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jueves 02 enero 2025

Mundo paparazzi y prensa rosa

por Lorea Palacios Urquiola

La prensa rosa ocupa cada vez espacios más amplios. Ofrece voraz la vida privada de celebridades, lo mismo con sesiones fotográficas de estudio pagadas, que con imágenes y videos obtenidos a través de métodos sumamente cuestionables; el único criterio que considera es el escándalo, y cuanto mayor sea éste, mejor. ¿Hay un periodismo de espectáculos de calidad? Sí. ¿Es posible? También. etcétera ofrece esta ventana al mundo no tan rosa y más bien amarillo de la prensa del corazón.

Todos los que compran revistas de espectáculos y deciden entretenerse conociendo los pormenores de la vida de los famosos, están ayudando a crear y mantener emporios millonarios en los que gana la revista, los paparazzi, el anunciante, el famoso, pero no el lector: él no percibe un sólo centavo, a él sólo le quedan las ilusiones y las cosas abstractas. Negociar con la esperanza ha resultado muy redituable. La historia lo demuestra: como humanos, tendemos a depositar la fe en algo o alguien y tenemos la capacidad de admirar. Es por ello que fábricas de entretenimiento como TV Notas y TV y Novelas no han perdido tiempo en explotar estos delicados detalles.

Venden muy bien la vida inalcanzable, el cuento rosa y el futuro perfecto de famosos bellos, ricos y exitosos. En pocas palabras, estas revistas, como muchas otras, lucran con la proyección de los sueños de los lectores que admiran y anhelan ser como las celebridades y disfrutan fantaseando a través de sus vidas. El concepto de admirar o idolatrar a políticos, artistas o monarcas que continúan generando miles de millones en ganancias se seguirá vendiendo sin problema; sin embargo, desde hace poco una nueva posibilidad y fuente de ingresos ha brotado: los paparazzi han descubierto que pasar a un enfoque más realista, mordaz y crudo donde sorpresivamente, estar en el lugar y el momento correctos para conseguir una fotografía que proyecte a los famosos con tintes más carnales y mortales, causa sensación.

Ahora la diversión radica en encontrar los deslices de las celebridades, conocer los detalles de su vida privada, sacar a la luz sus secretos y en cuestión de amor, que sigue teniendo el mayor peso en ventas, se pasó de desearles lo mejor a la pareja y envidiar sus matrimonios, a apostar cuánto tiempo durará la relación, cuándo se divorciarán y quién engañará a quién. En resumen, los paparazzi comprendieron que al lector le gusta descubrir que su ídolo también comete errores y que sus vidas se parecen.

Sea como sea, las dos opciones venden y cada día generan más; cada vez aparecen más revistas y pululan más paparazzi; han aumentado las notas que se basan en rumores y no en investigaciones, y lo peor es que cada día se publican más fotos y menos letras. El problema es grave porque todo se mide de forma subjetiva. Pero, ¿esa información es relevante, interesante o necesaria para vivir día a día?

Tirajes como el de TV Notas, con 580 mil ejemplares semanales, podrían inclinar la balanza a que es vital. Los anunciantes que invierten mínimo 196 mil pesos en TV y Novelas demuestran con ganancias que es relevante publicitarse. Los famosos como Thalía, que otorgan exclusivas de su embarazo por 500 mil dólares a la revista ¡Hola!, encuentran un modo interesante de cubrir los gastos médicos. A los paparazzi que venden por 90 mil pesos fotos de Jennifer López y Marc Anthony en Tenerife, les soluciona el problema de la renta, mientras que a las empresas como Agencia México, les permite darse el lujo de tener una página Web donde sus clientes, después de registrarse como usuarios, pueden utilizar un carrito de compra y adquirir fotos y paquetes.

