¿Qué palabra es la que mejor describe la política de comunicación del actual gobierno?: Monólogo. Porque el equipo de Enrique Peña Nieto ha cometido el error de hablar solo para sí mismo y no con los ciudadanos.
La historia prometía ser distinta. Al inicio de la administración Enrique Peña Nieto mostró una cara que no había logrado transmitir en campaña. De pronto, la necesidad de acuerdos, el respeto a las diferencias, la importancia de combatir el hambre, entre otros puntos, eran los ejes de su propuesta de gobierno. Por eso, contra lo que muchos pensábamos, las primeras horas fueron efectivas para generar expectativas. El efecto fue inmediato y dentro y fuera del país se habló del momento de México, de romper con la parálisis política y de construir las grandes transformaciones. Todo sonaba muy bien.
No obstante en el camino fue el propio gobierno el que se saboteó por la vía de los hechos. La Cruzada contra el hambre no terminó por tener forma; la gran reforma educativa solo ha servido para darle esteroides a la CNTE; las nuevas leyes en telecomunicaciones no muestran avances claros y la reforma hacendaria terminó por salir a medias y sin un mensaje concreto de los beneficios que tendrá para la población.
Se entiende que esto podía ocurrir. Fue el primer año, había una curva de aprendizaje y es verdad que las reformas -como insiste una y otra vez el gobierno- generan resistencias. Lo que resulta inexplicable es por qué el gobierno no cambió el guión a lo largo de los meses. Porque no obstante la realidad, el gobierno de Peña Nieto insiste en vender un futuro de grandes beneficios aunque el presente diga otra cosa.
La economía se ha ido enfriando y nunca se presentó una explicación satisfactoria. El país pasó de crecer casi un 4% en 2012 a un 1% en 2013 y nunca hubo un plan de comunicación emergente.
Lo mismo en otros rubros. La violencia se mantiene en buena parte del país y desde el gobierno nunca han sido capaces de explicar con claridad en qué consiste su estrategia para mejorar la situación. Asumieron que dejar de hablar del tema era igual a resolverlo y que bastaba con cambiar la agenda de los medios para convencer a la gente de que el país ya iba mejor. No fue así.
Tampoco han sido capaces de explicar por qué si la reforma educativa es tan buena, en Veracruz, Chiapas y Guerrero el magisterio sigue en pie de guerra sin que nadie sea despedido y sin que en los hechos los líderes sindicales hayan perdido el control sobre la vida de los maestros.
El gobierno supone que con spots va a cambiar la situación y por eso el bombardeo de mensajes. Confunden propaganda con comunicación política y por eso hay un divorcio entre los anuncios en radio y televisión y las notas que vemos en las noticias y en las redes sociales.
Qué bueno que esta administración definió una propuesta de comunicación desde el inicio: mover a México, sin embargo, cuando las cosas no salen como se espera es necesario cambiar los mensajes y el tono para conectar con las emociones de los ciudadanos pues de lo contrario, como ha ocurrido hasta ahora, el gobierno se queda simplemente hablando solo.