En México se espía. Desde hace por lo menos 25 años; recrudecida la competencia electoral y el intercambio público, hemos asistido a diversos episodios de ello. Es así como, atenidos a la memoria, podemos decir que las motivaciones del espionaje, o al menos una buena parte de ellas, tienen que ver con la defenestración del adversario político y el impulso de los medios de comunicación para detonar los escándalos.
Nos referimos al espionaje ilegal, no al que forma parte de las facultades de la autoridad para enfrentar al crimen. Y enseguida hay que precisar que ese espionaje no solo lo lleva a cabo el gobierno federal o los gobiernos locales y sus áreas de inteligencia respectivas. Lo hacen actores políticos y empresas del más diverso ramo y, por ello, sus fines son heterogéneos. Lo cierto es que asiduamente, en el país, presenciamos espectáculos mediáticos y políticos que muestran transgresiones éticas o legales pero que, al final, resultan efímeras y casi siempre sin efectos benéficos, vale decir, al menos la sanción al infractor.
Este es un recuento sólo de algunos casos. No están las grabaciones donde Raul Salinas de Gortari exhibió a su hermano, el expresidente; el tema se encuentra ampliamente abordado en el portal de etcétera y un par de libros del director de la misma. Sí están, en cambio, esos momentos que conmovieron la administración de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México o aquella famosa exhibición conocida como el “Comes y te vas” dicho por Vicente Fox a Fidel Castro y otros momentos en los que, sin exagerar, los medios de comunicación también se dieron un festín.
Nuestra motivación es la memoria, a la que consideramos imprescindible en el periodismo. Y también lo es, sin duda, el reportaje que The New York Times publicó el pasado 19 de junio: “Somos los nuevos enemigos del Estado: el espionaje a activistas y periodistas en México”, y las reacciones que detonó, en la llamada prensa militante, por ejemplo, para no tener duda y acusar al gobierno federal del mismo, incluso a diferencia del diario estadounidense que afirmó no tener elementos suficientes para asegurarlo. La postura de etcétera es, y sigue siendo, que debe haber una investigación exhaustiva porque nadie puede asegurar que solo un agente social –fáctico o institucional– interviene las líneas telefónicas de defensores de derechos humanos y periodistas, entre ellos Carmen Aristegui Flores y Carlos Loret de Mola, a quienes una vez más les expresamos nuestra solidaridad.
Esta vez, el espionaje tocó a los medios y entonces la reacción fue distinta y, así, la condena al espionaje se generalizó. Ahí puede haber un avance, ojalá que sí para que al menos en el Congreso puedan resolverse las maneras de castigar a quienes espíen, porque eso lesiona derechos humanos elementales como el de la privacidad.
Al menos esa es la apuesta de los editores de etcétera con las siguientes páginas, que enmarcamos mediante uno de aquellos lentes con los que sí vale la pena mirar, en este caso del genio de la fotografía actual: Erwin Olaf.
Marco Levario Turcott
Grabas, comes y te vas
El 19 de marzo de 2002, los responsables de la inteligencia del régimen cubano intervinieron una conversación del presidente Vicente Fox con Fidel Castro que se hizo célebre por la frase “Comes y te vas”, empleada por el mandatario mexicano para pedir al Comandante que acotara su participación en la Cumbre Extraordinaria de las Américas ocurrida en Monterrey, Nuevo León, para no enfrentarse con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Durante la charla, el jefe de la revolución cubana se las ingenió para que el titular del Ejecutivo le repitiera varias veces la solicitud y ya en la isla la difundió y, claro, criticó la petición que en privado él mismo había aceptado. La prensa militante se dio revuelo.
Poco más de 14 años después Vicente Fox consideró que el Comandante, “de manera artera”, hizo público el intercambio: “Yo estaba en el supuesto de que las llamadas entre presidentes son privadas y que no tienen por qué salir al público, y sin embargo él, ocho días después, lo hizo pero además, editando la conversación”.
El quid es que en ese entonces no hubo medio de comunicación que condenara la grabación de aquella charla (entre las excepciones estuvo etcétera), más aún, en particular la prensa militante se refociló con ese material “explosivo” que evidenciaba la entrega del gobierno de México a su homólogo estadounidense junto con la conocida retahíla discursiva y al unísono reconocían la gran experiencia del Comandante que, en efecto, salió de Monterrey tal y como él había aceptado.
La mañana que nunca olvidará René Bejarano
René Bejarano Martínez nunca olvidará la mañana del 3 de marzo de 2004.
