Y los nominados para el Oscar 2018 son…

Se avecina uno de los eventos más esperados en la industria del entretenimiento: la 90ª entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, misma que se llevará a cabo el próximo domingo 4 de marzo. En México será un acontecimiento especialmente importante, considerando las 13 nominaciones que La forma del agua de Guillermo del Toro tiene, amén de que Coco, que fue aplaudida por las audiencias nacionales -y también en otras latitudes- compite como mejor película animada. Claro, no son producciones mexicanas, puesto que la primera fue rodada y financiada en su totalidad en Estados Unidos -aunque el director y guionista sea un connacional- y en el caso de la producción de Disney-Pixar, se inspiró en la celebración del Día de muertos que se desarrolla en México año con año. Pero, digamos… es lo más cercano a lo que los mexicanos podemos aspirar en Hollywood, máxime en una coyuntura como la actual, en la que Donald Trump insiste achacar a México la culpa de todo -o casi- lo malo que le pasa a Estados Unidos.

Así, considerando el ambiente político nacional e internacional, es ocasión, también, de ponderar a lo mejor -bueno, se hace lo que se puede- de los candidatos a la Presidencia de México y de otras figuras políticas, echando mano de los títulos de algunas producciones hollywoodenses, con el fin de que el lector determine a qué galardón podrían hacerse acreedores en un ejercicio de imaginación -como sugería Josefina Vázquez Mota hace seis años-. Digo, es temporada de premios ¿no? Aquí los nominados.

Mejor película

El hilo fantasma (Phantom Thread). De Paul Thomas Anderson, estelarizada por Ricardo Anaya y el CISEN. Esta superproducción, en el estilo de las películas de James Bond, cuanta la historia de un candidato presidencial a quien lo persigue un agente del CISEN durante su campaña proselitista. Aunque las partes involucradas dan versiones distintas -que si el candidato sabía o no que lo seguían como parte de los protocolos de seguridad o bien que se trataba de simple espionaje hacia su persona- mantienen al espectador en el filo de la butaca y con información de primera mano para irrumpir en redes sociales con los consabidos memes.

El gran showman (The Greatest Showman). De Michael Gracey, protagonizada por Andrés Manuel López Obrador. En la película, un elocuente candidato presidencial que encabeza las preferencias electorales, crea un espectáculo circense con diversos “fenómenos” (freaks), que incluyen a partidos políticos de centro-derecha, líderes sindicales corruptos, y una fauna sumamente extraña, para convencer al electorado de que hay que echar del país a la “mafia en el poder”. Al final se descubre que su propuesta es sólo un relevo de mafias.

Las horas más oscuras (Darkest Hour). De Joe Wright, con José Antonio Meade en el papel principal. Cuenta la historia de un candidato a la presidencia que, sin ser militante del partido político que lo postula, busca convencer a sus bases de que él es la opción y que es capaz de remontar el escaso interés del electorado hacia su persona. Con un equipo de campaña más preocupado por el lucimiento personal que por apoyar al candidato, es un recuento de la lucha personal contra la adversidad.

Todo el dinero del mundo (All the money in the world). De Ridley Scott, estelarizada por Javier Duarte y Roberto Borge. Un risueño exgobernador de Veracruz y un exmandatario de Quintana Roo protagonizan este largometraje en el que el enriquecimiento ilícito, el nepotismo y la lucha contra la corrupción son el eje de la trama. En la película hay cameos de otros funcionarios, quienes sonríen a la cámara como si no pasara nada. Cabe señalar que, previamente, tanto Duarte como Borge, rechazaron protagonizar, por cuestiones de agenda, Alicia en el país de las maravillas.

