El gobierno de López Obrador utilizó el presupuesto destinado a desastres naturales como caja chica. Recortó más del 95% de los recursos asignados a la protección civil y los dedicó a fines distintos. La anterior no es una afirmación especulativa, ya que se desprende de los informes de la Cuenta Pública anual que la SHCP rindió del año 2019 al 2024.
En atención a que el territorio nacional es escena recurrente de ciclones, tormentas, sequías, sismos e incendios forestales, desde 1999 entró en operaciones el fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (FONDEN). Se concibió como herramienta del Estado para financiar la prevención y reparación de daños ocasionados por este tipo de eventos. El artículo 37 de la Ley Federal de Presupuesto, aprobada por consenso de los partidos y expedida en 2006, ordena que se deben asignar recursos para prevenir y atender daños ocasionados por fenómenos naturales.
Durante el sexenio peñanietista, el ejercicio presupuestal del FONDEN se caracterizó porque cada año se dispusieron ampliaciones al presupuesto originalmente destinado. Mientras que en el PEF se aprobó una media aritmética de 10 mil 500 millones de pesos, cada año se sumaron en promedio 6 mil 500 millones más. Para atender los estragos de los sismos de septiembre de 2017, en 2018 se presupuestaron 27 mil 700 mdp monto que se incrementó con ampliaciones por otros 7 mil 200 millones. Pese a las denuncias de grave corrupción en su manejo (que hasta la fecha no han sido castigadas), al final de ese sexenio el FONDEN contaba con unos 30 mil millones de pesos en sus arcas.
En los dos primeros años del sexenio de AMLO, cuando todavía estaba en operación el FONDEN como fideicomiso, se le concedieron ampliaciones presupuestales para concluir la reconstrucción de los sismos de 2017, las lluvias atípicas e inundaciones en los estados del Sureste y Sonora, así como la sequía en San Luis Potosí y los destrozos ocasionados por los ciclones Willa, Fernand y Lorena. Pero en 2020, AMLO decretó la extinción de este fideicomiso y de sus normas de operación, sustituyéndolo por una partida presupuestal inserta en el Ramo 23 del presupuesto federal. Conservó el nombre “Fonden” para ese programa y hasta el promedio de los montos presupuestales anuales, los que desde entones se manejan sin considerar ahorros para los siguientes ejercicios y se hace de forma discrecional, opaca y arbitraria.
A partir de ese año, el FONDEN como programa sin reglas de operación sufre un ejercicio presupuestal errático que mueve a suspicacias. Conforme a la información contenida en la Cuenta Pública de cada año (Tomo II, “Gasto por categoría programática (armonizado”), en los ejercicios de 2021 a 2024 se destinaron en total 54 mil 600 millones de pesos para desastres naturales, pero a es e monto la SHCP le aplicó reducciones por 51 mil 930 millones. Solo quedaron 2 mil 666 millones de pesos del presupuesto que la Cámara de Diputados aprobó para ese fin: ¡un recorte de más del 95%!
La impúdica cifra y el no menos escandaloso porcentaje revelan al presidencialismo exacerbado que pasa por encima del Poder Legislativo, así como una conducta que, aparte de ignorar a los damnificados, resulta arbitraria, opaca y probablemente corrupta. AMLO y sus funcionarios deben responder: ¿Qué hicieron con el dinero del FONDEN?
Una hipótesis benevolente que incluye una perversa como ilegal conducta, es la del clientelismo en la atención de los desastres naturales: quitaron el dinero de las dependencias encargadas de la protección civil y la reconstrucción de obra pública, lo traspasaron al ejército electoral “servidores de la nación” y, así, el gobierno y su partido lucran políticamente con la atención de la población damnificada. Hay indicios de una operación como esta en Acapulco y Coyuca de Benítes después de la devastación del huracán Otis.
También pudo hacer ocurrido que la administración desvió el 95% de los recursos del FONDEN para financiar las obras faraónicas (existen indicios de que ello ocurrió con el Tren Maya y el AIFA).
No debe descartarse, sin embargo, la peor de las explicaciones: que la burocracia dorada de la 4T financió su inclinación a lo burgués y su vida de nuevos ricos con los dineros que debían gastarse en atenuar el sufrimiento de los damnificados y la reconstrucción.
Cincelada: Igual que miente con el asesinato del abogado Cohen en plena Ciudad Judicial, la Fiscal de la CDMX miente y oculta información en el caso de la pipa que estalló en el Puente La Concordia.

