La Comisión Nacional de Derechos Humanos debe desaparecer y “transformarse en la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”, para dejar atrás “el modelo con el que fue creada” bajo la simulación neoliberal, afirmó la titular del organismo, Rosario Piedra Ibarra, en un comunicado oficial.
Con fecha 12 de mayo, la CNDH emitió un comunicado para dar respuesta a las “mentiras” que, acusa, se han dicho tras las declaraciones hechas por Piedra Ibarra en un encuentro con representantes diplomáticos y de derechos humanos de Países Bajos, en las que afirmó que la Comisión es “parte del Estado”.
“La CNDH reitera ser parte del Estado mexicano y también que tiene que transformarse en la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”.
Reitera lo anterior luego de la “campaña de mentiras” que presenta como una “aberración” lo arriba mencionado y que Piedra Ibarra ya había manifestado en el sentido de que “no somos una entidad ajena al Estado, somos parte de él, por lo que así como es claro que el gobierno no es el Estado, la CNDH no mide su autonomía hoy a partir de sus desencuentro con las autoridades ni se asume como contrapeso de ningún poder, sino que concebimos y practicamos una relación constructiva con todas las autoridades, en particular con el gobierno federal”.
Como se recordará, estas declaraciones propiciaron intensas críticas.
Ante ello, apunta la Comisión “lamenta que a más de 34 años de su creación se siga ignorando su función y su papel en el Estado mexicano, producto justamente de la simulación en la que se vivía hasta hace 6 años y una prueba más de la urgencia de transformar y dejar atrás el modelo con el que fue creada y, sin entrar en polémica con los ‘juristas doctos’, reitera lo que es real y evidente” y que es que la CNDH sí es parte del Estado, entendido éste como “la forma de organización política de una sociedad”.
Y cargó contra los “gobiernos simuladores del pasado”, mismos que crearon la CNDH para que encubrieran “la total falta de equilibrios y democracia que imperaban en México”.
Lo que les escandaliza a muchos es que ahora la CNDH hace una “visibilización” de “toda esa farsa”.
“Asumimos sobre todo que nuestro posicionamiento, mencionado en el comunicado aludido, choca con la narrativa de los últimos años de cierto sector, para el cual Estado y gobierno son sinónimos. Una falacia completa. Pero como no vamos a entrar en una construcción filosófica (sic), apelamos a los concepto más elementales para clarificar nuestro papel, y evidenciar, una vez más, la guerra sucia de que somos objeto”.
Sin embargo, se ensarza en citar a diversos téoricos políticos y sus concepciones del Estado para luego añadir que “eso de que la CNDH no es parte del Estado o debe ser un ‘contrapeso’ no es más que un invento del salinismo para aparentar lo que nunca fue, pero necesitaba simular: el equilibrio de poderes”.
Agrega que en los gobiernos anteriores la CNDH nunca fue real contrapeso del poder, sino una mera farsa.
Para finalizar, señala que hay que analizar si se quiere seguir con el modelo creado por funcionarios del pasado como Jorge Carpizo y “los agentes de la Dirección Federal de Seguridad” convertidos en supuestos defensores de los derechos humanos en los años 90.
O bien “si empezamos a plantearnos, en serio y de verdad, los alcances de cumplir con lo que dice nuestra Constitución. Específicamente el artículo 1° y creamos la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”.
Cierra diciendo “¡Defendemos al Pueblo!”, aunque no aclara de quién, toda vez que antes apunta colaborar plenamente con todas las autoridades.
Cabe señalar que en Venezuela, una dictadura encabezada por Nicolás Maduro, existe un organismo llamado Defensoría del Pueblo que se define como “Institución del Poder Ciudadano para la promoción, defensa y vigilancia de los Derechos Humanos”.
ofv