Fue una semana pródiga en mentiras por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador. Tristemente, lo que signó la semana fue el terrible asesinato de la periodista Lourdes Mendoza, aunque el mandatario quiso llevar la agenda política hacia su persona, al hablar de su salud y su llamado testamento político.
En estos dos temas, AMLO mintió. También lo hizo el fiscal de Baja California, Ricardo Iván Carpio.
Se interpuso en el camino de la propaganda política la denuncia contra Hugo López Gatell que impulsa el ex procurador Javier Coello Trejo, a la que ya se han sumado más de dos mil personas (al momento).
Esta denuncia propició una larga serie de mentiras por parte del presidente. Entre ellas, el afirmar que México no tiene tantos muertos como se dice, y el que Gatell es de los mejores del mundo en manejo de pandemia.
MENTIRA 1
Mi testamento político garantizará la gobernabilidad del país en caso de que fallezca en el ejercicio de mi cargo: AMLO.
Luego de haber estado hospitalizado y realizarse un cateterismo cardiaco, el presidente lanzó un video en donde habló de que está muy bien, que puede seguir trabajando y en donde dijo que es su responsabilidad prever su posible fallecimiento.
Para ello agregó a su testamento “un texto” de corte político con “el propósito de que en el caso de mi fallecimiento se garantice la continuidad en el proceso de transformación y que no haya ingobernabilidad”.
Lo cierto
Es falso que la voluntad personal del presidente, ya fallecido, tenga algún poder legal sobre la vida política del país. La gobernabilidad no se garantizará de tal manera, sino observando de manera puntual lo que establece el artículo 84 de la Constitución, que habla de cómo debe actuar el poder Ejecutivo cuando fallece su titular, lo que debe hacer el poder Legislativo y también el poder Judicial.
La ley es muy clara: si un presidente fallece luego de dos años de encargo, tomará su lugar el secretario de Gobernación en lo que el Congreso de la Unión nombra un presidente sustituto que terminará el sexenio. Si el presidente muere antes de los dos años, el Congreso llamará a nuevas elecciones.
Es mentira que la voluntad de AMLO tenga fuerza legal. En todo caso, las indicaciones que deje podrían influir en la vida interna de Morena, y eso, si ya fallecido, deciden hacerle caso, porque nada los obligaría.
Lo que es innegable, es que la egolatría del presidente le hace pensar en seguir controlando el país más allá de la muerte.
MENTIRA 2
No falló el mecanismo de protección a periodistas en el caso de Lourdes Maldonado, dijo el fiscal de Baja California, Ricardo Iván Carpio. El litigio laboral que denunció ella no era un asunto de amenazas o de violencia, dijo AMLO.
Luego del asesinato de la periodista, al presidente López Obrador se le recordó que en 2019 Maldonado estuvo en la mañanera para decirle que temía por su vida debido a un litigio laboral que sostenía con el entonces aspirante a gobernador de Baja California, Jaime Bonilla.
AMLO tuvo el descaro de negar que ese pleito fuera “un asunto de amenazas o de violencia”, debido a que era algo laboral.
Por su parte, el fiscal del estado dijo que en el caso la periodista no había fallado el mecanismo de protección, porque tenía un botón de pánico, su casa era vigilada en ciertos horarios por la policía y estaba en comunicación constante con la Secretaría de Seguridad.
Lo cierto
Es que el un litigio sea laboral no excluye la violencia ni las amenazas. Que ella dijo con toda claridad que temía por su vida. Que el litigio se sostenía en contra de una empresa de medios, propiedad de un poderoso personaje político.
Es cierto también que no está demostrado que haya vinculación entre Bonilla y el crimen. Pero también es verdad que es una posibilidad que no se debe descartar a priori.
Por otro lado, respecto a lo que dijo el fiscal, lo cierto es que el mecanismo sí falló. Y tan lo hizo que Lourdes está muerta.
La propia gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda dijo que “necesitamos mayor eficiencia y eficacia en la operación del mecanismo”. Y el secretario de Gobernación, Alejandro Encinas, también reconoció que el mecanismo no está funcionando.
MENTIRA 3
Quienes denunciaron a Pedro Salmerón son “fachos”: AMLO.
“Me acuerdo mucho, porque ayer que estaba yo viendo eso en las redes, ¿quiénes?, pues los conservadores, algunos fachos”, dijo el presidente, al abordar los señalamientos que se han hecho en contra del historiador Pedro Salmerón por su designación como embajador en Panamá, misma que aún ha de ser ratificada por el Senado.
El presidente miente cuando califica de “fachos” a quienes acusan a Salmerón. También miente cuando identifica con tal adjetivo a sus opositores y a los “conservadores”.
Miente deliberadamente y lo hace mediante una mezcolanza de términos políticos mal empleados, aplicados como insulto. Lo ha hecho todo el tiempo al usar el término “conservadores”, pues así presume que es un liberal, lo cual no es.