Pero todo esto es relativamente nuevo. En México la transición del entretenimiento nació el 22 de enero de 1996, cuando Ventaneando, de TV Azteca, nos presentó una opción interesante al aprovechar la competencia y enfrentar a Televisa, quien gozaba de mucho poder y todo lo que se decía de ella y sus productos era bueno o promocional. Los conductores de Ventaneando comenzaron señalando tanto los errores de los de enfrente, como los propios, y el método funcionó: el público se interesó y el rating subió. Se puede decir que el enfoque de este programa de chismes no sólo abrió la posibilidad de criticar a los medios, también ayudó a que se cuidaran, o en algunos casos, mejoraran los contenidos de entretenimiento y propició una competencia interminable que dio cabida y trabajo a los paparazzi mexicanos.

Jessica Sáenz Arelle, periodista de espectáculos, trabajó con Patricia Chapoy y vivió de cerca esta transformación mediática que impulsó lo que hoy en día consumimos a nivel espectáculos. Conoce el medio, ha trabajado con y para él desde hace muchos años. Ella es un paparazzo capaz de registrarse como paciente del mismo ginecólogo de Araceli Arámbula, con el fin de tomar fotografías del consultorio y encontrar detalles para la nota. También vivió en Los Angeles durante un mes en busca de información al respecto y terminó por disfrazarse de embarazada el día que nació el primogénito de Luis Miguel, el famoso que más dinero y trabajo otorga a los paparazzi mexicanos.

Para Jessica, este oficio es muy redituable y divertido, pero muy complicado y competitivo. Un paparazzo tiene que estar dispuesto a soportar horas, días o meses de guardia por cubrir una nota, a sabiendas que tendrá que sacrificar la vida personal por la laboral. También deberá formarse con tiempo, dedicación y concentración para lograr mediar su curiosidad, pasión y corazón de detective.

Ella entiende que existe un hilo muy delgado entre invadir o no la privacidad, pero tiene claro, por principios y valores, que si un famoso se encuentra en un lugar público y está expuesto a la gente, también se expone a las cámaras y, ni modo, igual sucede con quien no es famoso.

Cuando estés en la calle, cuídate;
pero cuando estés en tu casa, no tienes por qué

El caso de las fotografías de Bárbara Mori y José María Torre, donde supuestamente aparecen fumando marihuana en la sala de su casa, capturadas por un paparazzo desde la residencia del vecino de los artistas, le resultó nefasto, al grado de considerar que el reportero cometió un delito: Bárbara estaba en su casa y es un lugar privado.

En este trabajo, no puedes permitir que te ubiquen lo peor es presentarte con la cámara y el lente charoleando, lo ideal es pasar desapercibido pero, ¿es justo y ético vivir escondido y tomar por sorpresa al artista? Hoy en día, muchos paparazzi se quejan cuando los famosos se esconden, pero, a decir verdad, ellos comenzaron este juego de policías y ladrones:

Debe ser molesto (tener cámaras todo el día detrás de uno) pero es el precio de la fama. Hay cosas muy buenas y también muy incómodas, yo creo que es también el ego de la figura pública que le encanta que la gente pague mil pesos para oírlo cantar una hora y aplaudirle todo lo que haga en el Auditorio, pero el día que sale a la calle y le pidan un autógrafo o una entrevista, debe responder. Esto es como el precio de la langosta en el mercado: si hubiera langostas por todos lados y se dieran muchísimas langostas, sería baratísima, y en vez de vender latas de atún, se venderían latas de langosta. Ahora, ¿qué pasa con los artistas entre más se esconden y menos hablan con la prensa? Pues una nota suya es la novedad, y están todos detrás de él. Pero también hay artistas que te dicen ¿sabes qué? hoy no, vengo despintada, mejor la próxima semana.

Todo está en saber negociar: es un trabajo en el que estamos juntos artistas y periodistas y hay que hacerlo de la mejor manera posible.

Se entiende la teoría, pero la práctica es diferente, y Jessica Sáenz lo sabe, porque una vez se disfrazó de secretaria para conocer las declaraciones de Juan Gabriel ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, cuando éste había pedido de la manera más atenta que los medios no intervinieran, pues era un asunto privado.

Para Jessica, la obligación de un paparazzo es informar sin poner en riesgo su vida ni la de los famosos. Ella no ha escuchado de ningún colega que haya muerto laborando, pero sí conoce a compañeros del gremio que terminaron en accidentes automovilísticos por no respetar semáforos o por colarse en un convoy de seguridad de alguna celebridad.

