El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, manifestó su intención de restaurar la pena de muerte en aquel país, aun cuando esta decisión implique frenar el proceso de adhesión de esta nación a la Unión Europea.
En un discurso pronunciado el domingo en Ankara, el marco de la inauguración del monumento dedicado a las 250 víctimas del fallido golpe de Estado del 2016, el mandatario turco advirtió que si el Parlamento aprueba la iniciativa para aplicar la pena capital, “no vacilará” en darle su visto bueno.
Asimismo, reprochó que la Unión Europea “le tome el pelo” a su gobierno con unas negociaciones que llevan décadas sin dar resultados concretos sobre su inclusión en el bloque.
Erdogan aprovechó el momento para arremeter contra el clérigo opositor, Fethullah Gülen, autoexiliado en Estados Unidos y señalado como el artífice de la tentativa de golpe de Estado; advirtió que “tanto los miserables golpistas como aquellos que los pusieron en nuestra contra ya no tendrán paz”.
En respuesta a lo expresado por el presidente turco, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, lo conminó a privilegiar el imperio de la ley y reiteró el compromiso de la UE para mantener abierto el diálogo con Turquía.
(Con información de Reuters)
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