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viernes 08 noviembre 2024

Resurge Radio Plantón

por Adrián Ortiz Romero

Oaxaca de Juárez, Oax.- Radio Plantón está al aire. Aquella emblemática señal que apenas hace dos años servía como medio de propagación únicamente de las cuestiones sindicales del magisterio oaxaqueño. Luego se convirtió en un elemento fundamental de organización de ese gremio a partir del inicio de las acciones de protesta del año pasado hasta que fue sacado del aire en medio una batalla campal entre policías y maestros por el control territorial del centro de esta ciudad, y a la postre resultó ser la semilla que engendró un peligroso movimiento que, en muy buena medida gracias a la emisora, creció y puso en un enorme riesgo la convivencia y la estabilidad social de los oaxaqueños.

Como tal, Radio Plantón nació el 23 de mayo de 2005 en el 94.1 de Frecuencia Modulada, y posteriormente se ubicó en definitiva en el cuadrante del 92.1, como una radio “sindical libre e independiente, que la sociedad oaxaqueña poco a poco fue haciendo suya; una sociedad cansada de medios de comunicación, mediatizada al servicio del poder y del dinero”, según lo definen sus propios operadores por medio de un comunicado dado a conocer el pasado 7 de marzo, en el que anuncian la reanudación de transmisiones.

Hasta mayo de 2006, Radio Plantón entraba al aire de manera intermitente, y sirvió únicamente como un espacio para ventilar cuestiones domésticas del magisterio, y para denunciar las acciones que, según sus postulados ideológicos, atentaban contra las clases más vulnerables de Oaxaca y de México.

Su labor era meramente de denuncia pero no tenían posibilidades ni intenciones de abrir sus espacios a la sociedad: quienes estaban frente a los micrófonos de Radio Plantón se dedicaban a señalar, con base en información publicada en medios impresos o electrónicos locales o del Distrito Federal, desde derroches de dinero en la administración pública municipal, estatal o federal, hasta los actos atentatorios contra la humanidad que ocurrían en Afganistán, Irak o el Oriente Medio. Pero no abrían los micrófonos a la sociedad.

No obstante, iniciadas en mayo del año pasado las movilizaciones magisteriales para exigir la rezonificación salarial por vida cara, Radio Plantón tomó fuerza y se convirtió en un elemento de intercomunicación y organización entre los agremiados a la Sección 22 del SNTE quienes abandonaron los diálogos directos, se comunicaban durante el plantón y las movilizaciones por medio de dicha señal de radio.

Así usaron a Radio Plantón hasta el 14 de junio de 2006. La madrugada de aquel miércoles de incertidumbre, diversos convoyes de Policía Preventiva y Ministerial del estado se apersonaron en lugares clave para la dirigencia magisterial como el Hotel del Maestro y la sede de la Sección 22, para tratar de aprehender al entonces líder Enrique Rueda Pacheco y otros integrantes de los órganos de dirección de ese sindicato, mientras otros mil elementos trataban de limpiar las calles del centro de Oaxaca. No lo lograron, pero en el intento destruyeron buena parte de los equipos que hacían posible las emisiones clandestinas de Radio Plantón. Y de este modo inició el vía crucis de la radio en la capital de Oaxaca.

Los inicios

Existen diversas hipótesis sobre el surgimiento del agudo sentido mediático y del gran impacto que tuvieron las acciones radiofónicas emprendidas por el magisterio y la entonces recién creada Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca inmediatamente después del desalojo. Una, la defendida por las organizaciones inconformes, señala que la decisión de asaltar estaciones radiofónicas culturales y comerciales de la capital, así como el diseño de los formatos y la estructuración de programaciones, fue un asunto de simple generación espontánea que se dio como consecuencia de que “los medios se encontraban al servicio del poder y el dinero”, tal como lo señalan en la misiva antes mencionada.

Otra versión señala que los realizadores de Radio Plantón recibieron asesoría y apoyo de diversos personajes ligados al cine y la radio en las comunidades indígenas de México y otros países de América Latina. A finales de mayo de 2006, se realizó aquí en la capital de Oaxaca un festival internacional de cine y televisión indígena, al que acudieron personajes de toda Latinoamérica. Existen indicios de que a partir de entonces muchos de ellos trabaron amistad con grupos magisteriales locales, y que esto, a la postre, se convirtió en asesoría y capacitación para seguir operando las estaciones radiofónicas y el canal de televisión, que el magisterio y la APPO paulatinamente habían ido secuestrando.

