula Orion Artemis 1 en el mes de diciembre de 2022. La cápsula fue a y regresó de una misión a la Luna. En enero del presente año se dieron a conocer las imágenes del icónico personaje creado por Charles M. Chultz y los detalles de la misión. A Snoopy lo vistieron con el atuendo que usan los astronautas estadunidenses en sus misiones -el famoso traje naranja- y las fotografías que muestran al perrito flotando en la cabina de la nave al alcanzar la gravedad cero han generado fascinación en todo el mundo. Pero no es la primera ocasión en que Snoopy viaja al infinito y más allá De hecho, en las tiras cómicas de Schultz Carlitos y Snoopy viajaron al espacio ultraterrestre en 1969.

Numerosos muñecos y juguetes célebres han alcanzado la gravedad cero. En 1978, la nave soviética Salyut 6 llevó a bordo a la mascota olímpica más icónica en la historia moderna de los Juegos Olímpicos: Misha, a quien los rusos de hoy siguen recordando con cariño. No es para menos: el osito Misha fue elaborado por el ilustrador ruso de cuentos para niños Víktor Chizhikov tras un concurso en el que su creación fue elegida por el carácter amistoso, tierno y empático que le imprimió al osito. El viaje de Misha al espacio ultraterrestre fue ampliamente publicitado por las autoridades soviéticas las que en 1980 debieron enfrentar un boicot olímpico que impidió que 65 naciones, entre ellas Estados Unidos, participaran en las justas deportivas en protesta por la invasión soviética de Afganistán. Ni hablar. Aun así, las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de 1980 son recordadas por el protagonismo y carisma de Misha.

Es común que los muñecos y peluches viajen dentro de las cápsulas espaciales. Sin embargo, en abril de 2016, en una escuela primaria de Morecambe Bay en el Reino Unido se llevó a cabo un experimento con el propósito de mostrar a los pequeños el momento en que se puede llegar a la gravedad cero. En esta ocasión se hizo un experimento con un perro blanco de peluche llamado Sam, quien fue atado a un globo de helio y se anexó una cámara GoPro la cual grabó el ascenso del perrito, llegando a registrar la curvatura de la Tierra, para que luego el globo reventara. El equipo de Sam fue recuperado, no así el peluche, lo que desató una búsqueda del mismo, al punto de que un hotel de la localidad ofrecía alojamiento gratis a quienes proporcionaran información respecto al perrito perdido. El video en que se muestra el ascenso de Sam se encuentra disponible aquí: https://www.youtube.com/watch?v=-Mn3dz4S5DY

Claro que otros juguetes y peluches han corrido mejor suerte dado que han ido y regresado sin problemas. Entre ellos, hay algunos muy famosos y otros no tanto. En 2019, el peluche Earthy que es un planeta Tierra con patas (literal) fue llevado a bordo de una cápsula Dragon de la empresa Space X que acompañó al muñeco Ripley -así llamado en honor a la heroína de la saga de Alien caracterizada por la actriz Sigourney Weaver. Earthy formó parte de una misión no tripulada de Space X para verificar el funcionamiento de la cápsula y lograr así el desarrollo posterior de misiones tripuladas. Luego llegó el dinosaurio Tremor quien en junio de 2020 acompañó a los astronautas Bob Behnken y Doug Horley a bordo también de una cápsula Dragon de Space X. El dinosaurio se convirtió en una celebridad y se vendió como pan caliente. A continuación, Groku también conocido como Yoda bebé fue llevado en noviembre de 2020 a bordo de una cápsula de Space X que se acopló exitosamente con la Estación Espacial Internacional (EEI). En esta caso, “la fuerza acompañó” a los astronautas.  Si Groku o Yoda bebé ya era una celebridad desde que apareció en la saga de Mandalorian, la emoción de sus fans al saber que realmente el personaje viajó al espacio fue enorme y claro, las ventas del muñeco fueron literalmente estratosféricas (y Disney que posee los derechos de la franquicia de Star Wars estaba muy feliz, claro). Previamente en 2015, el famoso robot R2-D2 fue llevado a bordo de una cápsula Soyuz –de acuerdo, no es ningún peluche, pero pertenece a una de las franquicias más afamadas del mundo, la misma a la que pertenece Groku.