El diputado local y dirigente del PRD asistió a la avenida de Chapultepec 18 de la Ciudadde México, a la entrevista con Adela Micha y Leonardo Kourchenko que transcurrió tranquila. Al salir del foro fue invitado a otro programa de Televisa, “El Mañanero”, conducido por Víctor Trujillo en su caracterización de “Brozo”. Minutos antes, el entonces diputado federal por el PAN, Federico Döring, había entregado un video donde se mira al coordinador parlamentario del PRD en la ALDF, René Bejarano, recibiendo fajos de billetes de parte de un hombre con el rostro difuminado (el dirigente político se llevó hasta las ligas en que estaba ordenado el dinero); después supimos que ese hombre era el empresario Carlos Ahumada Kurtz. Al ser cuestionado por “Brozo”, el líder perredista aceptó haber recibido el dinero y señaló que era para los gastos de la campaña de la candidata del PRD a la delegación Álvaro Obregón, Leticia Robles Colín.
El 4 de noviembre de ese mismo año, Bejarano fue desaforado como diputado local y seis días después ingresó al Reclusorio Sur acusado de uso de recursos de procedencia ilícita y lavado de dinero, cargos por los que fue absuelto el 6 de julio de 2005.
El material se grabó el 21 de abril de 2003, cuando el perredista había dejado la secretaría particular del gobierno del Distrito Federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador y antes de que ser electo diputado de mayoría relativa en los comicios intermedios de aquel año.
El escándalo fue enorme, y aumentaría al difundirse otros videos donde más líderes del PRD recibieron dinero del empresario Ahumada. Los medios amplificaron aquella transgresión ética de René Bejarano al anteponer las imágenes sobre cualquier otra opinión o matiz, por ejemplo, el aspecto fundamental del régimen de fiscalización de los recursos de los partidos políticos. Es decir, aunque la avidez que el líder del sol azteca mostrara por esos fajos de billetes fuera, en efecto, impactante, el acto no se diferencia sustancialmente de todo aquello que transcurre sin que existan videos pero que implican igualmente transgresiones, y las cantidades económicas que circulan son formidables. Pero no, cuando podría suponerse que esta espiral de escándalo condujera a una reforma para fortalecer los candados con que circula el dinero entre los partidos, el énfasis solo se puso en el cuestionable acto del líder de la Izquierda Democrática Nacional del PRD y en el conocido recurso retórico de Andrés Manuel López Obrador que adujo que todo esto era una trampa de la mafia al mismo tiempo que se deslindó de Bejarano. Precisamente porque el escándalo no condujo a nada más que a la burla y al escarnio de ese personaje –en efecto impresentable– es que en el transcurso de los años hemos asistido a transgresiones similares y al mismo tipo de respuestas, digamos, catárticas y fugaces.
Al recordar episodios como éste, parece como si el tiempo no pasara y como si los medios de comunicación no registraran su papel de comparsa para que no se atiendan los temas de fondo porque prefieren la magnitud del escándalo que el análisis sereno. Mientras, sin ninguna pena, en el intercambio político de cínicos, René Bejarano actúa como un referente e incluso una alternativa para el país.
Carlos Imaz destrozado por los medios
En la era de la comunicación cualquier cosa que se mira y escucha es lo que existe, más aun cuando eso fue grabado subrepticiamente. Digamos un acto indebido realizado a escondidas y difundido en los medios de comunicación que actúan como mensajeros de una fuente que buscó cierto ajuste de cuentas u obtener la ventaja que sea en la circunstancia pública para detonar el escándalo. Eso es lo que sucedió con los videos que entregó el empresario Carlos Ahumada Kurtz y que fueron difundidos en México hace poco más de 13 años.
Un par de días después de que en Televisa se hubiera propalado el video de René Bejarano, el entonces jefe delegacional de Tlalpan, Carlos Imaz Gispert, comentó a Carmen Aristegui en la W Radio que él podría haber sido grabado porque también se entrevistó con Ahumada de quien recibió dinero en el mismo lugar que René Bejarano. Y así fue, el video se difundió en “El Noticiero con Joaquín López- Dóriga”, es decir, en el horario estelar de la misma televisora el 8 de marzo de 2004 y creo que destrozó para siempre la carrera política de uno de los tres principales dirigentes estudiantiles del CEU durante 1986 y 1987 (los otros dos fueron Antonio Santos e Imanol Ordorika).
Seis días después de que se publicara el material, el 14 de marzo, Imaz pidió licencia como delegado en Tlalpan. El 24 de agosto de 2004 fue declarado culpable por delito electoral: lo sentenciaron a tres años y seis meses de prisión y se le suspendieron sus derechos políticos; al no ser un delito grave liquidó una fianza de 100 mil pesos y no pisó la cárcel. El 15 de diciembre de 2004 fue exonerado por el Tribunal Superior de Justicia, pero Carlos Imaz ya no regresó a la jefatura delegacional.