La primera señal ocupada a la fuerza por el magisterio fue Radio Universidad. Horas después del desalojo de aquel 14 de junio, una brigada de maestros se apersonó en la Ciudad Universitaria de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca y, ante el silencio y la inacción del rector Francisco Martínez Neri, tomó sin ninguna contrariedad el control de su señal de radio.

Tres días después de esos hechos se constituyó la APPO, y a partir de entonces, Radio Universidad se convirtió no sólo en la voz del magisterio sino también del movimiento popular. Los mensajes ya no iban únicamente encaminados a “despertar” la conciencia social de los oaxaqueños, sino también para llamarlos a salir a las calles y hacer lo que fuese necesario para lograr la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz.

Luego siguió la ocupación a la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV) el 1 de agosto pasado, y el 21 de ese mismo mes el asalto a las 13 estaciones de radio comerciales que existen en la capital. En ese lapso, el 8 de agosto, el transmisor de Radio Universidad fue inutilizado al ser rociado con ácido, y la ocupación de las señales comerciales se dio en respuesta a la destrucción a tiros del transmisor de las frecuencias permisionadas a la CORTV.

Con frecuencias de mayor alcance y teniendo una estructuración bien pensada de sus mensajes radiofónicos, la respuesta social al movimiento creció de modo importante. En manos del magisterio y la APPO, Organización Radiofónica Oaxaqueña (ORO) se convirtió en “Organización Rebelde de Oaxaca”, y La Ley 710 pasó a ser “La ley del Pueblo”.

Ascenso y debacle

Y así creció el movimiento. El 6 de octubre la APPO devolvió, en medio del saqueo y la destrucción, las instalaciones y equipos de ORO y a finales de ese mismo mes hizo lo mismo con las señales de la empresa Radio Publicidad de Oaxaca, la cual pertenece a María Aguirre.

Y la revuelta siguió teniendo a su principal órgano de dirección en Radio Universidad. A la par de ello, en diversos momentos intentaron echar a andar de nuevo -sin éxito- la señal de Radio Plantón. Luego de diversos enfrentamientos con la Policía Federal Preventiva, los integrantes de las organizaciones rebeldes finalmente se replegaron de modo definitivo, y el movimiento se quedó sin la fuerza para seguir manteniendo bajo su resguardo Radio Universidad.

Mientras todo eso ocurría, en octubre ya la APPO había tomado el control de las emisiones iniciando una dura campaña de descalificación en contra del magisterio, por el acuerdo del regreso a clases firmado entre Enrique Rueda Pacheco y el entonces secretario de Gobernación, Carlos María Abascal Carranza, en el que se convenía el otorgamiento de la rezonificación, y diversos beneficios económicos, sociales y políticos, que incluían la cancelación de órdenes de aprehensión y liberación de profesores detenidos, y la gestoría ante la SCT para el otorgamiento de un permiso de operaciones para Radio Plantón. Y confrontados ya la dirección magisterial con la APPO, y ésta con la fuerza menguada para seguir teniendo en su poder Radio Universidad, a finales de noviembre el movimiento rebelde se quedó sin voz.

El ocaso de la violencia

A pesar de que mucha gente atribuía a la pobreza y las desigualdades sociales la profundización del encono y la violencia callejera, las mismas circunstancias dieron la razón a quienes señalaron a la radio como la responsable de buena parte de las confrontaciones.

El silencio de las voces rebeldes logró lo que cualquier policía local o federal no pudo: inmediatamente después de que el movimiento rebelde se quedó sin frecuencias radiofónicas todas las calles de la capital fueron liberadas, las barricadas desaparecieron, y muchos lugares que durante las fases más críticas del conflicto eran consideradas como “territorio APPO” o espacios sin autoridad ni ley, simplemente volvieron a la normalidad.

