miércoles 13 noviembre 2024

Vacunas, eviten el circo político

por Javier Solórzano

En algún sentido, el gobierno está pagando sus contradicciones en su estrategia ante la pandemia con el proceso de vacunación.

Es todo un enigma la estrategia, estamos echando a andar un plan siendo que no tenemos vacunas. Las que teníamos fueron aplicadas de manera desigual, a partir de ayer se presume que ahora vendrá la regularidad y no andaremos a cuentagotas.

En medio de la confusa estrategia se aplicaron vacunas a los maestros de Campeche, siendo que la prioridad es todo el sector salud. Para incrementar la confusión resulta que al día siguiente que se aplicó a los maestros, el estado pasó al semáforo amarillo dejando de estar en verde.

Estamos ante nuevos escenarios inéditos con dosis de confusión. El mundo está ante una emergencia que lleva a la urgencia de aplicar millones y millones de vacunas. Nuestro país tiene una larga tradición en la materia, el problema es que el gobierno no quiere saber nada del pasado y, por lo mismo, le da por tirar por la borda lo que tiene que ver con ello.

La experiencia en otros países puede ser un referente. La mayoría ha colocado como su prioridad vacunar a todo el personal de salud. Esta estrategia ha sido de gran utilidad, porque ha permitido que quienes están en la primera línea puedan evitar ser contagiados, al tiempo que puedan desarrollar con certeza y confianza su muy complejo y delicado trabajo.

El sector salud no la ha pasado nada bien en la pandemia. Su personal se caracteriza por su vocación y su gran esfuerzo físico y mental, el cual no necesariamente ha sido reconocido del todo. Han tenido, en más de un caso, que sacar dinero de su bolsa para comprar desde un cubrebocas hasta ropa para trabajar; no olvidemos, además, que en un primer momento muchas de ellas y ellos fueron absurdamente agredidos bajo el supuesto de que podían contagiar.

El gobierno está obligado a que en la etapa que estamos por entrar de vacunación distinga los terrenos y precise  su estrategia. Sería lamentable y fustigable el uso político que eventualmente pueda hacer de una situación que afecta brutalmente a todos. Ayer, en el primer día de vacunación abierta, diversos testimonios dieron cuenta de la presencia de militantes de Morena, lo cual no tiene lógica en función del proceso.

El trabajo de los Siervos de la Nación debe quedar claramente establecido. Se ha insistido en que estudiantes de medicina de universidades públicas y privadas sean quienes apliquen las vacunas, lo cual no ha sido tomado de manera parcial. Junto con su capacidad y conocimiento se podría imbuir, además, la solidaridad y servicio que por principio distinguen a su profesión.

El reto es mayúsculo. Hemos vivido la pandemia al límite. Muchas responsabilidades se comparten, pero muchas otras tienen que ver con la estrategia del gobierno que al principio minimizó lo que ya estaba entre nosotros.

Somos indistintamente el tercer y cuarto país del mundo con el mayor número de fallecimientos y con una tasa de letalidad alarmante. El vocero ha hecho declaraciones desafortunadas, las cuales son recordadas a menudo en las redes sociales, lo que incluye a las del propio Presidente.

La aplicación de vacunas podría ser el gran detonante de una nueva estrategia y también la posibilidad de ver ahora sí la luz al final del túnel. En los países en que se han aplicado las vacunas se han reducido de manera significativa los contagios.

Hay que vacunar a la población de mayor riesgo; hay que pensar en la población económicamente activa; hay que pensar en las ciudades con alta densidad de población; hay que pensar en resolver un problema de salud único y no caer en las tentaciones del circo político.

RESQUICIOS

Sobre el apagón. No es boicot, no somos los responsables, es por el clima, no pueden seguir con las energías finitas, vienen nuevos apagones, la reforma eléctrica lo va a resolver, la reforma eléctrica va a provocar más apagones, suspendió Texas el suministro de energía, y sígale…


Este artículo fue publicado en La Razón el 16 de febrero de 2021. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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