Vale la pena precisar la dimensión de este acto indebido: Carlos Imaz recibió 350 mil pesos de Ahumada para apoyar a Rosario Robles Berlanga (entonces pareja del empresario) en su estrategia para las elecciones de 2003, ella como presidenta del PRD. Ese es el monto, aunque desde luego eso no atenúa el acto indebido al que llamo así no por eufemismo sino porque Imaz fue exonerado por las autoridades y porque pesó más el veredicto impulsado por los medios que el tamaño de esa transgresión así como la resolución legal. Basta con asomarse a los comentarios en la web asociados con el exdirigente estudiantil para registrar el juicio severo, el encono y sin duda el incentivo político para defenestrarlo. Junto con ello, la defenestración del personaje político fue irreversible porque sus compañeros del PRD y sus amigos, incluso los más cercanos, no fueron solidarios ni para fijar al menos las coordenadas precisas del error indiscutible.
Carlos Imaz fue grabado en una acción que ocurre centenas de veces en cada partido, más aún en procesos electorales pero, como dije al principio, lo que se mira y escucha existe y lo que no, es como si no sucediera: la circulación millonaria de recursos que no son fiscalizados y que, las más de las veces, ignoramos su origen; las cantidades también podrían haber sido recibidas por varias empresas de comunicación para la promoción electoral que disfrazan de información.
Fui integrante del CEU y le guardo cariño a quienes fueron mis dirigentes; con esa proclividad busqué sin suerte a Carlos Imaz para ofrecerle un espacio en la revista que dirijo. Lo vi hace ocho meses, el 30 de octubre del año pasado cuando celebramos los treinta años del CEU, tenía casi el mismo tiempo de no verlo, treinta años también. Le dije que tiene mi consideración además de los gratos recuerdos que guardo de aquellos ardores juveniles; también comenté que sólo las mujeres y los hombres perfectos no se equivocan aunque ahora a mis 51 años aún no conozco a uno solo. Él hizo lo que muchos hacen pero no son vistos, y aunque eso de ninguna manera releva la equivocación, sí hace patente la furia de los medios y su doble moral. Lo miré bien, aunque con la tristeza del jilguero que vive en la jaula y la certeza –es un hombre inteligente– de que muy probablemente así será para siempre, quizá por ello es que su risa destemplada la oí con amargura. Nunca fuimos amigos pero nuestro abrazo fue franco y cálido; sé bien que no soy mejor persona que él. Ni peor. No tengo piedras que lanzar. No soy parte de quienes juzgan implacables a los otros. Solo estuve con un hombre que erró –uno de los mejores de nuestro movimiento– y que los medios y el entorno político fueron despiadados con él, aunque los mismos medios y los mismos actores políticos siguen actuando como entonces, en una complicidad para la que nunca pasa el tiempo.
(MLT)
Rosario Robles. Una infamia de Proceso
Estoy seguro: el número 1474 de la revista Proceso es uno de los más vergonzosos de su historia, corresponde al 30 de enero de 2005 y tiene como texto principal una carta de amor, escrita por Rosario Robles Berlanga en diciembre de 2002, dirigida a Carlos Ahumada. “Expediente Robles- Ahumada. La carta fatídica”, difundieron los editores del semanario con ese conocido donaire sensacionalista de aparentar alguna revelación importante, dentro del escándalo detonado casi un año antes al conocerse la relación íntima entre ambos personajes públicos, lo que suscitó la especulación de que el empresario habría obtenido favores indebidos de la militante del PRD cuando ocupó la jefatura de gobierno del Distrito Federal. (En la portada aparece Rosario Robles en primer plano y, al fondo entre las rejas, Carlos Ahumada cabizbajo)
Según los editores de Proceso, la carta “ofrece detalles reveladores del camino –de la cima a la sima– que finalmente condujo al desastre a la pareja de amantes y a quienes los acompañaron en su aventura de amor, política, negocios y corrupción. La carta fue encontrada en las oficinas del Grupo Quart y forma parte del expediente de la causa 344/2004, bajo la jurisdicción del Juez 32 de lo Penal”. Y por ello la transcribieron.
Sin embargo, ese documento personal no revela nada de lo que presumen los editores del hebdomadario. Se trata del recorrido de una mujer enamorada que recuerda diferentes pasajes con su pareja en varias ciudades del mundo, en los términos almibarados y cursis que suelen emplearse en casos como éste (y que a muchos pueden parecer ridículos mientras no seamos nosotros los protagonistas); la carta se despliega sobre la base de la gratitud de Robles a Ahumada, por esa segunda oportunidad en la vida, inmerecida para ella, según dice. No es motivo de esta reseña pormenorizar al respecto, solo subrayo la franca y muy cuestionable intromisión en la vida privada y aún íntima de Rosario Robles de parte de la revista Proceso, además sin ninguna utilidad pública y con el único efecto de incentivar el morbo.
