En tres días cambió de opinión el 25.65 por ciento de españoles decidido a dejarse gobernar por el populismo de raigambre bolivariana. ¿Qué los hizo cambiar?: el Brexit. Los asustó saber que serán menores los recursos provenientes de la Unión Europea.
El jueves, cuando Reino Unido votó por dejar la UE, las encuestas para las generales de ayer en España amanecieron con Podemos (partido populista financiado en sus inicios por los petrodólares venezolanos) en segundo lugar de la intención de votos.
Sólo lo aventajaba el actual gobernante Partido Popular (28.48). En tercero iba la izquierda moderada del PSOE (21.98). Pero ayer ganó el PP (33.03), seguido por el PSOE (22.66) y Podemos (21.10).
El golpazo del Brexit espantó al electorado entusiasmado con la demagogia de Podemos, que divulgó su programa de gobierno al estilo del catálogo de venta de Ikea, cadena dedicada a la venta de muebles a bajo costo.
Retratado en recámaras, cocinas, tendiendo la ropa y regando plantas, su líder, el autodefinido “comunista” Pablo Iglesias, ofreció vaguedades como “eliminar el secreto bancario, hacer pactos para la ciencia y la innovación y garantizar las pensiones”.
Algo parecido a:
—AMLO, en México: “Nadie se quedará sin trabajo, como hizo el presidente Roosevelt en Estados Unidos. Ningún joven será rechazado en la universidad. No aumentarán los impuestos y rebajaremos el salario de los funcionarios”.
—Trump, en Estados Unidos: “Los políticos son estúpidos. Obama no tiene idea. Suspenderemos la inmigración, subiremos impuestos a los ricos, devolveremos a los americanos los empleos que les quitaron China, Japón, India y México”.
Pero el Brexit decantó ayer a los españoles por conservar su actual mejoría económica con cuatro años de gobierno del PP, después de ocho en los que el PSOE los obligó a vivir de la UE y provocó el surgimiento de “los indignados” y Podemos.
Podemos fue inventado en esos años de crisis aguda en Caracas, por iniciativa y financiamiento original de ocho millones de euros del fallecido Chávez (de acuerdo con la Asamblea Nacional de Venezuela) a académicos comunistoides españoles asesores suyos.
Hoy en lo que más gastan los españoles es en comer fuera, ir a bares y visitar hoteles, según el Banco de España, con incremento de 9.1 por ciento en relación con 2014. También creció su gasto en espectáculos, cultura, vacaciones y artículos y equipamientos recreativos.
Por eso mandaron al tercer lugar al populismo, conscientes de que decidían entre encargar la estabilidad a los partidos constitucionalistas o a una organización populista de extrema izquierda.
Pese a los errores de la democracia liberal, el electorado español estuvo a la altura, comprendió algo que no acaba con esta elección, sino que vivirá mientras persista el populismo:
Que su país está en riesgo.
Este artículo fue publicado en La Razón el 27 de junio de 2016, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.