El plan de austeridad del Senado, dije hace unos días, es lo que debió hacer esa institución desde hace décadas.
Pero no sé si es una maldición mexicana o qué diablos, el caso es que no pasaron ni 24 horas cuando todo se había vuelto un circo ridículo:
Apenas aguantaron una sesión en que todo “se les complicó” porque tenían que ir y venir, y había “aglomeración en los pasillos” y en menos que se los cuento, pero eso sí, más de lo que duró la huelga de hambre de Salinas de Gortari en el 94, se anunció que regresaban las edecanes.
Ahora, el senador morenista Martí Batres divulga, con la complacencia de medios como La Razón y El Universal, una soberana estupidez llamada el #TuppersChallenge (indigno. MUY indigno, colegas).
En un video donde aparece sonriente y en mangas de camisa (todos los políticos que quieren transmitir buena onda se graban en mangas de camisa), Batres pone sobre su escritorio un tóper rojo y asegura que éste le acompaña desde hace años. El tóper de toda la vida, vamos.
Quiere comunicar que para él es normal y habitual cargar comida en tóper desde su casa.
Dice Batres en el video que menciono que cuando “tenga que comer en restaurante”, pues claro, él lo pagará. ¡Wow! ¡Mi héroe! Me da el gran ejemplo a seguir. De ahora en adelante seré como él y llevaré mi tóper a la oficina y cuando coma en restaurante yo misma pag… ¡Espera! Eso es lo que hace toda la gente decente. Y ahora nos quieren deslumbrar con eso.
Me enoja.
¿No pueden mantenerse institucionales?
¿No pueden enfocar un asunto tan grave como es el dispendio de dinero público con seriedad?
¿Quién fue el bruto que consideró buena idea transformar un tema tan delicado en un “reto viral”?
Los memes, retos, chistes, hashtags, video virales y trenes del mame son lo mejor de la vida.
Pero no tienen cabida en la vida política.
En eso soy estricta.
Qué vergüenza, en serio.
