El 25 de abril, el periodista Francisco Pacheco Beltrán fue muerto a balazos cuando salía de su domicilio en Taxco de Alarcón, Guerrero. Colaboraba en los diarios El Sol de Acapulco y de El Foro de Taxco, del cual también era fundador; los directivos de ambos rotativos demandaron se esclarezca lo sucedido y se castigue a los culpables. Algunos periodistas de la región expresaron en redes sociales que Pacheco Beltrán era uno de los informadores más críticos del alcalde de Taxco, Omar Flores Jalil, así como del gobernador Héctor Astudillo.
Mayo. Los diferentes rostros de la intimidación
El 6 de mayo Vanguardia denunció actos de “espionaje, intimidación y ataque” en su contra, así como el acoso a una reportera contra la que el exlíder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Humberto Moreira, interpuso una denuncia. Indica que si bien no tiene certeza sobre la autoría de esos hechos, “pareciera un intento por mutilar la libertad y derecho para informar”. Detalló que el día 4, un vehículo siguió a una de las reporteras del rotativo en el trayecto entre las instalaciones del periódico y su domicilio. Asimismo recordó que Humberto Moreira, interpuso una demanda en contra de Vanguardia y esta reportera por presunto daño moral por la publicación de un artículo en febrero pasado, el cual se documentaban irregularidades en el cobro de su pensión como profesor.
El diario indica por último que sus servidores han sido atacados desde Puebla, Coahuila y Nuevo León, mientras que a comienzos de año se crearon varias páginas web para “difamar, insultar e intimidar” a miembros del diario y a otros comunicadores coahuilenses. La CNDH se pronunció al respecto y demandó al gobierno de Coahuila medidas cautelares para el personal que labora en este medio de comunicación.
También el 6 de mayo, presuntos integrantes del crimen organizado amagaron con armas de alto poder a distribuidores de ejemplares del El Norte en el municipio de Pesquería, ubicado a 35 kilómetros de Monterrey. La advertencia de los delincuentes fue directa: si no les paga “cuota”, no se les permitirá distribuir periódicos en las tiendas de la localidad.
De regreso a Veracruz, el 14 de mayo, el reportero y editor en jefe del diario digital Noticias MT, Manuel Torres González, fue asesinado de un tiro en la cabeza mientras caminaba por calles del municipio de Poza Rica. De acuerdo con la Fiscalía estatal, fue ejecutado después de salir de las oficinas de la Delegación de Tránsito del estado, donde fue interceptado por dos sujetos. Torres González colaboró también en el periódico Noreste, fue corresponsal de TV Azteca Veracruz y en la cadena radiofónica local Radio Vers. Asimismo trabajaba como auxiliar del regidor comisionado en limpia pública de Poza Rica, Juan Carlos Ortiz Christfield.
El gobernador Javier Duarte, intentó minimizar los hechos asegurando que no se trataba de un periodista, sino de un funcionario. La Fiscalía Regional de Poza Rica es la encargada de investigar el asesinato.
La tarde del 21 de mayo el diario Capital de México reportó en Twitter la desaparición del columnista Alejandro Envila Fisher, situación que varios periodistas y medios también difundieron. En la citada red social, el rotativo indicó que el Gobierno de la Ciudad de México y la Comisión Nacional de Seguridad habían iniciado la búsqueda del periodista. El domingo 22, la Procuraduría de Justicia capitalina informó que el comunicador fue encontrado con vida y ya se encontraba con sus familiares; presentaba algunos golpes, toda vez que fue objeto de un secuestro exprés. Agregó que continuará las investigaciones hasta dar con los responsables de estos hechos.
Panorama sombrío
Según los datos de IFEX, analizados por el periodista Juan Carlos Romero Puga para Letras Libres, Veracruz encabezó durante 2015 las agresiones a la prensa con 56 casos, seguido de Oaxaca, con 35; la Ciudad de México, con 19, y Guerrero, con 10. Esto es, que sólo en estas cuatro entidades sucedieron el 62.5% del total de los ataques a medios y periodistas de todo el país. Indica también que es preocupante el subregistro de casos en entidades con alta actividad criminal como Tamaulipas, Michoacán o Sinaloa, donde localidades completas están “totalmente silenciadas” por el efecto paralizante que genera el clima de violencia e impunidad. Señala que en estas entidades, la gran mayoría de los medios, recurre a la autocensura como medida de autoprotección o bien, opta por “entregar” la línea editorial a grupos criminales que en la estadística anual aparece como responsable directo del 4.16% del total de las amenazas y ataques.
La tendencia de agresiones contra la prensa en México no será muy distinta a la del año anterior, y más aún, la situación puede agravarse si se considera que en casi cinco meses, se ha rebasado el número de asesinatos cometidos en todo 2015. Y este periodo, es otra vez Veracruz la entidad que encabeza los hechos de violencia en contra de trabajadores de la información. Entre crímenes, amenazas, ataques cibernéticos y otros actos intimidatorios, amén de la falta de solidaridad de unos medios para con otros, el panorama se torna sombrío para la prensa en nuestro país en este 2016.