“El Mayo” Zambada prefería estrategia de AMLO que la de Calderón: crónica de Proceso

Cuartoscuro

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Tres semanas antes de su secuestro y detención, Ismael “el Mayo” Zambada negó traficar fentanilo, le dio la razón a la política de “abrazos, no balazos” de Andrés Manuel López Obrador sobre la estrategia de Calderón y ratificó vínculos entre gobiernos y grupos criminales, informó Proceso.

Este miércoles ese medio publicó una larga crónica de un encuentro de María Scherer Ibarra con el jefe criminal del hoy dividido Cártel de Sinaloa (ocurrido en julio de 2024, sin que la revista explique por qué aparece hasta seis meses después), en la que la reportera rinde fundamentalmente homenaje a su padre, Julio Scherer García (quien platicó personalmente con “el Mayo” 14 años antes), y relata las circunstancias de la reunión, con algunas frases intercaladas a lo largo del texto.

Rico en descripciones, el trabajo presenta escaso material realmente informativo, como parece reconocerlo la propia periodista: “Las siguientes dos horas hago todas las preguntas que llevo preparadas, más otras que salen al vuelo. Ismael Zambada esquiva la mayoría de ellas. Otras las responde con monosílabos. Es inútil insistir; él habla o calla conforme quiere”.

Es decir, en ese sentido Zambada le dio el mismo trato a la reportera que a su padre. Ella incluso escribe en otra parte de la crónica: “No manifiesta nada que no sepamos”.

Lo que sí dijo “el Mayo” a Scherer Ibarra fue negar que traficara fentanilo, la droga que más preocupación provoca en Estados Unidos y que amenaza la relación con México.

“El fentanilo… eso sí no. Aquí no van a encontrar una sola tiendita que sea mía. El fentanilo es muy peligroso”, le dijo Zambada a Scherer Ibarra. Añadió que las tienditas de ese producto que están en Sinaloa no eran suyas.

En otra parte la reportera preguntó al entonces jefe del Cártel de Sinaloa su opinión sobre “abrazos, no balazos”, la estrategia de seguridad de López Obrador, y si era mejor que la implementada por Felipe Calderón. La respuesta fue favorable para el tabasqueño: “Tiene razón el presidente. Los balazos son peligrosos”.

Cuestionado sobre los vínculos entre el gobierno y el narcotráfico, “el Mayo” respondió: “Conozco a gente metida en todos lados. En la policía municipal, en la estatal, en la federal”. Preguntado sobre si incluía gobernadores, la contestación fue: “Ahí hay de todo. Unos sí, otros no”.

“El Mayo” también dijo que extraña a su hijo Vicente Zambada, “el Vicentillo”, quien, tras su arresto en 2009 y posterior extradición a la Unión Americana, ha sido un testigo protegido fundamental de las autoridades de Estados Unidos para procesar a varios narcotraficantes.

Scherer Ibarra le dijo a Zambada que “miles de familias extrañan a sus hijos, muertos y desaparecidos”; la respuesta fue: “Conozco ese dolor”.

Preguntado por la periodista si ha valido la pena la vida que ha llevado, “llena de muerte”, dijo el jefe delictivo: “Que  yo sepa, así terminan las vidas de todos”.

El texto concluye con la referencia del entusiasmo que al “Vicentillo” le inyectó aquella edición de Proceso (número 1744, 4 de abril de 2010) en la que pudo ver en portada a su progenitor, “un hombre erguido, con la barbilla apuntando arriba y el pecho hacia afuera. La fotografía de su padre era la de un hombre que no se da por vencido. El ánimo del vástago se fue para arriba”, escribió Scherer Ibarra.

Tal vez a la reportera sólo le faltó mencionar que en esa imagen su padre está al lado del “Mayo” Zambada, y que éste tiene su mano derecha sobre el hombro del legendario periodista de Proceso.

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