jueves 21 noviembre 2024

Newseum: El legado de la memoria periodística

por Julián Andrade

El Newseum cerrará sus puertas, de modo definitivo, el 31 de diciembre de este año que culmina. Es una lástima, porque se trata del recinto que guarda la memoria periodística más importante del mundo.

Su misión más importante, la defensa de la libertad de expresión, lo hizo un referente desde su apertura en los años noventa, del siglo pasado.

Lo visité cuando el fondo todavía estaba alojado en Arlington, Virginia, antes de su traslado a Washington, y ya desde entonces contaba con una capacidad pedagógica innegable y con una vocación por rescatar lo mejor del periodismo.

Por ejemplo, su selección cotidiana de las primeras planas y sus compilaciones de temas de alto impacto, como los atentados terroristas del 11 de septiembre, la guerra de Irak, la muerte de Osama bin Laden o la masacre en el semanario Charlie Hebdo, permiten hacer un ejercicio comparativo que ayuda a la toma de decisiones en las redacciones.

@Newseum

Uno de sus temas centrales es el de la renuncia de Richard Nixon en 1974, porque en buena medida es consecuencia del arduo trabajo de The Washington Post y de dos de sus reporteros: Bob Woodward y Carl Bernstein.

Es más, las libretas de Woodward, que recogen sus conversaciones con “Garganta Profunda” tuvieron un lugar destacado y no es para menos. La identidad del informante, Mark Felt, quien fungía como subdirector del FBI, permaneció oculta hasta que él mismo lo determinó. Esto es, los periodistas y sus jefes resistieron las presiones del poder y nunca revelaron su fuente principal, aunque no única.

Pero Newseum es, sobre todo, un brújula que permite observar el horizonte del verdadero periodismo, ahora que se trata de imponer una realidad alternativa que tiene como divisa principal las Fake News.

En 1974, The Washington Post informó la renuncia del presidente Richard Nixon para evitar su destitución por su papel en el escándalo de Watergate / @Newseum

En efecto, importa distinguir entre periodistas y las hordas de payasos y advenedizos que son utilizados por los diversos poderes para imponer una narrativa de propaganda, pero sobre todo para dificultar el ejercicio de supervisión que los medios realizan de modo cotidiano y que son una de las variables fundamentales de la democracia.

En ese sentido, el fundador del museo y del diario USA Today, Al Neuharth, intuyó que la defensa y la permanencia del profesionalismo en los medios requieren de un cuidado cotidiano y de una espiración protegida por quienes trabajan presentando las informaciones, para que los ciudadanos puedan tomar decisiones en libertad y con conocimiento de causa.

Newseum cierra, pero la necesidad de defender la libertad de expresión y sus principales usuarios, es hoy más vigente que nunca.

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