Unas semanas antes del arribo de las fuerzas federales de apoyo a la capital (ocurrido el 28 de octubre, un día después del asesinato del camarógrafo estadounidense, Bradley Roland Will), todas las estaciones de radio comerciales que no habían sido ocupadas por los inconformes cancelaron totalmente sus espacios noticiosos, y luego tomaron la decisión de salir voluntariamente del aire y desactivar sus equipos para evitar un posible secuestro. Y así estuvieron durante más de un mes. Nunca antes el cuadrante de una ciudad en México, se había quedado sin una sola señal de transmisión avalada por la ley.

No obstante, devuelta Radio Universidad, las estaciones comerciales retomaron paulatinamente sus operaciones y los oaxaqueños recuperamos nuestra vida cotidiana. Poco a poco las calles fueron perdiendo ese olor a madera y llantas quemadas, y se recuperó la posibilidad de salir a caminar por la noche a las calles, lo cual debido a la instalación de barricadas y la desaparición de los cuerpos policiacos, se volvió imposible de agosto a noviembre del año pasado en la capital de Oaxaca.

La radio, pues, tensó al movimiento, y también lo relajó cuando las voces que incitaban a la violencia dejaron de tener espacios de transmisión. No se pudo hablar de una verdadera tranquilidad en esta ciudad sino hasta que culminaron las operaciones de las señales rebeldes y los operadores y principales locutores de esas señales abandonaron la entidad por el temor a ser aprehendidos.

Reinicio de transmisiones

El pasado 6 de marzo, Héctor Pablo Ramírez Leyva, secretario Técnico del Poder Ejecutivo del estado, confió a etcétera que no había ningún indicio de una posible aparición de Radio Plantón y mucho menos del secuestro de alguna radiodifusora oficial o comercial. “No hay condiciones”, dijo. Pero dos días bastaron para refutar contundentemente su aseveración.

En entrevista, el funcionario señaló a las señales comunitarias como las responsables indirectas de la aparición de frecuencias como Radio Plantón, y en un comunicado enviado a las redacciones de los medios locales como respuesta a la entrada al aire de dicha señal, definió a Radio Plantón como “una radio clandestina cuya programación está dirigida a formar opinión contra el Gobierno del Estado exclusivamente, (y) forma parte de un esquema de sedición que tiene diferentes etapas, la última de éstas es el derrocamiento de cualquier gobierno”.

Por eso, señalaba, “es importante que la Secretaría de Gobernación y la SCT asuman su papel, se pongan a investigar y apliquen la Ley Federal de Radio y Televisión vigente”. Esto, a pesar de que menos de una semana antes había asegurado, ante el amague de un grupo de mujeres de la APPO de “recuperar” las señales de radio comerciales para “darle voz al pueblo”, que el gobierno del estado haría todo lo que estuviera a su alcance (incluyendo el uso de la fuerza pública) para evitar la ocupación de cualquier señal de radio y televisión.

En todo esto, la evidente confianza mostrada por el servidor público que tiene a su cargo las cuestiones de prensa y comunicación social del gobierno de Oaxaca dos días antes de la aparición de Radio Plantón, dejó entrever que el grupo en el poder continúa sin tener un pulso real de la situación que permea en torno al magisterio, y que su excesiva certidumbre de que el conflicto ya terminó, los ha obnubilado de nuevo para reconocer los numerosos problemas que todavía tienen por delante.

Responsabilidad federal

A pesar de que, en apariencia, al gobierno de Oaxaca le tomó por sorpresa el regreso de Radio Plantón, lo cierto es que la esfera pública que carga con la mayor parte del problema es el gobierno federal. De acuerdo con la Ley Federal de Radio y Televisión es el gobierno de la República el encargado exclusivo de aplicar, regular y sancionar lo contenido en dicho ordenamiento jurídico.

Y en el caso de la radio en Oaxaca, la administración del entonces presidente Vicente Fox incurrió en una grave omisión al dejar que operaran con toda libertad señales de radio y televisión clandestinas y sediciosas durante más de seis meses en esta capital. Ninguna instancia federal fijó nunca una postura al respecto, y más bien la Secretaría de Gobernación de convirtió en cómplice de esta ilegalidad al indemnizar a la Sección 22 del SNTE con 25 millones de pesos por concepto de los daños causados al edificio magisterial durante el operativo de desalojo del 14 de junio de 2006, y por prometer acciones de gestión ante la SCT para que les fuera otorgado un permiso de transmisión para Radio Plantón.