Pero la realidad es otra y es por ello que hoy en día continúa el debate acerca de si fue la necedad de los reporteros lo que causó la muerte de la Princesa de Gales, aunque el jurado encargado del caso haya dictaminado que la conducción negligente del chofer y la presión de los paparazzi fue lo que ocasionó el accidente.

Lady Di tenía paparazzi destinados a su persona: hombres que vivían y se mantenían de seguir sus pasos y capturar sus gestos. Aquí en México todavía no se tienen reporteros contratados para obtener fotografías de un famoso en particular, aún no se ha llegado a esos extremos, porque aquí apenas está desatándose el acoso fotográfico.

Con todo, la tendencia pareciera indicar que hay que prepararse, inclusive acostumbrarse, porque ahora, además de los reporteros oficiales que ya son bastantes la tecnología de los celulares motiva a muchísimas personas a jugar al paparazzi y enviar todos sus descubrimientos a las revistas o programas de televisión: Hay que portarse bien dice Jessica no es Big Brother, pero hay un mundo que nos vigila.

Las cosas tampoco son tan fáciles: las fotografías de paparazzi son muy caras porque mantienen una calidad y hay que pagar los equipos y los viáticos. Obviamente, el precio sigue siendo sobreestimado, pero la calidad cuenta. Para vender una foto, primero se pondera la importancia de la nota y del artista, e inmediatamente, la calidad de la imagen. Otra de las cosas que hay que considerar cuando se compra una foto, es la veracidad de la historia. Muchos paparazzi independientes, y también agencias, se valen de diversas mañas para vender su trabajo. El truco más utilizado es fotografiar a dos famosos saludándose y aprovechar la ilusión óptica de la inclinación y el abrazo para vender un beso. Por eso, siempre se debe investigar y, antes de comprar, preguntar todos los detalles y datos relevantes que sucedieron antes y después de tomar la foto, o de plano, comprarles el paquete fotográfico, porque siempre hay continuación, y en ella, se entiende el contexto real de la situación. Cuenta Jessica:

Hace poco querían vendernos las fotos de Aarón Díaz con una supuesta novia, con la que estaba sentado muy de cerca, pero resultó que al comprar todo el paquete, descubrías que el artista estaba sentado en una mesa de seis amigos y que si estaba cerca de la niña era porque la mesa era pequeña.

La gente sigue creyendo fervientemente en las fotografías y la popular frase una imagen vale más que mil palabras sigue escuchándose, pero hay que entender que en las fotos también hay censura y que la fotografía será tomada desde el ángulo que al reportero le convenga. Tampoco podemos olvidarnos de Photoshop, el programa que ha venido a ajustar muchos detalles. Sin embargo, la fotografía sigue vendiendo más.

Una foto tiene mayor permanencia: ahí está la foto; el video lo ves y al rato lo quitan, con suerte lo suben a YouTube, pero la foto es de por vida.

Lo que es indiscutible es que las fotografías no son fáciles de capturar: requieren paciencia, contactos, dinero y muchísima suerte. Para poder realizar el trabajo y tener cubiertas todas las áreas posibles, los paparazzi se apoyan en recepcionistas de hoteles o spas, meseros y personal de valet parking. éstos últimos han resultado muy eficientes y Jessica Sáenz no dudaría que las agencias quienes más contactos requieren en vez de darle propinas, les terminen dando cursos de fotografía para ahorrar tiempo y no perder ocasiones.

Uno de los inconvenientes de este trabajo es que en el país en que vivimos y con la inseguridad que nos rodea, las guardias de paparazzi se intentan realizar, por lo menos, en pareja. Es lo que se recomienda cuando son investigaciones de mucho tiempo no vaya a ser que estamos secuestrados y la gente piense que estemos de guardia obviamente, es más cómodo un equipo, porque así dividen las tareas y se turnan los horarios, pero mientras más, también es un problema y es una arma de doble filo, como hay dinero de por medio, es muy difícil.