De acuerdo a una definición muy básica, de la Real Academia de la lengua, el fascismo es un “Movimiento político y social de carácter totalitario que se desarrolló en Italia en la primera mitad del siglo XX, y que se caracterizaba por el corporativismo y la exaltación nacionalista”, siendo el corporativismo un sistema basado en la idea de que la sociedad es un solo ‘cuerpo’, unido por la solidaridad y en donde cada uno cumple su función. Es decir, un sistema que privilegia lo colectivo por encima de lo individual.
Curiosamente, si nos atenemos exclusivamente a esta definición, el estilo de gobernar de AMLO se adecúa de manera muy cercana a lo que originalmente se entendió como fascismo, sistema político que en Italia devino en una dictadura encabezada por Benito Mussolini.
Lo cierto
Las mujeres que han denunciado a Salmerón no son ni fascistas ni conservadoras, ni las mueve el afán de debilitar a AMLO, sino de evitar que éste premie a un abusador.
Son víctimas de acoso exhibiendo abusos en su contra, buscando justicia y que nuestra sociedad sea más igualitaria.
MENTIRA 4
Gatell es “de los mejores del mundo”, lo acusan por odio y rencor. Somos el país 23 en fallecidos a nivel mundial: AMLO.
Esta semana se “calentó” de nuevo el tema de la denuncia contra Hugo López Gatell, luego de que el abogado Javier Coello Trejo invitó libremente a las personas a sumarse.
AMLO no solo dijo que era “una dicha” tener en el gobierno a tan grande personalidad de la ciencia, sino también aseguró que es de los mejores del mundo en temas de epidemias, honesto, decente, íntegro y etc. Solo le faltó decir que es guapo y de bonita sonrisa.
Agregó que quienes lo acusan lo hacen por odio, rencor y politiquería y que los buenos resultados de su trabajo están a la vista, pues México no lo ha hecho mal.
Dos días después, aseguró que México se encuentra en el lugar 23 por fallecidos.
Lo cierto
Es que diversos organismos internacionales, académicos y universidades han colocado a México en los últimos lugares en calidad de gestión de la pandemia, lo cual evidencia que el trabajo de Gatell ha sido pésimo.
A ello se agregan sus terribles declaraciones sobre los cubrebocas, las pruebas, la gravedad de la pandemia, las curvas “aplanadas”, el regreso a clases, las vacunas a los niños, la “fuerza moral” del presidente y su necedad de usar el modelo centinela.
Por otro lado, México no es lugar 23 en fallecidos, sino el quinto lugar mundial, si tomamos en cuenta solo las cifras oficiales, pero contabilizando el exceso de mortalidad asociado a COVID podría ser el tercero o incluso el segundo, tan solo después de Estados Unidos.
MENTIRA 5
Los asesinatos de periodistas son un resultado del modelo neoliberal. “Esto tan lamentable de los asesinatos a periodistas y los asesinatos a los ciudadanos, pues tiene que ver con el modelo que impusieron desde hace cerca de 40 años llamado neoliberalismo”: AMLO.
En su acostumbrado estilo nebuloso e inconexo, que de manera tramposa lleva siempre todo al mismo destino: el pasado neoliberal, AMLO también culpó a esta ficticia época de los 52 asesinatos de periodistas que se han registrado en su sexenio.
Ya se sabe que esa oscura época, que él inventó, es la causante de todo: del sistema de salud de baja calidad, del desabasto de medicamento, de la pobreza, de la violencia e inseguridad, de los feminicidios y mucho más.
Lo cierto
Para explicar este complejo fenómeno y desmentir la descarada falsedad del presidente, citaremos al periodista Javier Buenrostro, quien escribió en 2016 lo siguiente:
“Según la asociación Artículo 19, la espiral violenta contra los periodistas proviene tanto de la acción como de la omisión de la esfera gubernamental (que incluye a los partidos políticos) y del crimen organizado. Sin embargo, y contra lo que pudiera pensarse en un país tan convulsionado por el narcotráfico, en México el peligro de ser periodista se vincula más a las acciones del gobierno. En los últimos siete años, casi 50% de las agresiones a periodistas han sido perpetradas por servidores públicos”.
Es decir, de 2011 a 2016, ya se tenía el registro de que las agresiones provenían de personas del gobierno, de diversos niveles. De 2016 a 2021 esa situación no ha variado, sino al contrario: el presidente de la República es el mayor agresor contra la prensa, pues sus insultos, burlas y humillaciones son una práctica casi diaria.
Nada que ver el neoliberalismo en esto. Si esa fuera la razón, el gobierno actual, que afirma no ser neoliberal, no tendría acciones agresivas en contra de la prensa, y además, cuidaría de manera eficaz las vidas de los periodistas que se acogen al Mecanismo de Protección. El mismo que le falló a Lourdes Maldonado.