El martes 6 de septiembre de 2011, la revista TVNotas hurgó en la vida privada de Carlos Loret de Mola y, al día siguiente, Reforma se sumó a la molicie, incluso para "investigar" lo que había sucedio en una cabaña del Estado de México entre el periodista y Laura G., una conductora de espectáculos (hasta fotos publicó el diario en una gran transgresión de la ética y el profesionalismo). La publicación de ambos medios suscitó en las redes una hoguera formidable que solo sirvió para exhibir la miseria humana y la falta de compromiso de aquellos medios con los derechos a la imagen, la privacidad e incluso la vida íntima. Nada de lo que difundieron tuvo utilidad informativa.
Cinco años y nueve meses después, Reforma es de los medios que más relieve noticioso concede al espionaje contra periodistas y defensores de derechos humanos revelado por The New York Times, dando por seguro, o casi, que el gobierno federal lo llevó a cabo.
Hay que tener memoria, a veces ayuda para registrar la doble moral y recordar que en ocasiones sí hay datos duros para ser contundentes y anotar espionaje junto con quienes lo llevaron a cabo.