El Instituto Nacional de las Mujeres es el organismo por excelencia dedicado a generar políticas en materia de igualdad de género, evitar la discriminación, realizar campañas informativas y finalmente ayudar a la erradicación de la violencia en contra de las mujeres; cuenta con numerosas oficinas en todo el país y cada año realiza diversas actividades de difusión.
Inmujeres se ha vuelto una instancia muy visible, lo que no es entendible es por qué no puede establecer un puente de comunicación entre la ayuda que brinda y el grueso de las mujeres, quienes perciben a esta dependencia como algo lejano, tangible publicitariamente, pero ausente en materia de acompañamiento.
En principio, esto parecería un tema de recursos, pero no es así. Después de una revisión a los montos que maneja esta dependencia, resulta que durante 2012 obtuvo un total de tres millones 500 mil pesos, esto a manera de “Convenio de Colaboración Específico” con la finalidad de: “Detectar fortalezas y debilidades en los registros administrativos en materia de violencia contra las mujeres y propuestas de mejoras para el impulso de políticas públicas y la aplicación de estas en la reforma constitucional en materia de derechos humanos”. (Esto según la respuesta que dio el propio instituto vía transparencia).
Para el año siguiente, en 2013, el nombre del proyecto fue prácticamente idéntico, siendo la única distinción que se incluyó al ámbito local. Para ese periodo los recursos fueron de tres millones 500 mil pesos, vía un “Acuerdo de participación de terceros en la financiación de los gastos”, lo que deja poca claridad en la participación de esos “terceros”.
En 2014 ocurrió el mismo esquema con terceros y el nombre del proyecto fue “Violencia contra las mujeres: propuesta de mejora en la atención y la medición para el fortalecimiento de políticas públicas”, con dos millones 200 mil pesos. Y es que las discrepancias entre las respuestas de la dependencia resultan evidentes, ya que para el siguiente año, es decir, 2015, Inmujeres declaró que: no tuvo recursos y que no realizó proyecto alguno, sin embargo, recibió el “Premio Tótem 2015” por su campaña “Inmujeres por nuestros derechos”, reconocimiento a la mejor publicidad urbana.
Durante 2016, la dependencia declaró tres millones 600 mil pesos para “Institucionalización de políticas y presupuestos públicos para la igualdad de género, el empoderamiento económico y la eliminación de la violencia contra las mujeres”, en ese periodo también realizó múltiples campañas: “En busca de la Igualdad, versión por tus derechos”, “Día Naranja”, “He for She” con participación de ONU Mujeres, “Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación”, entre otras.
Para el presente año, tiene acciones como: “La semana mundial de la lactancia materna”, Programas para empoderar a las jóvenes, “Foro Mecanismo de la Alerta de Violencia de Género”, “Premio 2017 a la cultura de la igualdad de género Amalia Castillo Ledón”, diversos convenios en materia de igualdad laboral y certificaciones a varios estados del país en materia de no discriminación.
La propia Secretaría de Hacienda, a través de sus “Análisis de los ejercicios de los presupuestos de egresos del Instituto Nacional de las Mujeres” reconoce que los recursos entregados a la instancia fueron utilizados correctamente y que hay miles de beneficiarios de los programas realizados.
Ahora bien, todo esto demuestra que Inmujeres realmente ofrece mucha ayuda en materia de políticas públicas, acceso a la educación, combate a la trata de personas, prevención, inclusión de mujeres y niñas indígenas y muchos otros temas; asimismo colabora con diversos organismos internacionales. Pero la mayor paradoja es que pese a tantas estrategias de comunicación, la institución es incapaz de transmitir efectivamente las acciones que realiza, por eso las mujeres que acuden a sus oficinas sienten una clara orfandad, lo que se traduce en un resultado lamentable, pues por un lado los recursos sí se utilizan de manera adecuada, la publicidad es clara, pero el trabajo que lleva a cabo la dependencia no.