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En 2001, Charles Ingram, un excomandante del ejército británico, se convirtió en la tercera persona en ese país que ganaba el concurso televisivo “¿Quién quiere ser millonario?” (“Who Wants To Be A Millionaire”).

Pero entre pregunta y pregunta y aplauso y aplauso, hubo algo muy peculiar en esa edición del programa y la clave no estaba en Ingram, sino en unas toses que se escuchaban.

Y más precisamente: en el momento en que surgían.

La más reciente obra de teatro del británico James Graham, “Quiz”, evoca ese episodio televisivo, cuenta la historia de lo que el dramaturgo califica como “el crimen más británico de todos los tiempos”: el escándalo de las toses en “¿Quién quiere ser millonario?”.

Ingram fue acusado de hacer trampa.

De acuerdo con la acusación, Ingram contó con la ayuda de su esposa, Diana, y de otro concursante, Tecwen Whittock, quienes supuestamente tosían cuando la respuesta correcta era mencionada.

Ingram mantuvo que era inocente a lo largo del juicio.

Pero tanto él como su esposa y su cómplice fueron juzgados y declarados culpables de engaño y, en 2003, se les dictaron penas de prisión suspendidas.

El público vota

El público que asiste a la obra tiene la opción de expresar su opinión sobre la culpabilidad o inocencia de Ingram.

Los asistentes pueden votar a través de un dispositivo electrónico al que tienen acceso en el teatro y lo hacen cuando terminan las dos partes de la puesta en escena.

La primera parte culmina tras la presentación del caso para su procesamiento judicial y al final de la segunda parte, la audiencia ya ha escuchado la defensa de Ingram.

Uno de los aspectos interesantes de la obra, indica Daniel Evans, director de la obra, es que los asistentes podrán comparar, al final del show, su voto con el del resto del público de esa noche y con los votos de las presentaciones previas.

Los resultados varían de presentación en presentación, pero Evans y Graham señalan que las audiencias generalmente votan “culpable” tras escuchar la parte acusatoria, pero tienden a tomar el lado de Ingram tras escuchar su defensa.

“Obsesión británica”

“Los shows que se basan en preguntas y juegos me parecen fascinantes, son una obsesión muy británica y es algo que me encanta”, le dijo Graham a la BBC.

“Pienso que la historia de si unas personas de clase media intentaron robarse un millón de libras (más de US$1.400.000) con preguntas y toses, se siente como el crimen más británico de todos los tiempos. Y por su simplicidad, resulta casi absurdo“.

“Para mí fue realmente emocionante y pensé que si solo pudiéramos intentar y convertir eso en un thriller al estilo de “Ocean’s Eleven” (“La gran estafa”), (…) la proposición sería realmente fascinante”.

Tras presentarse el año pasado en Chichester, en el sur de Inglaterra, la obra se expone en Londres.

Más información: https://bbc.in/2qtJ354

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