La carta, sin embargo, no se publicó íntegra; como parte de mi trabajo tuve acceso al documento completo (que desde luego no difundí) y, en efecto, hay unas líneas que el semanario no transcribió, pero la decisión no la tomó Julio Scherer por algún recato moral o imperativo ético sino por pragmatismo, me lo dijo una fuente directa que, durante esos días, interactuó con el periodista y que gozó de toda su confianza: esa parte de la carta no fue impresa para que Rosario Robles tuviera buen cuidado de no demandar a Proceso porque entonces la revista propalaría las líneas que faltaban (que, naturalmente, no voy a reseñar ni siquiera de manera implícita).
Ahora, la patina del tiempo permite confirmar lo que en etcétera dijimos entonces, que ese periodismo alienta la intromisión en la vida privada e íntima de los personajes públicos, en detrimento de esos derechos esenciales, y sin ninguna utilidad social porque solo generan estruendo y, entre otras cosas, impulsan el espionaje para detonar escándalos con los que alguien siempre busca la revancha y usar a los medios. Ah, porque esa carta la dejó a propósito Carlos Ahumada en el lugar donde se halló, él estaba seguro de que encontraría un mensajero.
(MLT)
Más videos y la ruleta de la honestidad
No, no es cierto que sea suficiente con que el titular de un gobierno sea honesto para que todos los funcionarios también lo sean. Eso lo sabe Andrés Manuel López Obrador. Aquellos idus de marzo de 2004 fueron tremendos. El 1 de ese mes el noticiero estelar de Televisa propaló otro video en el que el secretario de Finanzas del DF, Gustavo Ponce Meléndez, está apostando en el casino Bellagio, en Las Vegas. También supimos que el funcionario viajó 17 veces a esa ciudad entre 2002 y 2004 y en cada viaje gastó en promedió 800 dólares nada más en propinas.
Durante el programa conducido por Joaquín López-Dóriga se comunicó Bernardo Bátiz, el procurador de Justicia del DF, quien aseguró que además, Ponce sería investigado por su presunta relación con un fraude por 31 millones de pesos en la delegación Gustavo A. Madero.
Un día después, el jefe de Gobierno, López Obrador dijo que Ponce se comunicó con él y le aseguró que estuvo en Las Vegas para celebrar su aniversario de bodas, que tenía un familiar en ese casino y que iba a demostrar que no era cierto lo dicho en el noticiero. Según López Obrador, lo conminó a dar la cara y él se había comprometido a dar una rueda de prensa, pero Ponce nunca apareció.
El 8 de marzo, la Procuraduría capitalina informó que sí se encontraron elementos para responsabilizar a Gustavo Ponce y a Carlos Ahumada por fraude y solicitó orden de aprehensión en su contra. Asimismo, pidió colaboración a la PGR para localizar a los acusados. El día 19, Ponce fue declarado prófugo de la justicia.
El 9 de octubre de 2004, elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigaciones (AFI) detuvieron a Gustavo Ponce en Tepoztlán, Morelos y lo trasladan al Reclusorio Norte acusado de uso de recursos de procedencia ilícita y lavado de dinero. Luego fue transferido al Penal de Altiplano en Almoloya, Estado de México, donde permaneció hasta el 22 de agosto de 2011, para volver al penal capitalino.
El 14 de marzo de 2014, Ponce Meléndez fue puesto en libertad al obtener un amparo otorgado por el cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito.
(Angélica Recillas y MLT)
Espiar y difundir para ganar en las urnas
El 16 de junio de 2010, el entonces dirigente nacional del PAN, César Nava, difundió en rueda de prensa dos conversaciones telefónicas –material de audio grabado (y difundido) ilegalmente– donde se oye que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, interviene de manera indebida en el proceso electoral de la entidad jarocha que ganaría Javier Duarte. Como se podrá imaginar, el sainete en los medios fue enorme, más aún en el contexto de la disputa electoral. Esto fue lo que yo escribí al respecto hace siete años, el 24 de junio de 2010:
“Es ilegal grabar conversaciones telefónicas sin que haya orden judicial para ello; difundirlas también. Registrar conversaciones privadas es violatorio de los derechos individuales y su divulgación carece de justificación ética o profesional, más aún cuando se omite la obligación de considerar el parecer de las personas involucradas. No obstante, hay quienes consideran que ese acto violatorio de la ley es un servicio al país, tanto en el terreno de la política como en el del periodismo.
“No hay duda, por lo menos para quien esto escribe, de que en México estamos frente a un espiral previsible en las campañas electorales: el ataque al adversario en vez del diagnóstico y la oferta programática como vía para persuadir voto, y eso remite a algo que va más allá del planteamiento de deberes deontológicos durante las contiendas, nos dice que hacen falta adecuaciones normativas e incluso diseños institucionales que permitan detectar y entonces sancionar, las trapacerías que impiden la competencia electoral equitativa. Como ejemplos de ello escuchamos al gobernador de Veracruz o asistimos al gasto de publicidad federal en el estado como una vía también ilegal, para respaldar al candidato del PAN a la gobernatura de la entidad.