El inmueble sindical, localizado a una cuadra del zócalo de Oaxaca, no sufrió ningún daño. Los únicos objetos averiados en ese lugar fueron los que hacían posible la transmisión de Radio Plantón. Por ende, y según lo manifestado por el propio Enrique Rueda Pacheco, los recursos que les canalizaría la Secretaría de Gobernación (los cuales ya fueron entregados en febrero pasado) serían utilizados para echar a andar de nuevo dicha estación de radio.

Y la promesa de Gobernación respecto de la tramitación del permiso de transmisión, prácticamente les dio luz verde para volver a operar.

Una moneda al aire

El pasado miércoles 8 de marzo, a la par que la APPO celebró el Día Internacional de la Mujer con una marcha, Radio Plantón reinició operaciones a través del 92.1 de FM. Sus primeros mensajes fueron de júbilo, y afirmaron haber presentado ya un expediente técnico ante la Comisión Federal de Telecomunicaciones para que les fuera otorgado un permiso de transmisión.

A pesar de que el gobierno federal había pactado con la 22 hacer la labor de gestoría para que les fuera otorgada dicha autorización, Radio Plantón se saltó la conclusión de dicho trámite y salió al aire nuevamente en la ilegalidad. En su primera noche de transmisión, reconoció y agradeció el apoyo dado por estaciones comunitarias de Oaxaca como Radio Jën Poj de Santa María Tlahuitoltepec, Mixes, y otras estaciones libres de México que pertenecen a las organizaciones “Comuna Radial” y “Barricadas Sonoras”.

Incluso, algunos de sus locutores se pronunciaron por un manejo de Radio Plantón más apegado a las frecuencias comunitarias que a la de una señal rebelde. No obstante, en el comunicado en el que dan a conocer su reinicio de transmisiones no manifiestan su voluntad de servicio a la comunidad, sino de luchar en contra del “Gobierno sátrapa de Oaxaca”.

Así, Radio Plantón echó la moneda al aire. A unos cuantos días de haber reiniciado transmisiones, se deslindó de una posible participación activa en la toma de radiodifusoras comerciales ocurridas el año pasado, y dice que trabajará en torno a proyectos radiofónicos no sólo políticos, sino también educativos, sociales, infantiles y de género.

Sin embargo, sus propias sombras los persiguen. La bienvenida a las transmisiones la dio la doctora Bertha Elena Muñoz Mier, cuya voz emitida desde Radio Universidad se convirtió en el símbolo de la resistencia y la dirección de los ataques violentos a las fuerzas federales. Muñoz fue quien organizó desde los micrófonos, las principales ofensivas del movimiento y ahora anunció que transmitirá “desde la clandestinidad” por su temor a ser aprehendida. De su primera transmisión, se despidió con un sonoro “¡Viva la APPO, compañeros!”.

Y en todo esto, Radio Plantón tiene en las manos su propio destino. A pesar de que la ilegalidad de su procedencia y la inmoralidad de sus antecedentes la ubican como un riesgo muy alto para la estabilidad social en Oaxaca, la incapacidad del gobierno del estado y la APPO para construir un diálogo civilizado que genere soluciones, conjugado con la prolongada inacción del gobierno federal para regular las señales radioeléctricas o hacer algo para sacarlas del aire, pone a Radio Plantón en una situación de completa autonomía para decidir sus contenidos, y con ellos su propio futuro.

Tiene la posibilidad de entrar al marco legal si la Cofetel valida sus transmisiones. Aunque con ello se vería obligada a permitir una regulación más estricta de sus contenidos y finalidades, y no se sabe bien a bien si ello convenga a sus intenciones de fondo. Empero, si el objetivo es el de tratar de reactivar las inconformidades y la revuelta, en menos de lo que imaginamos estarán llamando a la población a las calles, a la instalación de barricadas y a generar el estado de ingobernabilidad que se necesita para lograr la desaparición de poderes en la entidad.

Y muy pronto podríamos estar viendo el segundo capítulo de esta revuelta que tiene a Oaxaca a punto del colapso, debido a los severos estragos que ya ha causado esta disputa por el poder que, desgraciadamente, parece no tener fin.

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