La división del arte cinematográfico en cine clásico y cine moderno es arbitraria, pero es certera porque define dos momentos históricos en la producción de cada guión, con el que se crearon cintas trascendentales.
El guión de Anne Huet es un estudio con dedicatoria para cualquier aprendiz de guionista, basado para su elaboración en cuatro películas diferentes: Los cuatrocientos golpes (Francia, 1959) de François Truffaut; Con la muerte en los talones (EU, 1959) de Alfred Hitchcock; Millenium Mambo (Taiwán, 2001) de Huo Hsiao Hsien; Ojos bien cerrados (Estados Unidos, 1999) de Stanley Kubrick.
La autora detalla en buena proporción los elementos estructurales del guión tanto del cine silente al sonoro, del neorrealismo italiano a la nueva ola francesa hasta el cine de nuestros días; así como la relación de los grandes directores con prestigiados guionistas por ejemplo: Truffaut con Marcel Moussy, Luis Buñuel con Jean-Claude Carrière, Hitchcock y Charles Bennet, Roman Polanski y Gerard Brasch, Dudley Nichols con John Ford, Howard Hawks, Fritz Lang, etcétera.
La indagación teórica de Huet, es un documento referencial porque nos da acceso a tres guiones originales de filmes franceses introduciéndonos al proceso creativo de hacer una película y porque nos presenta una serie de textos que nos muestran la compleja simbiosis autor-realizador.
Si bien es cierto que el guión no es la película, es innegable que es el punto de partida donde directores, productores, actores y técnicos inician el desarrollo de los códigos cinematográficos que descubrirá el espectador, una vez terminado y exhibido ese producto fílmico que llamamos cine y que consiste -diría Nicholas Ray- en captar la esencia del momento y en mantener vivo ese momento.
Anne Huet, El guión, Paidós, Barcelona, 2006, 96 pp.