Mucho antes que ellos, el famoso Buzz Lightyear, coestrella de Toy Story, viajó en 2008 a la EEI. Parece lógico que así sucediera. En este caso, el personaje fue trasladado a bordo del transbordador espacial Discovery, y pasó 15 meses en el espacio ultraterrestre. A su regreso, Buzz Ligthyear fue llevado al Museo Smithsoniano del Aire y el Espacio en Washington D. C., donde puede ser visitado por sus fans. Pixar -que es propiedad de Disney– ha derivado importantes beneficios de este personaje que ya tiene su propia película.

En 2012 un Oso Guardabosques acompañó al astronauta estadunidense Joe Acaba y a los cosmonautas rusos Guenady Padalka y Serguei Revin a bordo de una nave Soyuz rumbo a la EEI. La imagen del oso flotando ante la ingravidez buscó sensibilizar a la opinión pública sobre el trabajo de los guardabosques para prevenir los incendios forestales, mismos que han sido documentados desde el espacio en diversas oportunidades. 

Más tarde, el famoso muñeco de nieve Olaf de la película Frozen fue puesto en órbita como acompañante del cosmonauta ruso Anton Shklaperov en la cápsula Soyuz que se acoplaría con la EEI en noviembre de 2014. En 2016, un búho de peluche de color rosa -no tan famoso como Olaf- acompañó a los cosmonautas rusos Alexei Obchinin y Oleg Skripochka y al astronauta estadunidense Jeff Wlliams a bordo de una cápsula Soyuz.

Tras las enormes críticas recibidas por parte de los consumidores que reclaman a Mattel que su más famoso juguete, la muñeca Barbie reproduce estereotipos como la cosificación de las mujeres respecto a su aspecto, color, figura y actividades que realiza, la empresa decidió enviar a Barbie con una acompañante, una muñeca afrodescendiente, a la EEI. La misión de Barbie fue motivo de una fuerte campaña publicitaria donde Mattel explicó que busca fomentar el interés de las niñas en torno a la ciencia y apoyar sus decisiones profesionales en el futuro. La misión se llevó a cabo en abril de 2022. Al igual que en el caso de Buzz Lightyear, las dos muñecas serían donadas por Mattel al Museo Smithsoniano del Aire y el Espacio para su exhibición.

Una pregunta recurrente es quién decide qué peluche o muñec@ llevar a bordo de las misiones espaciales. Si bien en el caso del osito Misha la decisión recayó en las autoridades soviéticas como parte de la estrategia propagandística del gobierno de la URSS, en gran parte de los casos más recientes, son l@s hij@s de l@s astronautas o cosmonautas quienes les entregan al juguete de su preferencia, el cual hace las veces de amuleto. O al menos, eso es lo que se dice dado que, por supuesto también hay intereses corporativos inmersos, como en el caso de Mattel que suscribió un acuerdo con la EEI. Otro tanto ocurre con Disney y Pixar. Para el caso de Snoopy, Carlitos y los personajes creados por Schulz, en 2018 se suscribió un convenio con la Administración Espacial de Aeronáutica y el Espacio (NASA) para emplear a los personajes referidos con fines educativos relacionados con las actividades y las ciencias espaciales. 

Como se ve, en las misiones espaciales no sólo han estado involucrados animales y personas, sino juguetes de peluche o plástico, éstos últimos en muchos casos como parte de una estrategia de negocios de ciertas empresas que se proponen impulsar una imagen corporativa socialmente responsable apelando a objetivos educativos y científicos, aunque la evidencia apunta a que los mueve la fascinación que crea en las audiencias el poner en órbita a Yoda, Buzz Lightyear, Olaf y/o Barbie. En este sentido, es de esperar que más y más franquicias famosas se apunten para acompañar a astronautas, cosmonautas y taikonautas a sus misiones espaciales en lo que se aprecia como una comercialización cada vez más intensa de la carrera espacial.

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