Tras los crímenes contra las autoridades municipales de Chilpancingo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su preocupación por esos hechos de violencia, exigió justicia para restaurar el Estado de derecho y advirtió una situación alarmante en el país.
La semana pasada fueron asesinados el presidente municipal de Chilpancingo, Guerrero, Alejandro Arcos Catalán, así como Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, secretario general del mismo ayuntamiento. Eso avivó la preocupación de la CEM por la inseguridad y la violencia que atraviesa el país.
Este martes la CEM dio a conocer un pronunciamiento sobre los hechos referidos. Además de manifestar solidaridad y condolencias, así como oraciones a las víctimas y sus familiares, la Iglesia católica expresó su “gran preocupación” por los “actos de violencia extrema” que han ocurrido en Guerrero, los que la han consternado, además de que “revelan una situación alarmante en nuestro país”.
Ante lo que ocurre, la jerarquía católica llamó a las autoridades de todos los niveles de gobierno para que realicen inmediatamente acciones que garanticen la seguridad de los ciudadanos, además de que pidió esclarecer los asesinatos y hacer justicia para restaurar el Estado de derecho.
La CEM también propuso implementar la Agenda Nacional de Paz, presentada hace un año, producto de un intenso proceso de diálogos con diversos grupos sociales, en el marco de la crisis de violencia que vive el país.
También llamó a los ciudadanos a sumarse a los esfuerzos para alcanzar la paz, el respeto a la vida y por “la construcción de una sociedad más justa y fraterna”.
