En México cada vez sonará con más fuerza la idea del voto electrónico. Académicos, políticos, instituciones, lo ven como una solución al alto costo y complejidad del sistema electoral mexicano, pero están subestimando los riesgos que tiene el modelo. Se pierde de vista que el voto electrónico ofrece grandes ventajas, pero depende de la capacidad cívica de sus ciudadanos y la calidad de las instituciones responsables de los procesos electorales.
¿Qué es el voto electrónico?
Voto electrónico es ejercer el voto en los procesos de elección popular utilizando como medio principal para emitir, captar, procesar, contar y ofrecer resultados, los recursos de las tecnologías de la información y comunicaciones (TICs).
El principio es que las TICs ofrecen poner al alcance el ejercicio del voto de forma más rápida, efectiva, económica y confiable que los métodos tradicionales. Aunque no necesariamente son expectativas reales y tiene los riesgos inherentes a las tecnologías que se utilicen. La aplicación de TICs en el ejercicio del voto implica tener en el mismo modelo las ventajas, pero también los riesgos propios, de las TICs y del ejercicio del voto tradicional.Hasta ahora se manejan dos formas de voto electrónico principalmente: presencial y a distancia. A su vez en el voto electrónico presencial hay dos tipos, basado en papel y por máquinas de votación directa, con y sin cinta auditora.
El voto electrónico basado en papel utiliza boletas diseñadas para dispositivos ópticos que se encargan de su lectura y según el dispositivo utilizado, realizar el conteo de las opciones elegidas, el almacenamiento de información y entrega de resultados.
La votación electrónica basada en papel requiere la provisión de suficientes boletas impresas que cumplan con los requerimientos de la máquina de lectura que se vaya a utilizar. La operación de la lectura de la boleta puede dejarse al votante o al cierre de la votación el personal de la casilla asigna operadores para pasar las boletas por el dispositivo óptico de lectura y la posterior transmisión de los resultados.
Las máquinas de votación directa (DRE en inglés) son dispositivos que ofrecen opciones emulando la boleta de votación pero por medios electrónicos que son accionados directamente por el votante. Pueden ser dispositivos con botones o pantallas tactosensibles que utilizando software y unidades de procesamiento reciben el voto y lo almacenan.
Estos dispositivos tienen la opción de estar conectados vía una red, como internet, u operar en solitario. Conectados en red la información del voto se transmite a un servidor en el momento mismo que se emite o por lotes haciendo cortes programados.
Para el caso de estar en solitario la información se mantiene almacenada hasta que es transferida por algún otro medio.
El voto electrónico presencial requiere logística para operar como una casilla tradicional, pero con ventaja en la rapidez y exactitud en el conteo de los votos captados.
Para las DRE en caso de estar conectadas en red sí la transmisión de los datos sucede en tiempo real la intervención de humana se puede limitar a la administración del dispositivo. Si no está conectada a una red entonces se necesita que un operador descargue la información almacenada y la posterior transferencia.
El voto electrónico no presencial o a distancia se ejerce vía correo electrónico, portales de internet diseñados para este fin o aplicaciones especializadas. Este es el modelo de voto electrónico más vulnerable de todos.
Riesgos en la votación electrónica
Así, los riesgos de los modelos son los propios de las soluciones tecnológicas implementadas. Por ejemplo, durante la elección del 2016 en Estados Unidos usando voto electrónico basado en papel se documentaron casos de dispositivos lectores de boletas alterados para arrojar conteos errados o manipulados. En otros casos al requerir la transferencia de la información se documentaron casos de manipulación del archivo de resultados.
Posiblemente el modelo de voto electrónico más extensamente utilizado son las máquinas de votación directa, las DRE. Para el modelo DRE se requiere tener alimentación eléctrica durante todo el tiempo que dure la sesión de votación y operación de la casilla, de otra forma no se puede realizar el voto. Sabotear el trabajo de una casilla basada en DRE puede ser tan simple como hacer que le falle el suministro eléctrico.
Cuando se implementa votación basada en DRE con conexión a red la conectividad es fundamental. El modelo más conveniente es por entrega de lotes de información en cortes programados o de forma asíncrona, de manera que no se interrumpe la votación si la conexión a la red se pierde o tiene fluctuaciones. Pero esto a la vez exige que el medio de transmisión de datos tenga un nivel adecuado de seguridad para evitar infiltraciones, operación de vulneración por hombre-en-medio, ataques de denegación de servicio, manipulación de la transmisión de datos, robo de información y en general todos los riegos propios de una conexión de datos vulnerable.
Además, el modelo de voto DRE los dispositivos que hacen la función de boleta de votación son pieza fundamental. En la elección de 2016 en Estados Unidos se documentó casos de dispositivos que fueron vulnerados y los resultados alterados de manera remota aprovechando accesos ocultos, backdoors, que el fabricante dejó en sus dispositivos sin la protección adecuada.
Adicionalmente las maquinas DRE tienen medios para además de captar el voto almacenarlo, pero para ofrecer un grado de seguridad la información debe ser cifrada. Si no se tiene la seguridad necesaria la información puede ser accesible y alterada, o bien, modificar los procesos de manera que la información se altere y se manipule desde el momento que se genera.
Sirva lo anterior para una muy breve aproximación a los riesgos propios de la tecnología que se requiere para la implementación de los distintos modelos de voto electrónico. Sin embargo, aún el modelo más seguro y confiable de votación electrónica no pasa la prueba definitiva, el factor humano.
Cuando la implementación de la tecnología de un modelo de voto electrónico, el que sea, es exitoso, siempre existe la posibilidad de manipulación y opacidad en el manejo de la información por parte del eslabón final: las autoridades que gestionan la elección.
Alterar resultados en una votación basada en voto electrónico puede ser tan sencillo como modificar datos arbitrariamente. Por eso además a las precauciones propias de la tecnología, se requiere de implementar medios de auditoria y validación de la información de todo el proceso de votación. Misma motivación que en México conocemos a la perfección, tanto, que es la razón de existir del presente INE.
Tal vez al hablar de voto, electrónico, en papel, o como sea, no podemos perder de vista que el sistema electoral mexicano se construye desde la base de la desconfianza, y con razón. El antecedente al presente INE fue la Comisión Federal Electoral, a la que se le cayó el sistema estando al frente Manuel Bartlett Díaz y donde resultó “electo” Carlos Salinas de Gortari.
Hagamos red, sigamos conectados.
Autor
Diseño y coaching de estrategias para manejo de redes sociales. Experiencia en análisis de tendencias en línea.
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