Esta vez la punta de lanza no es un grupo terrorista como ocurrió con el tiroteo contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo en París el 7 de enero de 2015, cuando dos hombres enmascarados mataron a 12 personas e hirieron a otras 11. Ahora los ataques vienen del inquilino de la Casa Blanca.
Donald Trump, presidente de EU, ha hecho de los medios de comunicación el blanco favorito de sus diatribas, con insultos más denigrantes que los que ha lanzado contra sus adversarios demócratas Hillary Clinton y Barack Obama. A diario los denuesta y sostiene que los medios son el enemigo del pueblo.
Lo hizo en campaña y lo sostiene desde el gobierno, para Trump solo existe la cadena FOX, que por su parte se deja querer, inclusive algunos de los conductores de la empresa de tendencia conservadora se asumen como sus amigos, es el caso de Sean Hannity, aunque no es el único.
Hasta antes de Trump, medios como The New York Times, The Washington Post y las televisoras CNN, ABC, NBC o CBS; eran vistas con respeto, inclusive como un referente de la libertad de expresión; ahora se escucha al mandatario calificar de: “El fallido New York Times”, “El cabildero costoso” al periódico Washington Post, “#FakeNewsCNN”; han sido algunos ataques que ha disparado contra medios de gran prestigio.
Nada lo detiene, ni personas ni escenarios. En Kansas pronunció un discurso durante la Convención Anual de Veteranos de Guerra que textualmente dice: ”Quédense con nosotros. No crean en la mierda de estas personas, las noticias falsas… lo que estás viendo y lo que estás leyendo no es lo que está sucediendo”.
Pero sus ofensas no se limitan a los medios, igual la emprende contra figuras respetadas en la sociedad estadounidense: en su cuenta de Twitter afirmó que la estrella del básquetbol, LeBron James, había sido entrevistado “por el hombre más tonto en la televisión, Lemon”. “Hizo ver a LeBron inteligente, lo que no es fácil de hacer. Me gusta Mike”, Trump se refería a Don Lemon conductor estelar de CNN.
La exitosa actriz y empresaria Oprah Winfrey también fue blanco de sus insultos en Twitter: “Acabo de ver a una muy insegura Oprah Winfrey, que en un momento conocí muy bien, entrevistar a un panel de personas en 60 Minutos. Las preguntas eran tendenciosas y sesgadas, los hechos eran incorrectos. Espero que Oprah lance su candidatura para que pueda ser expuesta y derrotada al igual todos los demás!”.
Los medios de comunicación son víctimas de una de las peores embestidas de su historia. Preocupante, que uno de los mayores ataques provenga del presidente de EU, el país que se asume como la “tierra de los libres” y consagra la libertad de expresión en la primera enmienda de su constitución.
Donald Trump ha sido tan ofensivo que a los reporteros los ha llamado escoria. En el diario español El País, Nicolás Alonso, desde Washington el 25 de febrero de 2017 hizo el siguente recuento:
1. “Son lo peor”, refiriéndose a los “medios deshonestos”.
2. “Los medios no pensaban que íbamos a ganar. Subestimaron el poder del pueblo: de vosotros. Y quiero que sepáis que estamos peleando las noticias falsas. Hace unos días les llamé el enemigo del pueblo. Y lo son. Son el enemigo del pueblo americano”.
3. “Son gente muy deshonesta. De hecho, en la cobertura de mis comentarios, los ‘medios deshonestos’ no explicaron que les llamé medios de ‘noticias falsas’”.
4. “No tienen fuentes y por eso se las inventan. Se las inventan. ¡No me fastidien!”.
5. “No deberían poder utilizar fuentes anónimas. Publiquen el nombre de quien se lo ha dicho. Si una fuente dice que Donald Trump es una persona horrible, que me lo digan a la cara”.
6. “Existen unos periodistas terriblemente deshonestos y hacen un daño tremendo a nuestro país y a nuestra gente. Un daño tremendo. Son gente muy deshonesta”. 7. “Hay muchos canales que se inventan la información. Como los sondeos, antes de las elecciones. Mejor no mencionemos nombres, ¿no? Bueno hay muchos. Pero, por ejemplo, la Clinton News Network”, dijo Trump jugando con las siglas del canal CNN (Cable News Network), uno de los más importantes del país.
