Que se oiga claro y lejos. Si al Presidente de la República se le ocurren ideas que Gilga podría poner a circular en esta página, Gamés empezará a dar las mañaneras; total, madrugar, hablar y decir cosas acerca de todo y nada no va a amedrentar a Gil. Una cosa por la otra. Gilga no va a entrar a la casa de las suposiciones: que si lo de la rifa del avión presidencial es un humo de cortina para desviar la atención de otros serios tropiezos del gobierno del Presidente. Da igual.
Gil lo oyó, nadie se lo contó, y vio al Presidente plantear la rifa con seriedad: Seis millones de cachitos de a 500 pesitos. La Lotería Nacional imprime el billete, organiza la rifa con apego a derecho, se lo gana una señora o un señor y todos contentos, acabamos con el penoso asunto del avión satánico que además se volvió un problema de dinero en tiempos de la austeridad republicana y una contrariedad simbólica. Ah, los símbolos, esas arañas ponzoñosas.
Su periódico El Universal explicó en una nota que el ganador o la ganadora (qué corrección la de Gil) tendría que pagar 7% de impuesto en promedio sobre el precio del avión, desembolsar 4 mil dólares a la semana por mantenimiento; un vuelo cuesta 15 mil dólares en viajes promedio de 5 horas, y del espacio para guardarlo, ni hablar. Gil propuso en su momento que convirtieran y adaptaran al avión como una normal rural, la José María Morelos y Pavón; no le hicieron caso, ahí están las consecuencias.
Entrega total
Gil lo leyó en su periódico El País en línea. Pónganse cómodos: “La Conferencia Episcopal Española ha propuesto un curso de dos a tres años para formar a los novios antes del matrimonio porque consideran que las 20 horas no son suficientes. Uno de los objetivos es evitar rupturas pues, según indican, a los cinco años se han roto”.
Gilga se dio una machincuepa: ¡de dos a tres años! Casi una licenciatura en “Conservación de Matrimonio”. Sutano se te ve pasado de kilos, ajado, amargadón, con poco entusiasmo. ¿Te pasa algo? Me ha pasado algo maravilloso: he conservado mi matrimonio después de un curso de dos años inolvidables.
La nota de su periódico El País informa que entre los temas que incluye el curso, los obispos proponen a los novios la castidad hasta después de la boda. ¿Incluso después? “El pánico a la entrega total hace que se haya extendido el probar las relaciones antes de estar casados”. Gil está de acuerdo, pues ha visto tremendos ataques de pánico aquí y allá.
Los obispos españoles consideran la pornografía y la masturbación como una amenaza para los matrimonios. Algo hay de verdad en esto: no me esperes a cenar, cariño, tengo una cita conmigo mismo, o conmigo misma. Sobre la pornografía, recuerdan que según el catecismo de la Iglesia, “desnaturaliza la finalidad del acto sexual y atenta gravemente la dignidad de los que se dedican a ella”.
Gamés realizó una breve, pero no por eso menos intensa investigación y encontró títulos de grandes producciones pornográficas: La Tetanic, El vererecto final, La guarra de las galaxias, Mujeres al borde de un ataque de miembros.
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