“Sin embargo, para exhibir actos ilegales como el que se escucha en las conocidas charlas de teléfono no puede ni debe violarse la ley, hay que documentarlos, denunciarlos y demandar las sanciones correspondientes: esa obligación está en la esfera política o en el periodismo que investiga, contrasta y enfatiza en datos. Intervenir y propalar pláticas telefónicas puede tener el efecto inmediato de inclinar la balanza en favor o en contra de cierto candidato (que es a lo que se presta el periodista convertido en mensajero), pero a largo plazo expide cartas credenciales para que cualquiera haga lo mismo según la ocasión. Es decir, se imponen los atisbos del Estado policiaco encima de los parámetros que perfilan al Estado democrático.
“Según creo, no hay causa suficiente para lesionar el derecho de terceros entre otras razones porque ello nos lleva al imperio de la arbitrariedad en donde cualquier comunicación privada puede ser intervenida y su contenido reservado para difundirse según la oportunidad. En tanto, la duda que no dilucidan ni el dirigente del PAN ni los periodistas que difundieron esas conversaciones es cuál es la fuente o las fuentes que les facilitaron el material. Proviene del gobierno federal o fue un acto aislado? que, los dos violatorios de la ley, ahora reciben el cobijo de los profesionales de la comunicación y de los actores políticos que consideran que lo hecho es incluso, imagínese usted, un servicio a la nación.
“El deterioro del intercambio público es tal que ahora el PRI responde con un par de iniciativas en el Congreso para promover juicio político contra Juan Molinar Horcasitas por su probable responsabilidad en aquella tragedia de la guardería ABC y para revisar el gasto de Sedesol por los probables delitos de incidir en favor de los candidatos oficiales en distintas regiones del país; al término de este artículo se sabe que ahora el PAN promueve juicio político contra Fidel Herrera Beltrán. O sea, algo que debiera ser una responsabilidad sistemática del poder legislativo como lo es supervisar las acciones de los servidores públicos se convierte en instrumento de presión sujeto a la algidez en la disputa electoral. De esta manera, asistimos a la paradoja de que en lugar de que las contiendas político electorales afiancen a la democracia y al Estado de derecho, ponen de relieve actos autoritarios y violatorios de la ley”.
(MLT)
“El periodismo resulta herido cuando difunde sin reservas material de espionaje (grabado ilegalmente) y sólo denuncia espionaje cuando las víctimas son periodistas”.
La Redacción
Pura farsa exhibida por teléfono
Hace tres años hubo en México un escándalo enorme, también suscitado por la difusión de una grabación hecha de manera ilegal.
El 23 de junio desde las redes sociales se propaló la conversación telefónica de una diputada federal del PRD que planeaba hacer negocios con la ley de telecomunicaciones y, en particular, con la norma secundaria en la que ella participaba; por el brutal contenido de ese material, el cinismo, el conflicto de interés, la legisladora debió excusarse de participar en los debates de la Cámara de Diputados no sin antes decir, así como ustedes lo leen, que ella buscaba aprovecharse de la ley secundaria para impulsar la telefonía en México, para luchar contra los monopolios.
Todos los medios de comunicación difundieron el audio. También la revista etcétera, en una decisión difícil de la que yo soy el responsable (y que hoy la volvería a tomar). rimero consideré que esa decisión debía ser expuesta a los lectores: escribí un texto para decir que ese tipo de materiales no deberían existir pero que ahí estaba y mostraba contundente a una diputada que se abrió paso para enfrentar a los monopolios como “una vulgar mercader”. etcétera es una publicación especializada en el análisis de los medios y las telecomunicaciones y ahí había un material que, de todos modos, estaba siendo difundido por todos los medios. Lo analizamos en la redacción, no había transgresión a la vida íntima sino la constatación palmaria de un acto indebido contra el interés del país, para mí esto último es más relevante que la ilegal intervención e ilegal también difusión, y por ello etcétera se sumó a la demanda de que Carpinteyro se excusara y eso ocurrió.
Por situaciones como ésas estoy convencido de que los medios nos hemos aprovechado de materiales producto del espionaje, lo hizo también etcétera aunque la revista misma fuera el único medio en señalar que es indebida la intervención de esas conversaciones. Para decirlo de otro modo (con excepción de la revista que dirijo y aun con los errores que ha cometido) los medios no dicen nada cuando espían a personajes públicos pero varios de ellos junto con otros periodistas y ONG se indignan cuando el atropello es contra ellos, como si fuéramos ciudadanos de excepción. Algunos de esos medios y periodistas aprovechan el reportaje de The New York Times para, constituidos en tribunal, decretar culpables. Nosotros simple y llanamente decimos que debe investigarse porque el espionaje es una práctica que no solo llevan a cabo unos u otros actores políticos.
