Las conspiraciones han existido quizá desde que existe la sociedad; y cierta gente siempre ha creído que un grupo tuvo que ver en la muerte de un personaje famoso o en la caída de un reino. La literatura y el cine alimentan esas expectativas. Pero con Internet las teorías conspirativas (que no es lo mismo que una conspiración) han alcanzado un punto muy alto, a tal grado que un estudio realizado por la Public Policy Polling en 2013 señala que, al menos, uno de cada dos estadounidenses cree en una teoría conspirativa.
Las razones para darle crédito a las más espeluznantes teorías tienen diferentes explicaciones, una es el bajo nivel educativo que provoca el sesgo de confirmación: desviaciones metódicas y ordenadas para ratificar o revalidar lo que confirme sus creencias, es decir, favorecer sus propias opiniones.
Eso se comprende en las audiencias pero no en los medios, cuyos periodistas debieran verificar la información que publican. Hace dos años (en febrero y marzo de 2015), portales y periódicos de diferentes países publicaron que tres periodistas estadounidenses murieron en circunstancias extrañas en un lapso de 24 horas, poco después de que habían creado una compañía de noticias independiente y estaban preparando un documental donde, supuestamente, darían a conocer más datos sobre el ataque del 11 de septiembre de 2001 a las torres del World Trade Center de NY, donde estaría implicado el gobierno de EU.
Los periodistas involucrados, según esos medios, eran Bob Simon, de 73 años, presentador del programa 60 minutos de la CBS News, quien falleciera el 11 de febrero en un accidente automovilístico, cuando el auto en que viajaba se pasó un alto en Manhattan; Bob no llevaba cinturón de seguridad. El segundo en morir, pero en Boston, víctima de un derrame cerebral, fue Ned Colt, de 58 años, exreportero de NBC News, quien pertenecía al Comité Internacional de Rescate y la oficina para refugiados de las Naciones Unidas.
Finalmente, ese mismo día, falleció el famoso columnista de The New York Times David Carr. El periodista, de 58 años, relató su lucha contra la adicción a la cocaína en su libro The Night of the Gun (La noche de la pistola, 2008). Carr había sobrevivido también a un cáncer y trataba de rehabilitarse del alcoholismo. Ese 12 de febrero se desplomó en la redacción de su periódico y murió más tarde en el hospital St. Luke’s-Roosevelt.
El diario Publimetro, de capital internacional, con presencia en varios países y que en México aparece también en papel, publicó:
“Mueren periodistas que preparaban documental sobre el 11S
“Durante el mismo mes y con un espacio de 24 horas murieron tres periodistas que se encontraban preparando un documental sobre una hipotética implicación del Gobierno de Estados Unidos en los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas. […].
“Los reporteros conformaban, a principios de 2015, una compañía independiente de noticias y trabajaban en conjunto en un documental sobre los atentados del 11S. Asimismo, presentaron la documentación necesaria para solicitar informes confidenciales del archivo de Kremlin, el cual contiene información sobre los hechos.
“Algunos medios internacionales apuntan a que las muertes fueron muy ‘extrañas’ ya que ocurrieron en 24 horas o menos y en circunstancias que aún no se han esclarecido”. (https://www.publimetro.co/co/noticias/ 2015/02/28/mueren-periodistas- que-preparaban- ocumental- sobre-el-11s.html).
Con ligeras variantes otros medios, como Zócalo, publicaron lo mismo: “Algunos medios internacionales calificaron las tres muertes como ‘extrañas’, ya que todas ocurrieron en el transcurso de 24 horas y en circunstancias no claras”. (http://www.zocalo. com.mx/seccion/articulo/mueren-tres-periodistas-que-pretendian- revelar-la-verdad- obre- el-11s-14249). Este medio indicaba que tomaba la información de RT (antes Russia Today) que en otras ocasiones ha publicado rumores.
Lo mismo se difundieron videos en YouTube y medios como Periodista digital, Periodistas en español.com, Regeneración, y hasta el célebre El Espectador de Bogotá o columnistas como Manú Dornbierer y Leopoldo Mendívil repetían esas aseveraciones sin sustento.
El canal RT citó como fuente un texto de Tim Brown publicado en el sitio Freedom Outpost el 18 de febrero de 2015, sin embargo, la página española “La mentira está ahí afuera”, especializada en descubrir bulos, sostiene que esos datos falsos tuvieron otro arranque:
“La noticia tiene su origen en el sitio ‘What does it mean’, en un artículo publicado el 13 de Febrero por Sorcha Faal. Sorcha Faal, supuestamente es una monja cristiana que dice luchar contra el Nuevo Orden Mundial, y que según ella recibe en su convento noticias de fuentes rusas. En realidad es solo el seudónimo de un periodista norteamericano llamado David Booth, que desde su trasnochado sitio web ‘whatdoesitmean.com’ genera bulos y noticias absurdas mezclando hechos reales con historias estrafalarias. La técnica es siempre la misma. Tomar hechos reales que salen de lo común, como la coincidencia de la muerte de tres periodistas en un breve lapso de tiempo, y construir encima de ellos una historia falsa. Con suerte, como en este caso, la red amplificará el bulo y, con más suerte aun, como en este caso también, llega a algún medio importante. (1 de marzo de 2015)”.
