Algunos tipos de bourbon, jugo de naranja e inclusive mantequilla de maní son sólo algunos de los productos estadounidenses a los que la Unión Europea (UE) le impondría aranceles como una respuesta inicial de medidas de “reequilibrio”, en el caso de que Washington incluya a Europa en su anunciada implantación de barreras arancelarias para el acero y el aluminio.
“En una guerra comercial, no hay vencedores”, afirmó en rueda de prensa la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, quien dijo que espera que la UE quede fuera finalmente de las medidas anunciadas por el presidente estadounidense Donald Trump, quien la semana pasada dijo que impondrá un arancel de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, sin dar más detalles.
Para Malmström, que se limitó a presentar las medidas que el Ejecutivo comunitario estaría dispuesto a adoptar de confirmarse la voluntad de Estados Unidos, “esto perjudicaría las relaciones transatlánticas”.
La víspera, Trump defendió su anuncio al considerar “muy injusta” la relación comercial con los 28 países europeos: “Nos hacen casi imposible hacer negocios con ellos y, sin embargo, enviaron sus autos y todo lo demás a Estados Unidos”, agregó. El viraje proteccionista del presidente de EU no es compartido por toda su administración; su principal consejero económico, Gary Cohn, dimitió tras mostrar desacuerdo con la decisión.
Los europeos exportan a Estados Unidos, cada año, unos cinco mil millones de euros en acero (seis mil 200 millones de dólares) y mil millones en aluminio, por lo que las medidas estadounidenses, que la UE considera proteccionistas, podrían perjudicarla en alrededor de dos mil 800 millones de euros, según la Comisión.
Además de complicar el acceso de la industria siderúrgica europea al mercado estadounidense, los aranceles de Trump podrían implicar el desvío a Europa de la producción de otros países que ya no encontrarían beneficios en Estados Unidos.
La primera respuesta de Bruselas es la adopción de medidas de “reequilibrio” para compensar en valor el perjuicio causado a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sin embargo, aclaró que “no podemos adoptar decisiones definitivas con base en esta lista mientras Estados Unidos no haya realizado un anuncio oficial”.
En concreto, el plan del esgrima arancelario trataría de imponer barreras a determinados productos estadounidenses para enviar un mensaje político a su presidente, en especial aquellos fabricados en los territorios más favorables a Trump. Esta primera medida necesitaría unos tres meses para entrar en vigor.
La idea de Bruselas es maximizar el impacto político de las medidas de represalia, minimizando sus efectos en los consumidores europeos. “Hay una lista provisional que está siendo debatida” y será “pública dentro de poco”, apuntó la comisaria europea, precisando que el inventario cuenta con productos siderúrgicos, industriales y agrícolas.
En ella habría “algunos tipos de bourbon, así como artículos como la mantequilla de maní, arándanos y jugo de naranja”, precisó Malmström, quien asume las competencias de Comercio de todos los países del bloque.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya había avanzado que la respuesta europea podría tener también en el punto de mira productos como las motos Harley-Davidson o pantalones vaqueros Levi’s. Claro que la lista de productos no menciona ninguna empresa, sino que utilizaría términos aduaneros más genéricos como “pantalones, de trabajo, de algodón, para hombres”.
“No podemos adoptar decisiones definitivas con base en esta lista mientras Estados Unidos no haya realizado un anuncio oficial”. Además de las medidas de “reequilibrio”, la UE podría también adoptar medidas de “salvaguardia” para proteger su industria, una decisión que tardaría también algunas semanas en entrar en vigor.
Ello consistiría en limitar temporalmente las importaciones de acero y aluminio a Europa para preservar estos sectores de sus competidores extranjeros, tal como lo autoriza la OMC. Finalmente, Bruselas podría presentar una demanda, quizás con el resto de países afectados, ante la OMC, un procedimiento que suele tardar dos años.
“Pueden hacer lo que quieran pero si lo hacen, impondremos una gran tasa del 25% sobre sus autos y, créanme, no seguirán haciéndolo durante mucho tiempo”, respondió el martes Trump a un periodista que le preguntó sobre el tema.
(Con información de El Universal)
aml
