Como se esperaba, el oficialista Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Venezuela declaró ganador de los comicios presidenciales del pasado 28 de julio al dictador Nicolás Maduro, además de que declaró en desacato a Edmundo González Urrutia, el candidato opositor. A más de tres semanas de la jornada electoral, las autoridades siguen mostrar las actas con los resultados. Por su parte, una misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció la falta de independencia e imparcialidad de las autoridades electorales venezolanas, mientras que Gabriel Boric, presidente de Chile, se negó a reconocer el “triunfo” del dictador y dijo que es una “infamia”.
Este jueves la Sala Electoral del TSJ, en medio de una amplia exigencia internacional de que se presenten las actas con los resultados de la elección presidencias y de que sean verificadas por expertos independientes, dictó la sentencia acerca del recurso contencioso que le presentó (más bien: le ordenó) el dictador Maduro sobre los conteos del Consejo Nacional Electoral (CNE), apenas unos días después de la jornada comicial.
En la sentencia, que fue leída por Caryslia Rodríguez, la presidente del TSJ, validó los resultados al establecer que se certificó “de forma inobjetable el material electoral peritado y convalida esta sala los resultados de la elección presidencial del 28 de julio del 2024, emitidos por el Consejo Nacional Electoral, donde resultó electo el ciudadano Nicolás Maduro Moros como presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el período constitucional 2025-2031. Así se decide”.
Ello ocurrió pese a las numerosas y graves irregularidades en ese proceso electoral que señalaron expertos como los del Centro Carter, así como especialistas en la materia enviados por la Organización de las Naciones Unidas, además de las exigencias de transparencia de la Organización de los Estados Americanos y de la Unión Europea. Por supuesto, la oposición, encabezada por María Corina Machado y González Urrutia, que ha mostrado el 80 por ciento de las actas, ha denunciado fraude electoral.
Pero el TSJ, no contento con su muy cuestionable sentencia sobre la validez de los resultados y de acuerdo con la política represiva del dictador Maduro, declaró a González Urrutia en desacato debido a que no acudió a los citatorios que se le hicieron con motivo del proceso, lo que, afirmó que es una conducta para la cual hay sanciones en el ordenamiento jurídico vigente.
Debido a lo anterior, Rodríguez anunció que esa sentencia será enviada a la Fiscalía General, que, supuestamente, está investigando delitos relacionados con la elección, como un hackeo que no ha podido ser demostrado, usurpación de funciones, falsificación de documentos (por la presentación de actas por la oposición), instigación a la desobediencia de las leyes y conspiración.
Al respecto, Machado publicó en su cuenta de X: “TSJ: Échenle bola”. Ese señalamiento fue en referencia a una expresión que hizo en la manifestación opositora del pasado sábado respecto al fraude electoral: “Les voy a decir algo: por ahí hay gente que dice que en tres semanas ya pueden haber impreso actas falsas. Ojalá. Échenle bolas, impriman actas falsas”.
A su vez, González Urrutia también se dirigió a los integrantes del TSJ, a quienes escribió: “Ninguna sentencia sustituirá la soberanía popular”, y señaló el desprestigio de las instituciones electorales venezolanas a nivel internacional: “El país y el mundo conocen su parcialidad y, por ende, su incapacidad de resolver el conflicto; su decisión solo agravará la crisis. Los venezolanos no estamos dispuestos a renunciar a nuestra libertad ni a nuestro derecho a cambiar en paz para vivir mejor. #NoUsurparánLaVerdad”.
Por su parte, también este jueves la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela envió una alerta sobre la carencia de independencia y de imparcialidad tanto del CNE como del TSJ.
Esa misión emitió señalamientos de sus miembros: así, por ejemplo, denunciaron el papel que los dos organismos señalados han tenido en “la maquinaria represiva del Estado”. Martha Valiñas, presidenta de ese grupo de especialistas internacionales, declaró que el gobierno venezolano ha ejercido “una injerencia indebida sobre decisiones del TJS a través de mensajes directos a magistrados y declaraciones públicas del presidente Nicolás Maduro y Diosdado Cabello”.
Sobre los mecanismos que ha usado la dictadura madurista, Francisco Cox Vial, integrante de la misión, recordó que hace dos años “la Asamblea Nacional modificó la membresía del Comité de Postulaciones Judiciales, para ser controlada por la misma Asamblea, de mayoría gubernamental, y eligió a los actuales 20 magistrados del TSJ”.
Cox Vial también denunció que Caryslia Rodríguez, presidenta del TSJ, “es militante del partido del gobierno y ha ejercido cargos de elección popular”.
Otra integrante de la misión, Patricia Tappatá Valdez, mencionó que Elvis Amoroso, presidente del CNE, ha sido diputado en la Asamblea Nacional en representación del partido gobernante, además de que, como contralor general, fue el encargado de la inhabilitación de Machado y de otros líderes opositores.
Por su parte, Gabriel Boric, presidente de Chile, quien ha sido un duro crítico de Maduro, consideró que el TSJ “termina de consolidar el fraude” en una “sentencia que estará signada por la infamia”.
El mandatario chileno fue severo con la descripción del régimen del dictador Maduro: “No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo solo comparable con el de Siria producto de una guerra. He visto a los ojos a miles de venezolanos que claman democracia su patria y que hoy reciben un nuevo portazo”.
El presidente de izquierda no titubeó y expresó que su gobierno “no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía”, y sentenció que su dictadura “no es la izquierda”.
Sobre lo último, Boric postuló que “es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere. Un progresismo transformador que mejore las condiciones de vida de su pueblo construyendo comunidad en vez de individualismo, encuentro por sobre polarización. Hacia allá caminamos en Chile. Mis respetos a todo el pueblo venezolano que lucha por la democracia, la justicia y la libertad”.