(MLT)
El espionaje y la doble moral de Reforma
El martes 6 de septiembre de 2011, la revista TVNotas hurgó en la vida privada de Carlos Loret de Mola y, al día siguiente, Reforma se sumó a la molicie, incluso para “investigar” lo que había sucedio en una cabaña del Estado de México entre el periodista y Laura G., una conductora de espectáculos (hasta fotos publicó el diario en una gran transgresión de la ética y el profesionalismo). La publicación deambos medios suscitó en las redes una hoguera formidable que solo sirvió para exhibir la miseria humana y la falta de compromiso de aquellos medios con los derechos a la imagen, la privacidad e incluso la vida íntima. Nada de lo que difundieron tuvo utilidad informativa.
Cinco años y nueve meses después, Reforma es de los medios que más relieve noticioso concede al espionaje contra periodistas y defensores de derechos humanos revelado recientemente por The New York Times, dando por seguro, o casi, que el gobierno federal lo llevó a cabo. Hay que tener memoria, a veces ayuda para registrar la doble moral y recordar que en ocasiones sí hay datos duros para ser contundentes y anotar espionaje junto con quienes lo llevaron a cabo.
“¡Ánimo Montana!”
“Que suene más fuerte la banda que esta noche pienso seriamente emborracharme”, o algo así pudo haber gritado alguien, digamos que un diputado panista a sus demás compañeros, en enero de 2014, allá en una bonita casa de Puerto Vallarta. La mansión se llama Villa Balboa, los chicos legisladores solo quieren divertirse con mujeres que contrataron para ello como parte del solaz que sus intensas actividades comprenden, es decir, planear la agenda legislativa del partido.
Suena duro la tambora con diputados de Guanajuato, San Luís Potosí, Nuevo León, Sonora y Sinaloa, y otros funcionarios de la fracción parlamentaria (“tu, turú, rururú, tu, turú…”)
“¡Ánimo Montana!” le grita una mujer a una bailarina de nalgas turgentes y brazos trepidantes (los medios le dicen “glúteos” a las virtudes de aquella profesional, acaso para hacer “la nota correcta” frente al frenesí). “Diputables”, es el término más empleado así como para resaltar la gran imaginación de los editores, ah, y su buen comportamiento miren ustedes a Reporte Índigo: los legisladores “se embriagában e involucraban con bailarinas de table dance hasta llegar a las sábanas”.
(“Tu, turú, rururú, turú…) Circulan cervezas frías, humo de tabaco, camisas desabotonadas y, acaso sobre todo, sonrisas.
–¿Cuánto dura el amor? –pregunta un legislador a su líder, Luis Alberto Villarreal, que baila sin decir nada, atento a planchar con las manos la falda de “Montana”. Por eso se responde a sí mismo el legislador que preguntó:
–¡Lo que dura dura!, y celebra la ocurrencia sintiéndose tan brillante como los editores que le llaman diputable.
Y la fiesta siguió y siguió, aquella promovida por un video que alguien proporcionó al portal antedicho para el golpe político que detonó el 11 de agosto del mismo año, y esa otra que no tiene freno alguno para propalar material que no tiene más efecto que el sensacionalismo y el descrédito frente a la doble moral.
Si los militantes del PAN tan seriecitos y persignados en público gastaron sus centavitos para bailar un poco y dormir o pernoctar con mujeres, es un asunto suyo igual que la penitencia de tres o cuatro Padre Nuestro que recibieran más dos golpes de pecho. Pero la pregunta es si no lo hicieron con los recursos del erario. Bueno pues aquí está la respuesta pasado el tiempo: “Tu, turú, rururú, tu, turú…”
Más rústicos que el mismo Toro (sí, el amigo del Llanero Solitario)
El 19 de mayo de 2015 fue un día peculiar en el intercambio público mexicano. Decenas de medios dieron a conocer un material explosivo “subido a la web por un usuario anónimo”; así lo tituló Aristegui Noticias: “Audio revela, espionaje al presidente del INE en pleno proceso electoral” y así lo hizo Proceso: “Audioescándalo en el INE: Lorenzo Córdova se mofa de indígenas”. Los dos medios subieron el audio en su respectivo portal. (La revista etcétera no lo hizo).
Dos años despues, esos medios que lucraron con un material grabado ilegalmente (difundirlo también es ilegal), le dan preeminencia al reportaje de The New York Times publicado el pasado lunes 19 de junio y afirman –a diferencia del trabajo mismo del diario estadounidense– que el gobierno federal lo llevó a cabo; lo hacen además sin un solo elemento de prueba y mediante la proclama de ser víctimas, en efecto, de un acto ilegal.