Si un equipo fue tras la nota, el sueldo no es igual para todos: gana más quien logró la foto. Indiscutiblemente, no tienen tiempo de registrarlas y pensar siquiera en los derechos de autor, quien la firma es el dueño o, en todo caso, le pertenece a la revista que pagó los viáticos, entregó el equipo y ordenó al reportero tomarla. Quien carga con toda la responsabilidad de lo publicado es el editor.

Y aquí encontramos a otro personaje que ha ganado mucho poder y fama en México.

Habrá gente que no es ética en los dos bandos, pero si pudiéramos trabajar de una mejor manera prensa y artista, las cosas fluirían mejor.

Por los comentarios de los famosos asegura Jessica existen editores que los han chantajeado con hacer públicas fotos muy privadas, pero no se atreven a delatarlos: Digamos que es un secreto a voces, la gente sabe quién es quién pero no muchos se atreven a dar alguna declaración que el día de mañana le vaya a costar más. Tanto su propia carrera, como la de algún editor, podría acabar en ese momento.

Las negociaciones entre editores y celebridades no son monetarias: al final, el tiraje y la publicidad pagan mucho más de lo que podría pagar un artista por ocultar información. Lo que se estila es hablar con los famosos antes de publicar fotos reveladoras y, a cambio de guardarlas, se negocian exclusivas de bodas, embarazos, divorcios o presentaciones.

Se podría decir que los editores valen más por lo que callan que por lo que publican, pero, finalmente, hoy en día, según Jessica, se divulga más de lo que se guarda: Generalmente todo cae por su propio peso y, por una u otra cosa, salen las verdades. Como la paternidad de los hijos de érika Buenfil y Edith González: era un secreto a voces y terminó saliendo.

Definitivamente, los editores gozan de mucho poder, pero esto va ligado a la responsabilidad y, generalmente, deben decidir entre el rating o la destrucción de una persona o familia. Para ello deben actuar con ética; sin embargo, eso no sucedió cuando el antiguo editor de TV y Novelas decidió publicar fotografías del cadáver de Ernesto Alonso.

Entre las declaraciones que suponían un fotomontaje, las que aseguraban su veracidad o las que proporcionaban los amigos del Señor Telenovela furiosos, la revista vendió cuanto quiso y, después, al ver la indignación de la gente, se retractó y ofreció disculpas… y también ese número se vendió como pan caliente.

Al final todo suma, y Editorial Televisa, que maneja más de 82 títulos en 19 países, donde se publicaron las fotos, fue criticada y vino la retractación. Ganó de lo lindo. Así funciona siempre, y si llegan a salir demandados, no hay algún problema: con la publicidad, la gestoría de abogados y daños a la moral, están cubiertos por anticipado.

La información es algo muy valioso pero es un arma muy peligrosa: puedes destruir vidas… y, bueno, yo soy de la idea de que todo eso es karma y se les regresará algún día.

Desafortunadamente, en este medio en el que existe tanto dinero de por medio, la moral, la ética, y el profesionalismo, deberían brillar por su presencia y no por su ausencia como sucede hoy en día en la mayoría de las revistas mexicanas de espectáculos. No todas las personas que trabajan como reporteros tienen vocación o estudiaron para tal, quizá tuvieron la suerte de estar en el momento correcto y en lugar preciso.

Jessica Sáenz se enfada si le hablas de exclusivas: Es muy injusto, porque cuando los artistas quieren promocionar su obra de teatro, disco o proyecto, nos piden a los medios que les echemos la mano y después van y le venden la exclusiva a uno.

Pero seamos honestos, los artistas deben de estar hartos, si de todas formas, después de tener un hijo o antes de casarse, los medios los van a acosar y no los van a dejar tranquilos ni un solo instante por conseguir información y fotografías. Si alguien va a sacar provecho económico de su nombre, con la venta de exclusivas, por lo menos garantizan que sus nombres estén incluidos en la lista de pagos, sin tumultos, con cita programada, fotos posadas y tranquilidad.

