d) Digamos junto con perogrullo que hay personajes con prestigio y hay otros que no lo tienen, pero que éstos se parecen en algo: si no han cometido ningún delito, gozan de los derechos que la ley les permite, por ejemplo demandar por difamación. Fundir la demanda de Vargas con la de Moreira es pretender manipular el sentido específico que cada caso tiene.
e) “Se pide un resarcimiento económico indeterminado que se antoja millonario”. ¿Quién lo pide? Ella no está dispuesta a mencionar a Joaquín Vargas pero puede entenderse que es él quien lo pide. ¿A quién se le antoja millonario? La pregunta no es ociosa porque ella habla en tercera persona. ¿No valdría la pena que le mostrara al espectador parte de la demanda siquiera para saber de dónde se desprende el antojo de la periodista? Por cierto, el 24 de julio, mediante una réplica a Reforma, Joaquín Vargas dijo: “Si a ella lo que le preocupa es el dinero, a mí lo que me preocupa es mi prestigio”.
3) Creo que esto es interesante. Ocurre en el minuto 3:55:
“En México, el Presidente pide perdón por La casa blanca y a los periodistas que la investigaron se nos acosa judicialmente; se nos amenaza con causarnos un daño patrimonial y se pretende imponer una mordaza para expresar nuestras ideas. (La actitud de juez ya es notoria porque el cálculo es que en ese momento la audiencia ya esté identificada con ella).
a) Se trata de un momento cúspide por su carga emotiva y su intencionalidad política: asociar el perdón que pidió el Presidente con la demanda por daño moral (no varias ni una tras otra, una, sólo una). Por eso no menciona a Joaquín Vargas: en la idea discursiva el concesionario está en la cuna que mece el Ejecutivo con ánimos de venganza, según Aristegui.
b) De acuerdo con el video el pleito es de tú a tú: EPN y Aristegui y su equipo, que en ese instante ya representan al país: De tú a tu, reitero, pero un combate desigual: o sea, la furia del poder contra un puñado de hombres y mujeres que lo desafían y que quieren la libertad para ellos y para todos nosotros por lo que el auditorio debe actuar como es debido .
4) Este momento es uno de los más desafortunados (5:24):
“Apenas ayer asesinaron a Pedro Tamayo, un colega periodista de Veracruz. Esta demanda, la más reciente de la que le hablo, presentada hace algunos días antes del meaculpa del Presidente tiene como propósito aumentar la dosis de censura y colocar a México como si fuera el tiempo de la inquisición…”
Aristegui usa (esa es la palabra) el crimen de nuestro colega y lo asocia de inmediato con la demanda en su contra, como si una y otra cosa fueran lo mismo. Y no lo son: en efecto, en los últimos diez años los periodistas del país atraviesan por condiciones sumamente difíciles y los crímenes se han extendido cada vez más. El lector puede revisar el recuento que etcétera ha hecho de todos los casos denunciados: Chihuahua, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz son los estados donde más periodistas han sido asesinados. Es importante resaltar que la periodista no se ha significado por informar puntualmente sobre estas atrocidades. Pero ahora la ocasión era propicia.
5) Aristegui dice que “lo menos que esperaríamos después del meaculpa del Presidente es que se frene el hostigamiento, que se frente el acoso y la persecución (…) México tiene el derecho a tener periodistas fuertes, libres, independientes y críticos”.
La pieza oratoria está por concluir, pretende que al auditorio no le quepa duda de que el poder la persigue a ella y a su equipo mediante un complot y varias demandas y que al hacerlo le está quitando el derecho al país de contar con los periodistas fuertes, libres. Es decir, ellos. Aristegui no hace ningún reconocimiento al trabajo cotidiano de los periodistas ni menciona la diversidad de medios y de opiniones que hay en México