El declive del presidente y la decadencia de las mañaneras

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Hace poco tres años y tres meses, el 3 de diciembre de 2018, ocurrió la primera conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador. Duró 52 minutos con 11 segundos y asistieron, además del Ejecutivo, los integrantes del gabinete de seguridad pública porque, según dijo el presidente, “este es el tema que preocupa a la mayoría de los mexicanos”.

Al presidente siempre le ha obsesionado no dejar espacios vacíos porque, como afirmaban los viejos políticos de su generación, en política, aquellos vacíos los ocupan otros, además, los medios de comunicación convencionales estarían obligados a transmitir de manera íntegra, cada mañanera, además de los medios públicos. En el centro del evento cotidiano se situó el presidente. Un mago de la propaganda. El pañuelo blanco una que otra vez para afirmar que la corrupción ya no se solapa desde arriba, la risa socarrona o el regaño a quien sea porque él es el líder y el guía que marca el camino. Y como en una plataforma circense no faltan los enanos, desde el primer día aparecieron Youtubers y, entre ellos, personajes como Lord Molécula, un hombre de aspecto ridículo –calvo, bigote ralo y traje con moño– para aplaudir las ocurrencias del mago.

Los auténticos periodistas apoyan la cuarta transformación, dijo muy pronto López Obrador y con ello cimentó a los Youtubers mencionados. Y como amor con amor se paga, ellos dieron todas las lisonjas posibles al gran líder, tanto, que una mujer entre aquellos comunicadores, Sandra Aguilera, le llamó al presidente “corredor keniano” por su gran fondo físico. Personas como ella le lustraban los zapatos a lenguatazos al presidente. Ninguna de estas personas, claro está, tenían una trayectoria dentro del gremio periodístico y sólo se limitaron desde ese entonces a la fecha, a leer las preguntas que el director de orquesta les dicta, Jesús Ramirez Cuevas. Junto a esos Youtubers, el 28 de enero de 2019, surgieron otros saltinbanquis como Nino Canún para bañar de elogios al presidente y hacerlo consigo mismo, para agradecerle a éste su regreso triunfal a los medios. Como dijo en su momento Gil Gamés, columnista de Milenio, eso no se había visto desde los tiempos en que los periodistas eran unos miserables al servicio del poder. Nino Canún afirmó que había sido vetado de los medios y etcétera, la revista que yo dirijo, aclaró que comunicador mentía: en 2012 y 2013, Nino Canún trabajó en Radio Fórmula.

Por cierto, la decisión editorial de este portal fue no asistir a las ruedas matutinas porque no eran un ejercicio de información como el presidente intentó justificar, sino una tribuna para el lucimiento personal –el culto a la personalidad que siempre alientan los líderes autoritarios– y una hoguera contra los adversarios de López Obrador. Y así fue.

La fiesta entró en su apogeo y las ruedas de prensa se situaron en el centro de la atención nacional. El mago irrumpía con toda su magia y sus recursos retóricos, guiado siempre por un guión del que no sale jamás. Hablar de corrupción, dirigirse al pueblo y echar la culpa de todo o casi, al gobierno de Felipe Calderón, no a Enrique Peña nieto que estuvo al frente antes del arribo al poder del propio López Obrador.

Pero la carrera entre las palabras que pretenden nombrar y a veces cambiar la realidad fue poco a poco ganada por la terca y contundente realidad. La conjura verbal de López Obrador que aseguró tener otros datos fue cediendo a las cifras de la realidad, incluso a los datos del mismo gobierno que el presidente intentó desdeñar con cierto éxito al principio pero que más tarde conformaron una bola de nieve que lo comenzó a arrollar. Este 3 de febrero de 2022 ha sido brutal para el presidente pues entre aquella risa burlona que negaba la existencia de las masacres y el ajusticiamiento ocurrido en Michoacán hay una distancia de más de 116 mil homicidios dolosos en lo que va de su administración. Más aún, la mayoría de los estados que concentra la mayor violencia en el país se encuentran gobernados por Morena, ahí está Morelos, Colima, Zacatecas y Veracruz, entre otros.

Me adelanté mucho, pues en estos tres años y dos meses no sólo aumentó la violencia que el presidente dijo que disminuiría desde el primer minuto de su encargo. También desmanteló aquellos avances que la sociedad había tenido en forma de programas sociales, los apoyos a las mujeres agredidas por ejemplo, más aún, el presidente negó la existencia de feminicidios como antes lo había hecho con las masacres. Y unto con todo ello comenzó a dar la espalda a quienes antes lo apoyaron, como lo hiceron precisamente amplios sectores feministas, de la cultura y la academia que, poco a poco, han ido expresando su desilusión y enojo.

Imposible sintetizar las cientos de horas ocupadas por el presidente para hacer campaña en la mañanera. Reseñar la presencia del periodista Jorge Ramos nos ocuparía este programa entero, baste señalar que, en un principio, Ramos defendió al presidente como un democráta y ahora él es uno de los comunicadores más agredidos por López Obrador junto con Carlos Loret de Mola, Denise Dresser y Carmen Aristegui. Sí, con la propia Aristegui, quien simboliza esa actitud de López Obrador por desechar a quienes antes uso para ocupar el cargo que tanto le obsesionó.

Imposible reseñar los ataques al INE, el INAI y cualquier otro organismo autonómo pero en particular al INE. Puede ayudar a sintetizar esto el dato de que, según todas las encuestas, el INE tiene más credibilidad que el presidente. Desde el comienzo de su administración y más aún cuando le estalló la bomba más dañina al presidente. Porque como hemos dicho, sus conferencias mañaneras también son para pontificar sobre la supesta moral franciscana del presidente, la investigación que mostró a su hijo viviendo diametralmente distinto a lo que él pregona, la famosa austeridad, fue un auténtico obus. Una y otra vez, López Obrador invitó a vivir a los mexicanos con un par de zapatos y en la mediania, incluso llamó despectivamente como “aspiracionistas” a quienes siempre quieren más bienes o lujos. Lo hizo cuando todos sabíamos que Irma Eréndira Sandoval o Manuel Bartlett tenían más casas que zapatos los integrantes del pueblo. Pero eso no le pegaba, andaba bateando por arriba de los 300 según sus pases mágicos. Hasta que se supo que José Ramón vivió en una casona en Houston a todo lujo, con sala de cine y toda la cosa y hasta alberca de 23 metros donde bailó el hijo más pequeño del presidente, es decir, además de todo, López Obrador sabía donde vivía su hijo mayor y aún así pregonó la austeridad.

Poco más de tres años después, las cosas han cambiado y la mañanera es la mejor vitrina para exhibir al presidente. El lo hace sólo. Es AMLO contra AMLO y estan perdiendo los dos, el AMLO que prometió y el que está deshaciendo en pedazos al país. Que siga la mañanera es un buen signo para el país porque todos los mexicanos se están dando cuenta de que sus palabras “pueblo”, “corrupción” o “no somos iguales” están huecas, son mentirosos.

La rueda matutina de, Ejecutivo se ha vuelto la mejor tribuna para criticarlo. Aquí se muestra como lo que siempre ha sido: ignorante, contradictorio, ególatra y autoritario. Un grillo y un gobernante ineficaz. Hasta los youtubers son parte de un escenario que ya es patético.

Por eso cada mañana vemos a un ganso cansado, él lo dijo, y manchado también por la ola de corrupción que invade a su gobierno. Lord Molécula es la expresión más grotesca de lo que es el periodismo aunque también es el espejo fiel del propio presidente.

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