Hay famosos que piden por adelantado las preguntas y exigen ver el reportaje antes de ser publicado, actitudes que prostituyen el trabajo periodístico. Lo cierto es que los reporteros se han ganado esas exigencias: si no publicaran tantas mentiras o no basaran sus reportajes en rumores, las cosas serían distintas.

Fundamentadas o no considera Jessica las fotografías y los escasos enunciados que las acompañan ayudan a los famosos a permanecer vigentes. A los artistas les conviene que se hable de ellos, mal o bien, pero que se hable. Habrá gente que tiene carreras impecables pero se han quedado en el olvido porque nadie habla de ellos.

Por eso muchas veces sus familiares o su manager cuelan información relevante.

Santo que no es visto, no es adorado

Por supuesto, con tanto material que ofrecen revistas como Caras, Quién, ¡Hola!, TV Notas, TV y Novelas y otras, se han dado casos en que las celebridades las han contactado para que les envíen copia de las fotos publicadas a título personal, para el álbum familiar. De hecho hay algunas que antes de que se las pidan, las envían como obsequio.

También existen otros, mafiosos, políticos o también artistas, que se niegan a exponerse, y están dispuestos a tomar medidas extremas: sucedió que, en un restaurante de Satélite, los meseros pidieron a todos los comensales que les entregaran sus celulares mientras permanecían ahí; por supuesto, aseguraban que si alguien los llamaba, ellos mismos los buscarían y podrían atender. Después de un tiempo reaparecieron los meseros para regresar cada celular y ofrecer una disculpa con la cuenta pagada por el personaje que deseaba privacidad.

Al respecto, Jessica Sáenz comenta: Qué flojera, si no quieres que nadie te vea y te saque fotos, pide comida a tu casa. Tienen cola que les pisen: el que nada debe, nada teme.

Nos guste o no, el espectáculo es parte del ser humano, no podemos pedir que desaparezca y, por como están las cosas, los paparazzi no se esfumarán: todavía les quedan muchos años de trabajo, esto apenas empieza. Lo ideal sería que este tipo de entretenimiento no se consumiera, pero tengamos en cuenta que este rubro de revistas son de lo más vendido en México. Sin embargo, sí debemos exigir más calidad o nuevos enfoques dentro de esta cultura escandalosa y burda, que sea la publicación de menos fotos y más letras: eso ayudaría en algo a la desastrosa cifra de 2.9 libros leídos al año por un mexicano

En opinión de Javier Darío Restrepo*

1. El derecho a la intimidad, o sea el derecho a ser dejado en paz, que implica el derecho a mantener anonimato, autonomía en las decisiones y al secreto de las comunicaciones, es parte esencial de la privacidad necesaria para todo ser humano. Por tanto, es uno de los límites del derecho a informar y a ser informado.

2. El grado de la intimidad no es el mismo para todos los seres humanos. La intimidad del funcionario público está más expuesta que la del ciudadano común, en cuanto hay aspectos de su vida que tocan con el interés público. ésa es la parte de su intimidad que sacrifica el funcionario al acceder al servicio público. Pero esto no significa que pierda totalmente el derecho a la intimidad; siempre subsistirá su núcleo esencial de privacidad que debe ser invulnerable al ejercicio de un malentendido derecho a la información.

3. No todos los medios de obtener información son lícitos. Dejan de ser éticos los que violan el derecho a la intimidad, o los que desconocen cualquier otro derecho. En la práctica estos abusos para obtener información, o deslegitiman una investigación periodística y vuelven opaca la revelación de una verdad, o conducen al periodista por el camino de lo fácil (el uso de tecnologías en que la máquina reemplaza la creatividad o la actividad intelectual) y lo apartan del camino más austero de la investigación recursiva e inteligente.

Referencia Bibliográfica

El grado de intimidad, la exposición a lo público, el interés colectivo por aspectos de la vida privada, no es el mismo respecto de todos los seres humanos. Funcionarios públicos, hombres de Estado, artistas, están más expuestos a la curiosidad colectiva que los ciudadanos anónimos. Muchas veces, sobre todo tratándose de personajes del espectáculo, ellos mismos están interesados en dar a conocer aspectos de su vida privada, que contribuyen a fortalecer su imagen o a darles publicidad. En ese sentido resulta interesante observar cómo allí también la jurisprudencia ha aplicado la teoría del núcleo esencial, recalcando cómo, aun si el personaje quiere, por afán de publicidad y de lucro, dar a conocer todos los detalles de su vida íntima, no puede renunciar a su derecho fundamental a la intimidad….