En efecto, en la citada página web whatdoesitmean.com, aparecen las afirmaciones (en inglés) suscritas por “Sorcha Faal”, de que los periodistas trabajaban en conjunto para acceder al “archivo más secreto del Kremlin” donde supuestamente hay “pruebas relacionadas con los atentados del 11 de septiembre”.
Sorcha Faal va más allá, ya que involucra a Brian Williams, otro periodista quien, a principios de febrero de 2015, confesó que había mentido cuando cubría la guerra en Irak. Williams, de la NBC, aseguró en su momento que estuvo en un helicóptero que había sido alcanzado por un lanzagranadas, pero no fue cierto. Por ello la NBC lo suspendió durante seis meses sin sueldo. Pero Faal señala que todo fue para “arruinar” su reputación por el supuesto trabajo de investigación:
“El periodista Brian Williams ‘Destruido’, otros 3 asesinados por el tema Obama 9/11
“Por: Sorcha Faal, y según lo informado a sus suscriptores occidentales
“Un sorprendente nuevo informe que circula en el Kremlin hoy preparado por el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) afirma que el principal periodista estadounidense Brian Williams de NBC News ha sido ‘efectivamente destruido’ y tres de sus colegas asesinados la semana pasada por el régimen de Obama pues teme que estén listos para dar a conocer las pruebas que Rusia les proporcionó que demostraban que los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos eran un ‘trabajo interno’ realizado por su propio gobierno.
“Brian Williams, explica el informe, fue el ancla y director de NBC Nightly News (el programa de noticias de televisión más visto en los Estados Unidos) cuando después de una semana de salvajes ataques relacionados con falsos recuerdos comunes experimentados por todos los seres humanos fue expulsado de su puesto y todavía enfrenta la probabilidad de que lo despidan de plano. […].
“Aún más tristemente, este informe continúa, es que no sólo Williams y su reputación han sido ‘destruidos’, la semana pasada tres de sus colegas más importantes, el ex periodista internacional de la NBC Ned Colt, top CBS News, el corresponsal Bob Simon, y el reportero del New York Times David Carr, también fueron asesinados”.
Agrega la filiación de los muertos y el dato que repetirían los medios, la alianza de los periodistas:
“Es importante señalar sobre las muertes de estos premiados periodistas, y la ‘destrucción de la reputación’ de Williams, expertos del SVR en esta nota del informe, fue que los cuatro habían formado una compañía independiente de noticias de vídeo el mes pasado y presentaron los documentos de seguridad necesarios que les permitiría acceder al archivo más secreto del Kremlin de pruebas relacionadas con los atentados del 11 de septiembre de 2001. […]”.
Sorcha Faal agrega: “El motivo para engañar y asesinar a sus propios ciudadanos sirvió a intereses petroleros de Estados Unidos en el Medio Oriente y sus corporaciones estatales”. Indica también que, con estas muertes, los que tengan secretos, los callarán, y que Obama cerrará los medios que discrepen de su gobierno:
“Después de la destrucción de Williams, y de los asesinatos de Carr, Colt y Simon, este informe señala sombríamente que el régimen de Obama ha enviado un “mensaje claro” al American Clase de medios de la élite si se atreve cualquier persona a exponer sus secretos más oscuros.”
“Lo que es peor, los expertos del SVR en este informe afirman, con las elites de los medios de comunicación en los EE.UU. ahora están encogidos de miedo, el régimen de Obama ha vuelto su mirada sobre los medios de comunicación alternativos y amenaza con proscribir todos los sitios web que discrepan con ellos”. (http://www. whatdoesitmean.com/index1838.htm).
Nada de lo ahí publicado se ha podido probar; no se sabe nada de ese “informe que circula en el Kremlin” del “Servicio de Inteligencia Exterior” ruso. No hay, aparte de las suposiciones, elementos para indicar que los periodistas hayan muerto por causas extrañas, tampoco existió ese vínculo de que constituyeron una compañía ni trabajaban en ningún proyecto sobre el S-11. Los que han replicado esa información nunca se han preguntado por qué, si el Kremlin posee información que incrimina al gobierno de EU, nunca la han usado para afectarlo.
Esa información falsa continúa en los medios que la publicaron (alimentado las mentes morbosas), excepto en El Espectador colombiano, que días después aclaró con el encabezado: “Muerte de periodistas estadounidenses se habría dado de manera accidental”:
“Luego de la versión de que tres periodistas murieron en un lapso de 24 horas, personas cercanas desmintieron y aseguraron que fueron fallecimientos accidentales.
“Desde la semana pasada, en varios medios internacionales y del país, entre ellos El Espectador, se hizo eco de la muerte de tres periodistas norteamericanos que preparaban un documental sobre una hipotética implicación del Gobierno de Estados Unidos en el atentado del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York […].
“Así mismo, las afirmaciones que desvirtuaban el hecho, indicaron que los tres periodistas nunca conformaron una compañía independiente de noticias, con la que habrían iniciado su investigación sobre los hechos del 11 de septiembre. (2 de marzo de 2015)”.