La Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa) investiga como la posible causa de muerte del gorila Bantú una mala administración de medicamentos, algunos de éstos ni siquiera con la etiqueta de aprobación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
El subprocurador de Recursos Naturales, Ignacio Millán Tovar, sostuvo que los encargados del Zoológico de Chapultepec no respetaron el protocolo de fauna silvestre, por lo que investigan una posible negligencia.
Explicó que los encargados de sedar a Bantú (que sería trasladado al Zoológico de Guadalajara para que se reprodujera) utilizaron dosis excesivas de medicamentos.
“Ni el mismo protocolo de manejo de fauna que ellos nos presentan está cumplido al 100%, toda vez que las dosis manifestadas en ese protocolo fueron alteradas. Originalmente, el protocolo manejaba que se le tenían que aplicar tres mililitros de la sustancia compuesta de tiletamina-zolacepam y después ellos le agregaron 1.5 más mililitros”, dijo Milán Tovar en entrevista para Reforma.
“Pero aquí lo curioso es que le administraron otro tipo de fármacos como ketamina y medetomidina, que son otro tipo de fármacos diferentes a los que manejaron originalmente dentro de su protocolo”.
Además, localizaron frascos que no estaban etiquetados por lo que estas sustancias ya fueron enviadas al laboratorio para definir qué son y si éstas tienen algo que ver con la muerte del último gorila de las montañas macho de nuestro país.
“Les aseguramos todos los medicamentos y encontramos algunos perfectamente etiquetados con los registros de Sagarpa para el manejo veterinario, pero hay un frasco que no presenta ningún tipo de registro de la autorización. Esto lo vamos a analizar con Sagarpa, a efecto de que nos puedan definir si esto es legal”,
Por otra parte, la Profepa también investiga porque no se les avisó de manera oportuna sobre la muerte del gorila y por qué no esperaron a las autoridades para realizar la necropsia, misma que ya había concluido cuando los representantes de la Procuraduría llegaron al zoológico.
“Al momento de iniciar la visita (el 7 de julio, un día después de la muerte del ejemplar), nos encontramos que el cadáver ya estaba totalmente diseccionado y agrupado en diversas bolsas, por lo que, a efecto de tener la certeza de que estuviera completo el ejemplar, se les pidió que se sacara de las bolsas y lo pusieran en la plancha del laboratorio”, relató.
“Ellos (los responsables del cuerpo), cuando llegamos, tenían la pretensión de incinerarlo, entonces nosotros lo aseguramos y, hasta que no se defina la causa, ordenaremos cuál es el mejor destino que se le debe de dar a Bantú”.
mahy