María Teresa Herrán, en Tutela, Periodismo y Medios de Comunicación, Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1993.

*En respuesta a una consulta en Consultorio ético, Fundación Nuevo Periodismo Latinoamericano, Consulta 214, www.fnpi.org

Farándula y escándalo en cifras

*Recientemente la revista People (que tiene un tiraje de 3.7 millones de ejemplares) pagó entre diez y 15 millones de dólares por las primeras fotografías de los mellizos de Angelina Jolie y Brad Pitt. Y antes, en junio de 2006, la misma revista pagó cuatro millones de dólares por los derechos de las fotografías de la primera hija biológica de Pitt y Jolie, Shiloh, aunque fuentes de la industria aseguraron que aquella cifra era imprecisa.

*La actriz y cantante Jennifer López aceptó posar para la misma revista People junto a su esposo Marc Anthony para dar a conocer a sus mellizos al mundo entero. A cambio cobró seis millones de dólares.

*Christina Aguilera recaudó 1.5 millones que fueron pagados por ¡Hola! y otro millón y medio que abonó People, por fotos en las que aparece junto a su hijo Max.

*Jessica Alba venderá las fotos de la pequeña Honor Marie Warren en 1.5 millones de dólares a Ok! Magazine.

*Camila Sodi, sobrina de Thalía, ya vendió las fotos de su bebé a ¡Hola! en 130 mil dólares.

*Luis Miguel vendió la presentación de su hijo Miguel a la revista ¡Hola! Se rumora que por el ensayo fotográfico de 17 imágenes más la entrevista, Luis Miguel cobró tres millones.

*La revista TV Notas (con una circulación pagada de 565 mil 552 ejemplares) publicó las fotografías comprometedorasde Cuauhtémoc Blanco con Sandra Montoya a partir del material de un paparazzi. Nunca se dijo cuánto pagó por las fotos, pero al futbolista le trajeron bastantes problemas.

*En 2004, Mario Armando Lavandeira creó Perezhilton.com, sitio que la empresa ComScore Media Metrix ubica entre los diez primeros nuevos sitios de entretenimiento en el mundo. Lavandeira realiza una crítica mordaz a las estrellas hollywoodenses. The New York Times lo ha llamado incluso transgresor, pues su éxito y rápido ascenso se basa en la humillación de ciertas estrellas. Una agencia de fotógrafos paparazzi lo demandó en 2007 por 7.5 millones de dólares debido a que publicó en su Web fotos sin autorización y sin mencionar las fuentes.

*El programa Entertainment Tonight habla de la existencia de un video en el que se ve al joven actor Heath Ledger (quien personificó al el famoso Guasón en la última película de Batman, y quien falleciera de una sobredosis medicamentosa el pasado 22 de enero) en una fiesta en Hollywood consumiendo drogas. The Insider, (asociado de Entertainment Tonnight) difundió un adelanto de dicho video titulado Pieces of the past (Piezas del pasado) en el que se ve a un hombre no identificado agachado y consumiendo cocaína sobre una mesa. El paparazzi que presumiblemente grabó el video ha sido demandado por 1.5 millones de dólares por beneficios obtenidos ilegalmente.

*Las agencias de fotos News International y Big Pictures enfrentan una demanda por uno de los últimos titulares de su autoría: las fotografías que revelan el romance entre Sienna Miller y Balthazar Ghetty. Anteriormente Miller ganó una demanda por 47 mil 650 euros contra los diarios sensacionalistas The Sun y News of the World por publicar fotografías de ella mientras filmaba un desnudo para una película.

*Pamela Anderson fue demandada en 2007 por insultar y atacar a los paparazzi Scott Cosman y Rik Fedyk que la fotografiaban en el set donde grababa su película Blonde and Blonder.