8. “Tenemos que pelear contra ellos, debemos pelear.
Son muy listos (los periodistas), muy astutos y muy deshonestos”.
9. “Dicen que no podemos criticar su cobertura deshonesta, citan la Primera Enmienda (derecho a la libertad de expresión y la libertad de prensa). Pero yo amo la Primera Enmienda y la uso para criticar las noticias falsas y criticarlas duramente”.
10. “Y la mayor parte de estos grupos de comunicación tienen su propia misión y agenda, y no es la agenda del país o de los estadounidenses, es la suya propia”, alegó Trump implicando, como ya ha hecho con anterioridad, que los medios no trabajan al servicio de los estadounidenses (https://elpais.com/internacional/2017/02/24/ estados_unidos/1487969249_545906.html).
El año pasado durante la Cumbre Mundial de Comunicación Política de Cartagena de Indias, Colombia, el tema de mi conferencia se titulo “Después de Trump la comunicación política no volverá a ser igual”. Advertí que tarde o temprano habría imitadores: El líder de Siria, Bashar al Asad: “Estamos viviendo en una época de noticias falsas”. El venezolano Nicolás Maduro, culpó a los medios de “muchas versiones falsas, muchas mentiras, es lo que llaman el fake news ahora”. Jimmy Morales de Guatemala dijo: “Hay siete tipos de noticias falsas, estas siete noticias son: parodia, engañosas, impostoras, fabricadas, falsamente conectadas, con contexto falso y noticias manipuladas”; incluso el filipino Rodrigo Duterte y el ruso Vladimir Putin han recurrido al término Fake News.
Los medios estadounidenses al parecer ya se cansaron, bajo el lema “enemigos de nadie” (enemy of none), el diario The Boston Globe logró que 350 periódicos se unieran para que cada uno publicara un editorial en defensa de la libertad de expresión, a la iniciativa se unieron organizaciones grandes como The New York Times, pero también medianos y pequeños diarios locales y estatales.
El editorial publicado por The Boston Globe se puede leer en la siguiente liga: https://apps.bostonglobe.com/ opinion/graphics/2018/08/freepress/?p1=HP_Special.
Habrá quien considere que se está sobredimensionando y que el presidente Trump actúa en su legítimo derecho. No es así: el daño que han sufrido instituciones y la propia libertad de expresión a causa de los excesos de Trump son incalculables.
El pasado 28 de junio se registró un tiroteo en el periódico Capital Gazette de Annapolis, la capital del estado de Maryland, con saldo de cinco muertos. No se puede asegurar que los continuos ataques de Trump motivaron al criminal, pero se agrega al clima hostil que impera en EU; algo que se hubiera considerado imposible antes del 20 de enero de 2017.
Por lo que toca a México el periodismo se encuentra entre las profesiones de riesgo a causa del clima de inseguridad, se aproxima una nueva administración que tendrá sus propias políticas de comunicación, pero no se puede ignorar que durante la campaña y las semanas posteriores a la elección la intolerancia de los simpatizantes del presidente electo se ha hecho presente sobre todo en las redes sociales.
Dejemos que el tiempo se encargue de darle su justa dimensión a la declaración de Andrés Manuel López Obrador, tras la reunión de su equipo con el del presidente Peña Nieto: “¡Se portaron muy bien ayer eh, muy bien, como muy buenos periodistas, de veras, no les estoy haciendo la barba. Se portaron muy bien porque eran dos grupos de informadores, dos fuentes y la verdad, la verdad, no es para picar la cresta a nadie, ni herir sentimientos, pero estuvieron muy bien ustedes”.
Debo decir que soy de otra generación, soy de los periodistas que sospechan de las lisonjas del poder, de los que esperan que su trabajo lo califique el receptor y no el presidente, electo o en funciones. Pero ya veremos.