The Post de Steven Spielberg, protagonizada por Donald Trump. El pintoresco Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enfrenta al FBI. El origen de este desencuentro, atípico en el vecino país del norte, es la investigación efectuada por el FBI al controvertido político, a efecto de determinar si en su campaña por la presidencia recibió algún apoyo indebido de parte de Rusia. A manera de represalia, Trump despidió al director del FBI, afirmando, más tarde, que la reputación de la agencia es la peor en la historia del país. Se sabe de un archivo secreto que documenta la participación rusa en las elecciones de EEUU en 2016, pero que está clasificado. Sin embargo, los “enemigos del pueblo”, que es como Trump se refiere a The Washington Post, The New York Times y CNN, han hecho una amplia cobertura de la situación y muchos piensan que es cuestión de tiempo, antes de que los archivos secretos sean divulgados.

Mejor película extranjera

Perfectos desconocidos. De Alex De la Iglesia. Una truculenta historia acerca de cinco irrelevantes partidos políticos (Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Partido del Trabajo, Partido Verde Ecologista de México y Partido Encuentro Social) y su lucha por mantener el registro a través de promiscuas alianzas políticas con la derecha, la izquierda y… quien se deje.

Un sol interior (Un beu soléil interieur). De Claire Denis. La trama de esta laureada producción recuerda la historia del PRD, sus triunfos y su debacle, al punto de que, de ser el partido del sol “exterior” ahora es un sol “interior” en peligro de apagarse.

El último disparo (First Kill). De Steven C. Miller. Aclamada por la crítica por sus fastuosos efectos especiales, El último disparo documenta el programa nuclear de Corea del Norte y las ambiciones políticas de su líder Kim Jong-un, quien desafía a Estados Unidos y a sus aliados en Asia Oriental con un “ataque inimaginable.” El Presidente de la Unión Americana, Donald Trump, como era de esperar, afirma que “el suyo, es más grande”, refiriéndose, claro al… arsenal nuclear que posee. Al final de la película aparece el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien, ante semejantes albures, deja en claro que él lo tiene más grande… hablando del poderío nuclear ruso, que según él, hace obsoleto al de Trump.

Mejor actor

Luis Videgaray, por Aprendiz (Apprentice).

Tomás Yarrington, por Pequeña gran vida (Downsizing).

Marcelo Ebrard, por Cuando los hijos… regresan.

Jaime Rodríguez Calderón, el “Bronco”, por La leyenda del Charro Negro.

Rafa Márquez, por Cómplices.

Aurelio Nuño, por La mala educación.

Mejor actriz

Margarita Zavala, por Aquí sigo.

Rosario Robles Berlanga, por El robo perfecto (Den of Thieves).

Elba Esther Gordillo, por La momia (The Mummy).

Mejor actor secundario

Idelfonso Guajardo, por Hostiles: violencia americana (Hostiles).

Mikel Arreola, por Un jefe en pañales (Boss Baby).

Julión Álvarez, por Cómplices.

Mejor actriz secundaria

Josefina Vázquez Mota, por Llámame por tu nombre (Call me by your name).

Elena Poniatowska, por The Disaster Artist.

Mejor canción original

Recuérdame (Remember me), de la película Coco, interpretada por el Gansito Marinela.

Morena mía 2. 0, de la película The Greatest Showman, interpretada por Andrés Manuel López Obrador.

Nunca sabrás (You’ll never know), del cortometraje Frida Sofía, interpretada por Claudia Sheinbaum.

We don’t need no education-Another Brick in the Wall (No necesitamos educación-Otro ladrillo en la pared), de la película La mala educación, interpretada por Aurelio Nuño.

Piedra sobre piedra, de la película del mismo nombre, interpretada por la orquesta de cámara de la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX.

Mejor cortometraje de ficción

El rescate de la vaquita marina, una producción de Enrique Peña Nieto, Leonardo DiCaprio y Carlos Slim.

En la Ciudad de México no hay cárteles de la droga, una producción de Miguel Ángel Mancera.

Aliados, una producción de Andrés Manuel López Obrador y Napoleón Gómez Urrutia.

La gran muralla, una producción de Donald Trump y Enrique Peña Nieto.

Frida Sofía, una producción de Televisa.

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