* El sitio Web Mr. Paparazzi (www.mrpaparazzi.com) ofrece dinero a los usuarios por fotografías de artistas. El sistema funciona así: el usuario sube la fotografía a la página, donde los administradores revisan periódicamente el material de los usuarios. Si consideran que la fotografía sirve, contactan al usuario en un lapso de 48 horas para arreglar la venta. El usuario obtiene a cambio de la fotografía un monto igual a 50% de las ganancias que la fotografía produzca.

* En México, las publicaciones más destacadas en periodismo rosa de mayor circulación y que más recurren a paparazzi o notas escandalosas son:

Ok!, cuya plana cuesta 139 mil 359 pesos, con un tiraje en nuestro país de 200 mil ejemplares.

Ooorale!, cuya plana cuesta 24 mil 800 pesos y tiene un tiraje de 120 mil ejemplares.

TV Notas, cuya plana publicitaria cuesta 219 mil 900 pesos y tiene una circulación pagada de 565 mil 552 ejemplares.

etcétera

El derecho a la intimidad*

Toda limitación del derecho de las personas a obtener información y expresar opiniones y toda limitación de los medios a investigar y publicarlas es repudiada por la ciudadanía en general. La función de informar y opinar ha adquirido un rango de primer orden para la sociedad democrática actual.

Aun cuando las limitaciones se miran siempre con malos ojos, las normas internacionales reconocen que, en determinadas y escasas circunstancias, son necesarias. Por ejemplo, estará limitada o prohibida toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia. Y, en otro orden, la privacidad y el derecho a la intimidad de las personas.

Es figura pública aquella persona ampliamente conocida en la comunidad con motivo de sus logros, actos u opiniones y que, por tal razón, gravitan e influyen sobre los grupos sociales. También lo son aquellas personas que, si bien carecen de una fama generalizada, se involucran en una controversia de relevante interés publico.

La intimidad no debe reducirse a no ser molestado, a no ser conocido en algunos aspectos por los demás, sino que abarca el derecho a controlar el uso que otros hagan de la información concerniente a una persona determinada. La intimidad es el derecho del individuo a decidir por sí mismo en qué medida compartirá con otros sus pensamientos, sentimientos y los hechos de su vida privada. El derecho a la privacidad se encuentra expresamente reconocido en prácticamente todas las constituciones.

Actualmente existe una ardua controversia en cuanto a si los denominados personajes públicos (políticos, artistas, deportistas, etcétera) pueden reclamar su derecho a la privacidad siempre que quieran. Parece claro que lo que antes era periodismo de la vida social, hoy es una fuente inagotable para dar al traste con el respeto a la vida privada.

Hoy día se ha impuesto, en tantos casos, un periodismo de ojo de cerradura que no reconoce límites en una tarea diaria de ofrecer morbo informativo a masas crecientes de lectores, oyentes y telespectadores. En este periodismo rosa o basura, los límites a la vida y los derechos de los demás parecen inexistentes y que en muchos casos no puede llamarse periodismo.

Ahora bien, con la excusa de salvaguardar la privacidad de algún político se escatima información vital para la democracia. Es por ello que el derecho a la intimidad no es de carácter absoluto, sino que cede ante las necesidades sociales e intereses públicos. Esto es, a mayor exposición pública, menor derecho a la intimidad.

¿Hasta qué punto puede ser vulnerado el derecho a la intimidad en nombre del interés público?

Es casi imposible arribar en el plano teórico a conclusiones definitivas. Por ello se hace necesario el estudio de casos pormenorizados:

El derecho a la intimidad debe ser reconocido por cualquier sociedad democrática, incluso a las denominadas personas públicas respecto a las cuales sólo debe darse a conocer lo estrictamente relacionado con la actividad que desarrollan y en la medida que el mensaje sea de interés general.

El conflicto entre la libertad de prensa y los derechos personales no pueden resolverse sobre bases abstractas, se deberá analizar el caso concreto y resolver teniendo en cuenta, fundamentalmente, el interés jurídico comprometido.

