Es asombroso con qué sencillez se puede “sembrar” en los medios un contenido de la clase que sea, particularmente si está bien calculado por expertos para tocar los resortes que hacen saltar a las hordas enfermas de superioridad moral y santa indignación que pueblan el universo de las redes sociales.
En las horas precedentes se ha discutido ya hasta la saturación el surgimiento de una nueva “lady”, (vaya apelativo): la modelo Carla Frías, quien protagonizó un montaje publicitario en el que fingía insultar a una colega suya, por causa de su color de piel.
Todo fue fingido: el enojo de Carla, el aturdimiento de los presentes en el set y por supuesto, la filtración a cargo de la directora de arte, Verushka Nevarez. Lo que no fue fingido fue la reacción de muchos usuarios en Facebook, Twitter y diversas páginas de noticias, así como el juicio sarcástico y despectivo de los redactores de los medios en contra de la actriz, de quien se burlaron por no ser “tan blanca” y atreverse así a despreciar a una morena.
En este caso, muchos elementos son dignos de analizarse, pero a mí en lo particular me ha llamado poderosamente la atención el racismo que evidenció, sin calcular, el propio equipo de marketing que elaboró la campaña.
Content seeding
El content seeding o “siembra de contenidos” es una técnica que utilizan las marcas para colocar en la mente del público temas y conceptos asociados a sus productos, sin utilizar un lenguaje directamente publicitario.
Digamos que una empresa que fabrica pinturas a base de plantas molidas quiere colocarse en el mercado. Semejante emprendimiento llega a romper (en nuestra hipótesis) con lo conocido por el consumidor, a quien dicho concepto puede resultar muy ajeno. La manera más inteligente de proceder en una primera etapa, es evitar la publicidad directa, y en lugar de eso, dedicarse a comunicar al público lo relativo a las pinturas a base de plantas, mediante una discreta campaña de artículos, reportajes y entrevistas con expertos que hablen del tema. Cuando llegue el momento de lanzar el producto, el público estará familiarizado con las bondades del mismo y pleno de felicidad, acogerá, idealmente, la ocasión de adquirir cubetas y más cubetas de la nueva pintura.
Otra variante del content seeding es fingir, como ocurrió con el caso de “Lady Prieta”, una filtración a los medios. He de admitir que, por ese lado, fue un acierto, ya que la marca, Cerveza Victoria, logró una difusión explosiva y totalmente gratuita de un contenido llamativo y polémico, con la finalidad declarada de combatir el racismo, pero con la finalidad verdadera de simplemente trepar su marca en el último trending topic.
El racismo enquistado.
¿Quién no ha escuchado, en este país, a alguien tratar de no ser racista, al tiempo que lo es?
-“Tu hija es morenita, pero bonita”. (Mi abuela a mí, con respecto a mi hija).
– “Lo moreno también es hermoso”.
– “¿Cómo se atreve a decirte prieta, si ella no es TAN blanca?”
– “La supuesta ‘rubia’ criticó a una chica de piel más oscura”.
La campaña de Cerveza Victoria, aunque acertada en su estrategia de viralización, falla lamentablemente en su declarado objetivo de hacernos repensar el racismo para no practicarlo.
Y falla porque desde el momento mismo en que el contenido se sembró, se hizo desde una perspectiva racista.
Como dijimos arriba, fue la directora de arte Verushka Nevarez, quien dio a conocer el video. Como parte del equipo de producción, Nevarez participó en la estrategia al fingir la divulgación de un video tomado de manera disimulada, por causa de su molestia e indignación por la actitud de Carla Frías.
Acompañó el video con el siguiente texto: “Aunque no es la primera vez que me toca… Esto es lo peor que he visto en mi vida laboral!!! No puedo creer que en pleno 2017 exista esta clase de discriminación!!! La güera de las fotos se volvió completamente loca porque el director le pidió que se pasara para atrás y se cambiara de lugar con otra chava. Se puso a insultar a todo mundo y a la otra pobre no la bajó de PRIETA BAJADA DEL CERRO!!! Por favor compartan este video!!! Gente así no debería trabajar en esta industria!
Falsamente indignada, como falso fue todo el montaje, Nevarez deja entrever, no obstante su pretendido rechazo al racismo, que éste está bien enquistado en su modo de ver el mundo. En la frase “a la otra pobre no la bajó de prieta bajada del cerro”, todo está dicho. Para la directora de arte, es decir, para quienes elaboraron palabra por palabra este texto pretendidamente espontáneo, la expresión “prieta bajada del cerro” es un insulto. Repito, para quienes armaron esta campaña, decir “prieta” es ofensa.
“Prieto” o “prieta”, según definición de diccionario, significa sencillamente, “de color oscuro, casi negro”. Entonces, de acuerdo al mensaje subyacente de la campaña que llama a “no discriminar”, llamarle a alguien así es ofender. Ergo, señalarle a alguien que es de color oscuro, es un insulto. Es decir, para esta campaña el no racismo no es omitir del todo la consideración del color de piel en el valor de una persona, sino ser lo bastante diplomático como para no mencionarlo de forma brusca.
Y muchos medios bien que tomaron nota de lo delicado del uso de la palabra “prieta”, pues mientras llamaron sin empacho Lady Prieta a Carla Frías, a la otra joven la calificaron cuidadosamente de “morena”, un adjetivo que entre nosotros no tiene la misma connotación ofensiva.
Y bueno, ¿qué decir del “bajada del cerro”? Clasismo aunado al racismo.
Todos cayeron
Otro punto a destacar, y no menor, es la ya habitual costumbre de usuarios de redes sociales y de sitios de noticias de caer en todas. Sin esperar a confirmar la veracidad o el valor periodístico del video, se apresuraron a difundir la noticia y a calificar con toda clase de adjetivos y ofensas a la modelo.
En varios foros se estuvo difundiendo su perfil de Facebook, sus fotos y su trayectoria y se invitaba a agredirla. Al intentar criticar su conducta, se señaló acuciosamente que Frías actuó en un video de música de banda, lo cual, dijeron, la descalificaba para discriminar a una morena, ya que la música de banda es “de nacos”.
Campaña arriesgada
A mi juicio, fue un gran riesgo esa campaña, desde el punto de vista de la marca. Pudo salir todo muy mal, pero parece que lograron lo que buscaban.
Ahora, lo que me da muchísimo miedo es la reacción furibunda de las hordas salvajes en contra de la modelo rubia. Me da miedo que, a pesar de que se aclaró rápidamente que era actuado, a muchos les tenga sin cuidado y dejen ir su rencor contra la gente blanca (quienes son morenos y han sufrido discriminación) o contra los "prietos" (quienes son blancos o ahí más o menos).
La polarización que se levantó no se resuelve desde un "México es chingón". Hay muchísima ira social.
Desde mi punto de vista, esta campaña no hace reflexionar el racismo de manera correcta y en cambio, intenta combatirlo con un nacionalismo ramplón, enfoque, que, por cierto, ha sido frecuente en las campañas de Cerveza Victoria.