Opina respecto al Pacto de Caballeros –donde inconstitucionalmente, si un directivo quiere, impide que un deportista juegue– que es algo similar a lo que le tocó ver como jugador.
“Me parece arbitrario, estúpido. Por supuesto se quieren cubrir (porque es inconstitucional) ni siquiera apegados al reglamento de FIFA. Es igual que la multipropiedad de equipos, que también esta prohibida. La cantidad de movimientos de futbolistas, que también son provocados por los directivos para llevarse más lana, se ve en los dos draft anuales.
Habla de los contrastes salariales de cuando él jugó y ahora. Llegó a estar entre los cinco futbolistas mejor pagados del balompié mexicano.
“Nunca me quejé de que ganaba mal. Eran 21 mil pesos. No completaba para comprar un Volkswagen sedán. Llegué a ganar 23 mil pesos mensuales. Y un vocho del año costab, entonces 26 mil pesos. Hoy, uno de los cinco jugadores mejor pagados en el futbol mexicano gana para comprarse cinco BMW mensuales.
A partir de 1989, Puente fungió como auxiliar de Ricardo La Volpe en la dirección técnica del Atlante. Luego fue estratega de Pachuca, 1996, y Tecos de la UAG, 2000.
En frío ¿su opinión sobre el futbol mexicano?
Tiene un potencial muy interesante. Primero, las grandes empresas que se han metido en el futbol mexicano. Estoy en desacuerdo con una gran cantidad de directivos. La verdad sin tener un gran conocimiento de futbol, se han metido en esto porque les da un estatus.
Rafael Puente viste informal, camisa banca de manga corta, pantalón, mocasines y calcetines negros. De su cuello pende una cadena de oro, donde cuelga un pequeño crucifijo del mismo metal. Una pulsera artesanal de piel envuelve su muñeca derecha. Con su delgadez y 1.80 de estatura, semeja el Hombre de la Mancha.
¿Cómo vivió el pase de Atlante, el llamado `equipo del pueblo´, al América, que llamaban los `millonarios´?
Es un golpe fuerte. En Atlante nunca tuve utilería para entrenar. Llevaba mi ropa. En algunos casos ni siquiera nos bañábamos en el lugar. Por ejemplo, fue problemático el periodo que lo hicimos en el Campo Militar Número Uno. Aparte la cancha era de tierra. Sólo había pasto en los costados. Andaba siempre pelado de los codos. Cuando empecé, ni siquiera pants teníamos para entrenar. Fue doloroso salir de un equipo con tantas carencias, pero con una enorme personalidad, que no tenían posibilidad de campeonar, pero que era respetado.
“El cambio al América fue notable. Me costó muchísimo. Recuerdo muchísimo cuando Fernando González –dueño del equipo, apodado “Fernandón”– me dijo que nos había vendido a Marcos Rivas y a mí al América. Bajé las escaleras de las oficinas del equipo y se me salían las lágrimas de la tristeza que me daba dejar al Atlante.
Estaba consciente de que iba a un estatus muy diferente, deportivamente hablando. Entrenaba en Coapa en unas instalaciones de un equipo del primer mundo.
“Sólo con ver la cancha me daban ganas de empezar a tirarme. Teníamos balones nuevos. Los de Atlante eran de una carencia notable”.
¿Y su salario?
No había mucha diferencia de lo que ganaba con Atlante. Carlos Reinoso y Enrique Borja, con Ignacio Calderón, eran de los tres mejores pagados en el futbol mexicano. Llamó la atención la venta récord de Nacho a U. de G. Lo compró en tres millones de pesos y negoció su salario en 30 mil pesos mensuales.
¿América es el villano del futbol mexicano?
El equipo más querido del futbol mexicano, sin discusión, es Chivas. Pero el equipo más polémico es América. Hay seguidores de Chivas, que tienen una segunda playera, Pumas, por ejemplo, o Cruz Azul.
En el caso de América es muy tajante el tema: o lo quieren o lo odian. Es americanista o antiamericanista.
Pero más allá de la villanía del equipo, es la empresa a la que pertenece ¿no?
Todo eso entorpece. En algunos momentos han sido marcadas las diferencias para favorecer al club. Y en algunos casos, más que favorecerlo, lo perjudican. Si son muy obvias, en lugar de hacerte un bien, te hace un daño. El antiamericanismo obedece a ese tipo de situaciones.
¿Cómo el arbitraje?
Entre otras cosas.
En realidad el arbitraje no es que tenga la línea de favorecer al América. El problema es que el arbitraje en México ha venido arrastrando una serie situaciones que no ha podido corregir.
¿Cuál ha sido el mejor América en la historia del club?
Ha tenido momentos brillantes. La conquista de títulos es lo que aparentemente marca los grandes equipos. Pero cuando van acompañados de un futbol espectacular, abierto, propositivo, profundo, bien trabajado en todos los sectores de la cancha, con un equilibrio como debe de ser. Habría que distinguir tres periodos.
“El primero (principios de la década de los setenta): con José Antonio Roca, cuando son campeones, con aquella línea de volantes con Roberto Hodge, “Toninho” (Antonio Martins) que en paz descansen, Carlos Reinoso. Que jugaban adelante el Monito (Roberto) Rodríguez, Enrique Borja y Juan Manuel Borbolla. Fue, quizá, el primer América realmente espectacular de lo que me tocó ver.
Después vino el América de Carlos Reinoso, primero, sin haber conquistado el campeonato fue el equipo que hizo más puntos en el torneo. Y quedó eliminado (23 de mayo de 1983) en semifinales por las Chivas, después de aquella batalla campal en el Estadio Azteca. Terminó coronándose contra el equipo de pueblo. Al siguiente año capitalizando lo hecho la campaña anterior, mantuvo la idea el concepto de ese futbol propositivo, ofensivo. Llegó a ser en un momento muy cuestionado porque la dinámica del equipo era llamar la atención.
Y tercero: el equipo de Leo Beenhaker con Kalusha, Biyik. Aunque no le permitieron –Emilio Azcárraga Milmo, dueño del equipo– al holandés culminar su obra. Lo echaron cuando iba en primer lugar a medio torneo.
De América y Atlante ¿con quién se queda?
Con ninguno o con los dos. Porque a ambos les tengo cariño. Más cuando juegan bien. En el caso de Atlante se creó aquel apodo del Equipo del pueblo, para que se identificara con los más pobres, en contraste con América. Despertaba más morbo.