En la difusión que Aristegui Noticias y Proceso hicieron no medió alguna definición editorial para explicar a los lectores sus razonamientos (o justificaciones), lo hicieron y en particular la revista ofreció su particular lectura: Lorenzo Córdova se burló de los indígenas y ya, en una consideración que comparten franjas significativas de usuarios de las redes sociales, aunque el presidente del INE se estaba burlando de un farsante representante de los indígenas que habla más como Toro, el amigo inseparable del Llanero Solitario, que como alguno de los diferentes indígenas que hay en el país. Pero más allá de esas interpretaciones, es patente la doble moral de los medios de comunicación que denuncian espionaje cuando en más de una ocasión lo han alentado en sus partes informativos.
Secundar la pornovenganza por un clic
A buena parte de la sociedad mexicana, la de la doble moral, le gusta el escarnio ajeno, la humillación, siempre y cuando, claro,uno no sea el exhibido detrás de la cámara. El fenómeno no es propio del país pero al menos en los últimos dos años está presente en el día a día de los mexicanos, ya sea por su propagación enredes sociales como su difusión en los propios medios, medios cuyo único fin es el clic.
En etcétera hemos cuestionado estas prácticas: la porno-venganza y la desenfrenada estigmatización de las #Ladys y los#Lords. La vida común, la vida privada, el enojo o la seducción de cualquier persona queda a la intemperie de un teléfono. Un ejemplo ocurrió el 9 de mayo de 2016 cuando decenas de medios difundieron la fotografía íntima de la entonces regidora de Villaflores, Chiapas, Ana Karen Morales Molina.
“Exhiben a diputada plurinominal en pose sexy en motel”: Excélsior; “Ventilan disfraz de regidora”: El Universal; “Llueven críticas a regidora por fotos en pose sexy en motel”: La Silla Rota; “Exhiben a regidora de Chiapas vestida de sexy diablita en motel”: 24 Horas.
Dichos medios, por supuesto, publicaron la foto privada que la expareja de Morales Molina divulgó, incluso cuando la esencia de la nota hace referencia a la denuncia que interpuso ante la Procuraduría de Chiapas por agravio a su dignidad.
“Como ustedes ya saben, circula una foto de mi persona en las redes sociales, la cual fue exhibida sin mi consentimiento por mi expareja sentimental David García Urbina, el cual ha violentado mis derechos como mujer desde hace mucho tiempo atrás, ya que en base a chantajes y amenazas quiso presionarme y, al no ceder sobre sus presiones, sube la foto de mi vida privada a las redes, la cual es una falta de respeto a la vida privada que tanto hombres como mujeres tenemos derecho”, declaró la funcionaria pública en una grabación.
No obstante, para los medios y para el público sensacionalista, el llamado al respeto a la vida privada y a no violentar los derechos humanos fue lo de menos.
Alejandra Escobar
“Preciado es un depravado”
El 4 de enero de 2016 se difundió en redes sociales un video firmado por Anonymous Colima, en donde se acusa al entonces candidato del PAN a la gubernatura, Jorge Luis Preciado, de utilizar recursos públicos para organizar fiestas privadas en las que contrata prostitutas para “pagar favores políticos”. Incluso se acusa al panista de manejar una red de trata que opera en hoteles de paso de la entidad, presuntamente de su propiedad. En el video se hacen señalamientos como “Preciado es un depravado y con nulo respeto hacia las mujeres”.
También, bajo esa misma rúbrica se divulga un audio de una conversación entre Preciado con una mujer identificada (Isis Amaya Baltazar), presunta amante del político. Ambos dialogan sobre aspectos muy íntimos de su relación. A la par de la charla, se difunden unas imágenes de Preciado a punto de abordar un avión junto a una mujer, presuntamente Baltazar Martínez.
Entre los medios que dieron difusión a estos videos destacan El Universal, Excélsior, El Financiero, Noticias MVS, SDP Noticias.
Seis días después, el 10 de enero, El Universal difundió otro audio, también de Anonymous, con otra charla en la que, supuestamente, Preciado presiona a su supuesta amante para practicarse un aborto.
Cabe mencionar que en aquella fecha, no se interpusieron denuncias respecto a los hechos de los que se acusó a Jorge Luis Preciado, quien señaló al PRI de estar detrás de la filtración de estos materiales.
La divulgación de estos audios ocurrió en el contexto de la elección extraordinaria para renovar la gubernatura de Colima, celebrada el 17 de enero de 2016, en la que Preciado perdió ante el aspirante de la coalición PRI, PVEM, PT y Panal, José Ignacio Peralta.
