Conectividad. Poderosa Afrodita

Amor propio, amor incondicional, amor no correspondido, amor erótico, amor al dinero, amor por la aceptación. Todos, mezclas de emociones, deseos y pasiones, que en la era digital se expresan mediante: me gusta, me encanta, me importa, me divierte.

Hace cuatro años, todo parecía enamoramiento en redes sociales. Todos posteábamos inocentemente nuestro amor propio y placeres como viajes, amores, sin pensar que detrás de toda esa información, se esconde la recolección de datos personales, mismos que serían utilizados para influir sobre nuestras filias y fobias.

Entonces nace la teoría de la conspiración sobre Cambridge Analytica por la desinformación y uso de los datos para crear perfiles psicológicos de los usuarios de Facebook, y de manipular la información a favor de los candidatos a puestos de elección popular, con estrategias que van mucho más allá de la compra de publicidad dentro de las plataformas.

Una narración nada mítica sobre este fenómeno quedó plasmada en las elecciones de Estados Unidos de 2016, un país que presume una democracia y soberanía a prueba de todo.

Fuente: Bold Nicaragua

Para 2020, las reglas se han transformado gracias al Covid-19 y a nuestra hiperconectividad. Casi a diario las diferentes plataformas sociales cambian sus políticas de compartición de contenidos, en una lucha por retomar la confianza de sus usuarios, ante una inmensa ola de noticias falsas que definitivamente logran cambiar la opinión de la gente sobre diversos temas.

Filias y fobias tecnológicas

Para estas elecciones, los partidos políticos y candidatos a la presidencia de Estados Unidos están más preparados y en conocimiento de los poderes y capacidades de las redes sociales para la transformación social. Y no es para menos, cuando los principales canales de comunicación son en línea, y hoy, más que nunca, los ciudadanos están votando por correo para evitar las reuniones presenciales.

No es de extrañar que a pocos meses de las elecciones, Trump arremetiera contra Google, Amazon, Facebook y Apple por abuso de posición de dominio de mercado y discriminar a compañías rivales, creando reglas propias para los precios para el comercio electrónico, búsquedas, redes sociales y publicidad.

A lo anterior se suma el desamor que el propio Trump ha manifestado contra las empresas tecnológicas chinas como Huawei y TikTok, acusándolas de la recolección de datos, por lo que prohibió que en su mercado se realice ninguna transacción con empresas del país asiático.  De ganar Joe Biden las elecciones la tensión permanecerá, seguramente.

A pocas horas de conocer quién gana la presidencia de Estados Unidos, la política y la tecnología viven un amor ambivalente, voluble y caprichoso, que intenta curarse de las heridas del pasado, para volver a encontrar en la conectividad ese amor incondicional.

Estemos atentos a este narcisismo virtual.

Autor

  • Ingrid Motta

    Ingrid ha sido reconocida en varias ocasiones como una de las 100 mujeres más poderosas en los negocios por la revista Expansión, una de las 45 líderes de mercadotecnia por la revista InformaBTL, así como una de las mujeres más influyentes en el campo de la tecnología por el periódico El Universal.

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