Es necesaria la tutela preventiva del derecho a la intimidad frente al ejercicio abusivo de la libertad de prensa.

Está en manos de los periodistas (aquellos que se consideren tales) que la comunicación de la noticia no radica sólo en el interés público, sino en el respeto a los derechos públicos y de los protagonistas de los hechos, tanto a la hora de seleccionar las noticias como a la hora de presentarlas.

En resumen, el periodista debe intentar por todos los medios que el ciudadano esté informado procurando no descuidar ese principio deontológico que manda respetar el derecho a la intimidad de los ciudadanos. La barrera la pone la ética del propio profesional y aquel que no tenga en cuenta estos principios, no podrá llamarse profesional del periodismo.

*Extracto de Límites y derechos de la información: El derecho a la intimidad. Comisión de Asuntos Profesionales y Deontológicos de la FAPE. Apuntes de periodismo, Volumen 1. Puede consultarlo completo en www.etcetera-noticias.com

Derechos en conflicto

El conflicto entre el derecho a la intimidad y el derecho a la libertad de información existe desde siempre y, probablemente, jamás podrá ser resuelto de manera ideal (…) No obstante, es un conflicto que, por suerte, no afecta a todas las sociedades por igual ni a todos los ciudadanos (…).

Hoy, la profesión de periodista ha sufrido una catastrófica comercialización y han desaparecido prácticamente de ella los nombres, porque la inmensa mayoría de los periodistas trabaja en el anonimato (…) Por otro lado, en el periodismo de hoy hay una competencia desenfrenada y salvaje (…) ¿Cómo se puede esperar que la intimidad pueda ser respetada por profesionales sin preparación, sin escrúpulos, sin responsabilidades (…).

Hay países como, por ejemplo, los escandinavos, en los que la vida privada de los famosos a nadie interesa y otros, como los países anglosajones, donde ese interés raya a veces en la obsesión. Mientras en el Reino Unido las vivencias sentimentales de los famosos hacen vibrar a las masas, en Francia, por ejemplo, a nadie extraña ni interesa demasiado que un político tenga una aventura amorosa (…).

Cuando analizamos el conflicto entre el derecho a la intimidad y el derecho a la libertad de información tenemos que ser conscientes de que, en muchos casos, hay una auténtica simbiosis (…) Es evidente que sin los famosos los paparazzi no tendrían de qué comer, pero no es menos verdad que los grandes de este mundo necesitan a los paparazzi para mantenerse en la cumbre de la fama (…).

¿Quién puede creer que los más ricos, potentes y famosos de este mundo no tengan los medios para aislarse, si así lo desean, de los agobiadores reporteros? (…).

*La gente tendría que hacerse la pregunta de por qué existe la prensa amarilla. La respuesta evidente es: porque tiene mercado, porque hay una gran parte de la sociedad, en unos países mayor que en otros, que se desvive por conocer la vida de los famosos (…).

El lector de pocos medios, que jamás podrá alojarse en el hotel más caro de Saint Tropez, quiere saber cómo se vive en un lugar así y quienes relatan con pelos y señales la vida de las estrellas le ofrecen la posibilidad de conocer los lugares más lujosos y caros del mundo y los hábitos que imperan en el círculo que los frecuenta. Es una nostalgia, una necesidad humana muy natural, aunque al mismo tiempo sea poco edificante (…).

Como periodista, tengo que rechazar toda solución que imponga la supremacía de uno de esos dos derechos (el derecho a la intimidad y el derecho a la información) (…).

Si yo tuviese que buscar una solución al problema lo haría centrándome en la ética, en la honestidad profesional, pero no tanto del reportero, del paparazzi, sino empezando por el editor del diario o del programa de televisión, por el jefe de redacción. El paparazzi es, de todos ellos, el menos culpable, porque es más un instrumento que otra cosa (…).

También debería existir una legislación que protegiese mejor la privacidad de la persona que realmente desease aislarse de los informadores.

Ryszard Kapuscinski, fragmento del artículo Dos derechos en conflicto, El País, 27/IX/1997

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