La vida íntima de los reclusos
Ciro Gómez Leyva comentó, el pasado 21 de junio en su programa de radio, que los periodistas y los medios han usado de diferentes maneras material producto del espionaje. Tiene razón (lo mismo señalé tres días atrás). Podemos recordar, por ejemplo, que el 8 de enero de 2001, el noticiero de CNI Canal 40 tuvo el gran mérito periodístico (la ironía es mía) de demostrar que en el penal del Altiplano (ahora Almoloya) “todo, absolutamente todo, era grabado en una cámara de video”. Los jóvenes conductores, Denise Maerker y Ciro Gómez Leyva, advirtieron que además de las cartas de Raúl Salinas de Gortari y de los trabajos de Julio Scherer, no se conocía como era la vida en aquella cárcel (y que ahora CNI Canal 40 la develaría). Con ese donaire tan suyo (es decir, circunspecto y con tono de gravedad en la voz) Gómez Leyva dijo:
“Uno supondría que la vida íntima es íntima incluso en un penal de alta seguridad, pero no es así. Las dos horas de encuentro son también registradas con fidelidad por estas cámaras. No vamos a transmitir lo que sucede en una sala de visita íntima pero veamos lo que sucede en una sala de visita familiar”.
Uno podría imaginar que el noticiero no difundiría lo que ocurre en la sala de visita íntima por respeto a los reclusos y sus compañeros, pero enseguida se mira a un preso con su esposa en diferentes posturas con penetración y sexo oral (el rostro de la mujer sí se difumina). Ese es el logro periodístico: recibir una videograbación, darle tonalidad de tremendismo al tema y mostrar (invadiendo la vida íntima) que se invade la vida íntima de los reclusos, y preguntar si el gobierno federal sabe que eso sucede en el penal de Almoloya.Han pasado 16 años de eso, un lapso en el que se configuran distintos ejemplos sobre cómo los medios y los periodistas han usado material de vigilancia que transgrede la ley.
(MLT)
El pantano y la divina garza
Uno, dos, tres, cuatro. Cuatro es el número de videos que entre abril y mayo publicó El Universal para exhibir que entre las filas de Morena, la corrupción también existe. Fue el 24 de abril, 16 días después de obtener el respaldo de AMLO, que el diario difundió el primer video de Eva Cadena Sandoval recibiendo dinero para el Movimiento de Regeneración Nacional, medio millón de pesos. Entonces surgió el escándalo, el último en el ámbito político en el que las grabaciones ilegales también fueron el medio.
Tres minutos con 16 segundos es el tiempo que dura la primera grabación. A la entonces candidata de Morena a la presidencia municipal de Las Choapas, Veracruz, se le ve recibiendo fajos de billetes para el partido de Andrés Manuel López Obrador. Entonces, cuando Eva Cadena confiaba en el respaldo de la bancada morenista dijo que la grabación era un mecanismo para dañar a su dirigente, además aseguró que, apenas supo que no era forma de recaudar recursos para su partido, regresó −íntegro− el medio millón de pesos.
Para el 27 de abril, El Universal difundió un segundo video donde la morenista regresa con su misma interlocutora, aún no identificada, y recibe 10 mil dólares en efectivo y 50 mil pesos para “su campaña”. Incluso le ofrecen cinco millones de pesos para López Obrador.
Cinco días después, el 2 de mayo, Cadena fue exhibida una vez más. En esta ocasión supuestos empresarios le pagan un millón de pesos por impulsar una ley a modo en el Congreso local. De hecho, le agradecen por haber cobrado un millón de pesos y no tres millones y medio como habían acordado en un principio.
El cuarto y último video llegó el 25 de mayo. En él, la excandidata señala a Rocío Nahle, coordinadora de Morena en la Cámara de Diputados, como “operadora financiera” de López Obrador luego de que le ofrecieran cinco millones de pesos más.
“Le pusieron un cuatro”, dijo el eterno aspirante presidencial; “son grabaciones editadas”, repitió una y otra vez Cadena Sandoval; “ ¡que se investigue!, ante el FBI, el KGB y los que quieran”, espetó Nahle. En efecto, cada video es una “grabación a modo”, que focaliza el ángulo perfecto, que tiene las preguntas correctas, que insiste con la entrega de dinero a López Obrador pero que también, además de su ilegalidad, retrata la corrupción de la esfera política.
Eva Cadena lo declaró la mañana del 31 de mayo, tras casi un mes de intentar mantener un bajo perfil ante el escarnio de la prensa y la sociedad civil. “Morena, lamento decirlo, asume las mismas prácticas de financiamiento ilegal que las de sus adversarios. El gasto político está ahogando la base ética de todos los partidos, incluyendo a Morena”.
La historia de yo, tu, ella, ellos, la conocen. Ahora Eva Cadena está desaforada y enfrenta un proceso penal por recibir recursos de forma irregular. Para Morena, una de las consecuencias se vio reflejada en el Estado de México, el casi 3% de diferencia en votación que obtuvo Alfredo del Mazo sobre Delfina Gómez.
Alejandra Escobar