jueves 21 noviembre 2024

Strikes, bolas y a todo lo que venga

por Javier Solórzano

Dentro de las filias y fobias que rodean a López Obrador la influencia del Presidente es por momentos abrumadora.

Al ser el referente se convierte en el centro, a lo que se suma el seguimiento de sus furibundos seguidores lo que puede llegar a traducirse en militancia a veces fanática.

López Obrador sigue siendo tema de conversación obligado y todo indica que así será los seis años, es un personaje omnipresente. Las mañaneras le van sumando cotidianamente por más que sean sujetas de todo tipo de crítica, el mecanismo no va a cambiar porque es lo que lo ubica en el centro de la atención y opinión pública; no va a cambiar y no se ve por qué tenga que cambiar.

Como mecanismo de información e incluso para la gobernabilidad las mañaneras construyen la agenda. El Presidente se ha convertido en la agenda misma,  desde hace tiempo ha logrado construirla por lo menos desde hace dos años, sin pasar por alto que también lo hizo en 2006.

Lo que es importante distinguir es que si bien el mecanismo es efectivo, no por ello está exento de consecuencias, no todas necesariamente favorables debido a que el Presidente igual batea bolas que strikes; va a todas y por todas.

En el singular espacio de las mañaneras a menudo el Presidente es cuestionado sobre temas más de interés particular que colectivo. En algunos casos quienes preguntan tienen cierto grado de certeza de que el Presidente no los va a pasar por alto y eventualmente los atenderá.

Algunas de sus respuestas parten de fórmulas que le dan resultado. Su uso del lenguaje es efectivo y logra calar entre amplios sectores. No le cuesta trabajo porque entiende muy bien cómo comunicarse con la gente, maneja sus códigos y sabe lo que le quieren decir; es un lenguaje que él habla.

Ha logrado de manera atinada enriquecer nuestras palabras y expresiones, las cuales se han convertido en parte de nuestro código. Con los antecedentes que tenemos no recordamos a un Presidente poseedor de una comunicación tan efectiva y cercana con la gente como él.

Tiene otra gran virtud, es ocurrente y sabe bien cómo definir, e incluso atacar y referirse a sus adversarios. En la campaña y en los debates presidenciales vimos pruebas de ello, sumado a la involuntaria complicidad de sus adversarios, quienes podrían tener buena información, pero no tenían la efectividad del discurso y cercanía de López Obrador.

En el proceso bajo el que se desarrollan las mañaneras se han presentado asuntos que se supone le podrían ser desfavorables al Presidente, pero en la mayoría de los casos no ha sido así.

Revisemos temas de estos últimos días que ameritan pensarse.

¿Qué tanto pueden calar entre los involucrados expresiones del Presidente sobre “fuchi” a la delincuencia bajo el exhorto de “pórtense bien” o “piensen en sus mamás”, siendo que éstas muy probablemente saben a qué se dedican sus hijos y que muy probablemente también viven de lo que hacen sus hijos?

¿Qué tanto puede calar entre los involucrados las expresiones en referencia a los manifestantes de la Central de Abasto a las afueras de Palacio Nacional, “dejen de estar de groseros… éstos no son los modos… tienen, cariñosamente se los digo, tache…”, siendo que los manifestantes están ejerciendo su derecho, como en otro tiempo lo hizo el Presidente?

¿Basta con que se le pida al doctor Mireles que ofrezca una disculpa por las expresiones reiteradas de misoginia, cuando es evidente el justificado encono no sólo de las mujeres?

Hoy no queda claro si esto tiene consecuencias, es importante o trascenderá.

En las mañaneras se le trata de pegar a todas las picheadas sean bolas o strikes.

RESQUICIOS.

Alejandro Encinas aseguró que hay nuevas pistas en el caso de los normalistas desaparecidos en Iguala. Una de ellas es que hay versiones de que los estudiantes nunca salieron de Guerrero, dentro de la gran maraña hay hipótesis iniciales que siguen teniendo vigencia.


Este artículo fue publicado en La Razón el 12 de septiembre de 2019, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

Autor

  • Javier Solórzano

    Javier Solórzano es uno de los periodistas mexicanos más reconocidos del país, desde hace más de 25 años. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México, cursó estudios en la Universidad Iberoamericana y, hasta la década de los años 80, fue profesor de Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana.

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