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Es un hecho que la pandemia del Covid-19 ha tenido un impacto negativo sobre las empresas establecidas en México. Para empezar, en un reporte que el INEGI dio a conocer el pasado 2 de diciembre, se informa que de 1 millón 873 mil empresas que existen en nuestro país, 87 por ciento señalan que aún en el tercer trimestre se vieron afectadas por la pandemia, lo que si bien es menor que el 93 por ciento reportado en abril, nos permite ver con claridad que el impacto que resintieron las empresas fue muy relevante, y que aún en el tercer trimestre, casi 9 de cada 10 empresas reportaba afectaciones. Una de las afectaciones principales reportada aún fue la disminución en los ingresos, pues 79 por ciento de las empresas manifestaron ese comportamiento aún entre julio y septiembre, una mejora frente al 85 por ciento que resintieron una merma en sus ingresos en abril.

El reporte en cuestión se llama “ECOVID-IE, Encuesta sobre el Impacto Económico Generado por COVID-19 en las Empresas”, que ha sido levantada ya en dos ocasiones en el curso de este año, que en una primera instancia fue sugerida por el Banco Mundial con el propósito de que los países generen estadísticas sobre el impacto del Covid-19 en sus respectivos universos de empresas, que puedan ser comparables entre países.

Ese mismo día, el INEGI dio a conocer los resultados del “Estudio sobre Demografía de los Negocios (EDN) 2020”, que en este caso se comparan con los de los censos económicos levantados en 2019. El sentido es el mismo. En términos de “destrucción” de establecimientos de negocios, el INEGI encontró que entre el dato de mayo de 2019 y el obtenido en septiembre de 2020 desaparecieron un millón diez mil establecimientos de negocios en México, de un total de 4 millones 857 mil establecimientos que se habían contabilizado el año pasado. A la par de que desapareció ese número, se crearon 619 mil establecimientos. Es decir, fue mucho mayor el número de establecimientos que sucumbieron frente a los que surgieron, por ello, en el agregado, el número total de establecimientos se redujo a 4 millones 466 mil unidades, una pérdida neta de 391 mil 414 establecimientos.

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS, 15JUNIO2020.- FOTO: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO.COM

Toda esta radiografía sobre el impacto del Covid-19 en las empresas establecidas en México en teoría no era conocida por el presidente de México un día después de que fue divulgada por el INEGI. A pregunta expresa de una reportera en su conferencia mañanera del jueves 4 sobre lo reportado por INEGI, el presidente se precipitó a responder “no, pues no conozco el informe”; acto seguido agregó su emblemática frase, la que utiliza para tratar de atraparnos en la realidad alterna con la que nos pretende convencer, “tengo otros datos”.

La reportera insistió en preguntarle sobre el tema, y aprovechó para ampliar su cuestionamiento, preguntando al presidente López Obrador si no le preocupa lo reportado por INEGI. La respuesta del mandatario fue “no, no porque, este, yo tengo información de que no se nos ha caído el consumo, de que estamos recuperando los empleos, no tenemos escasez de alimentos; no hay carestía de la vida, no hay devaluación del peso, no nos hemos endeudado, no han aumentado los impuestos…”. Entonces para descarrilar un posible mayor intercambio sobre lo difundido por INEGI, el presidente recurrió al recurso retórico, que haciendo un nuevo repaso sobre lo que según se ha hecho para enfrentar la pandemia y la crisis económica provocada por esta, derivó en hacer referencias a lo que él considera “los conservadores” y algunas posturas que según él han adoptado, como que a algunos no les gusta “que estemos en contra del racismo, porque ellos se sienten de sangre azul”.

Con ello, evitó caer en una situación en la que tendría que haber reconocido que sus recetas para hacer frente a la crisis económica, han generado pocos resultados. Por ejemplo, de la información divulgada por INEGI, 10.6 por ciento de los establecimientos de negocios en México reporta que recibió algún apoyo financiero para hacer frente a la pandemia, pero ojo, no nos vayamos con la finta, porque solo la tercera parte de esa proporción es la que reporta haber recibido apoyo del gobierno. El resto, recibieron apoyo de bancos, proveedores, socios, prestamistas privados o incluso de familiares o amigos. Así que podemos afirmar que pese a lo que presume el gobierno del presidente López Obrador, solo 3.4 por ciento del total de los establecimientos de negocios que existen en México habrían recibido algún apoyo financiero gubernamental.

Ahora bien, ese 10.6 por ciento de empresas que reportan haber recibido un apoyo financiero, señalan que lo utilizaron para distintos fines. Solo 9.2 por ciento de ese porcentaje habrían utilizado el apoyo financiero para hacer pagos a sus empleados. La mayoría lo utilizó para adquirir insumos, pagar deudas o pagar el alquiler de sus locales u oficinas.

Ahora bien, el presidente dice que vamos bien, que no se cayó el consumo. Bueno, pues le tengo noticias. El INEGI también ha reportado que, contrario a lo que el presidente afirma, el consumo privado se desplomó. De hecho, el Índice del Consumo Privado se ubica hoy en un nivel similar al observado en marzo de 2014, es decir, se ubica en niveles de hace poco más de seis años. De la encuesta de INEGI sobre el impacto del Covid-19 se desprende que la prospectiva sobre los ingresos de las empresas no es muy alentadora, 47 por ciento estima que sus ingresos serán menores en los siguientes seis meses, contra un 21 por ciento que estima que se incrementarán.

En fin, no entraré a comentar otras variables que tampoco se encuentran en niveles para presumir como la inversión fija bruta, el ahorro bruto o el saldo del financiamiento al sector privado no financiero, porque la radiografía que nos compartió INEGI esta semana debería ser suficiente para entender que las medidas que adoptó el gobierno para según hacerle frente a la crisis, simplemente han tenido un efecto reducido. Empeñarse en pensar que hemos puesto en marcha una receta secreta que a nadie se le ocurrió pero que nos llevará al éxito solo por inercia simplemente nos arrastrará más en cuanto a las oportunidades perdidas y el tiempo desperdiciado para darle a México aunque sea una pizca de un mejor porvenir.

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