domingo 10 diciembre 2023

La ofensiva del doctor Simi

por Armando Reyes Vigueras

Podemos verlo en las más de dos mil farmacias que bajo el formato de “similares” operan en el país, además de sus anuncios en espectaculares, periódicos y revistas en los que aparece junto a bellas mujeres. Los medios electrónicos están en su red: espacios pagados en radio y televisión completan la estrategia para llegar a millones de ciudadanos, junto a su página de Internet, en la que ofrece un número telefónico gratuito con el fin de acercarse a los niños y contarles chistes, adivinanzas y trabalenguas.

Gacetillas electrónicas

El poder que da el manejar una pequeña fortuna le permite aparecer en la pantalla y aunque su conducción le dé a los programas un ritmo semilento, en ocasiones cansado, eso no es obstáculo para que sea presentado como “conductor social” y se le califique con autoridad moral para opinar de los más diversos temas, incluso médicos. No obstante, detrás de esa imagen se esconde una defensa férrea de su negocio y los cimientos de una nueva campaña política, en la que sus dichos contravienen las normas electorales recientemente modificadas.

Se trata, ni más ni menos, que del Doctor Simi, alter ego de Víctor González Torres, el empresario farmacéutico que utiliza la televisión como plataforma de sus aspiraciones políticas.

Televisa es su escaparate principal. De lunes a viernes, a las 5 de la mañana, la barra del canal 2 es ocupada por las emisiones que produce dicho personaje bajo distintas denominaciones. Otros programas se transmiten en el canal 4 los martes a las 23:30 horas, con una repetición los domingos a las 12 horas. Adicionalmente, TV Azteca y Telefórmula completan el menú de sus opciones televisivas.

Aunque se anuncian varios títulos, la estructura de estos programas es parecida, incluso segmentos que son grabados para la que podemos considerar la emisión principal, Ser feliz sí se puede, son retransmitidos en otros, como La hora feliz del Dr. Simi o Simichicas en acción. La estrategia es repetir el mismo mensaje.

El formato utilizado es parecido al que se utiliza en noticiarios matutinos de larga duración, en los que el conductor entrevista a especialistas en determinados temas –la primera semana de febrero se abordó el “suicidio dentro de la depresión”–, alternando con cápsulas que aportan información sobre el asunto y testimonios de personas atendidas en el llamado “Centro Nacional de Diagnóstico de las Enfermedades Emocionales”, donde también se entrevista a González Torres.

Como ejemplo tenemos lo ocurrido el martes 5 de febrero, en Canal 4 con un material que pudo ser visto en las emisiones que el Canal 2 difundió a lo largo de la primera semana de febrero. En el programa, Vicente Monroy Yánez entrevistó a nuestro personaje –en una conversación que podríamos calificar como “a modo”– sobre el tema que en estos momentos ocupa al Doctor Simi: la evaluación que el gobierno federal realizará a los denominados medicamentos similares para confirmar la eficacia terapéutica, seguridad y calidad de los mismos. Como informó El Universal, el 1 de febrero, “al concluir el análisis de casi 10 mil fármacos se habrá cancelado la venta de medicinas similares”.

Chucho el rico

Como era de esperarse, González Torres aprovechó la ocasión para referirse a que detrás de los ataques se encuentra el dinero. Responsabilizó al Grupo Benavides –uno de sus competidores en el mercado farmacéutico– e, incluso, fue más lejos al decir que detrás del citado grupo se encuentra Carlos Ahumada, y planteó un escenario en el que se presentó como defensor de los pobres: “Es absurdo que les receten a los pacientes medicamentos caros”, lamentó González Torres, y prosiguió, “si este doctor me cura con poco dinero, pues va a tener una cola de pacientes”.

Por supuesto que defendió sus productos: “es la misma fórmula, el mismo contenido”, y retó a las autoridades a que demuestren que los similares no sirven al decir que “estoy listo para darme un entre con cualquier doctor, del secretario de Salud para abajo”. Este llamado se completó con spots que se presentan dentro de su espacio televisivo, en los que se pide la renuncia de Gustavo Villareal de la Fuente, subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario en el estado de Nuevo León –el funcionario federal que ha criticado este tipo de medicamentos–, además de otros en los que se pide a la población que “si su doctor lo engaña diciendo que los medicamentos similares no sirven, denúncielo al Movimiento Nacional Anticorrupción”, otro de los membretes de González Torres.

Hasta ese momento del programa, podríamos considerar que se trata de un empresario que defiende su negocio, pero la plática derivó hacia otros terrenos políticos por supuesto.

Tras asegurar que tiene 13 millones de clientes y que, para desgracia de sus críticos, va a vender más, el conductor del programa suelta la siguiente pregunta: “¿Será candidato a diputado federal y en el 2012, candidato presidencial?”. Lo que provoca en el entrevistado una sonrisa de satisfacción, al igual que de la guapísima mujer que lo acompaña en silencio –como un adorno más de la escenografía–, para simplemente responder: “Todavía no sé”, pero deja abierta la posibilidad al afirmar que “el pueblo manda” y relatar que éste y el Doctor Simi se llevan de “a cuartos”, que si se lo piden, por supuesto, ayudaría al pueblo como lo hace en sus farmacias.

La estrategia se completó al momento de informar en los demás programas transmitidos en la madrugada, acerca del registro como Asociación Política Nacional –paso previo para conformar un partido político– del otro membrete que González Torres utiliza para sus fines: la asociación Por un país mejor, la cual, de la mano de Víctor García Lizama, presentó la documentación requerida ante el IFE e invitó insistentemente a los ciudadanos a afiliarse. Pero, como toda campaña, habría que completar el cuadro. El Doctor Simi, aprovechando que el entrevistado llevó la conversación hacia esos terrenos, comienza a delinear sus planes: servir al pueblo a través de medicinas baratas, acabar con los corruptos, seguir sirviendo a México, hasta que abordó el tema de López Obrador, pues González Torres se felicitó de contribuir a evitar que nuestro país cayera en una dictadura tropical. Y eso que las campañas negativas están prohibidas, pero no para este personaje que con el pretexto de la defensa de sus medicamentos similares hace una campaña “similar” a las políticas, aunque no estemos seguros de que en este caso ésta sea más barata, pues al consultar en Televisa sobre los costos de estos programas, se nos aseguró que por tratarse de una negociación confidencial, los datos al respecto no pueden proporcionarse.

La estrategia se complementa con dos portales donde se ven y escuchan los programas de radio y televisión en reproductores instalados en las computadoras caseras, además de un número, el Simitel, en el cual se ofrece una línea para niños en los que ellos podrán escuchar chistes, adivinanzas y trabalenguas, así como enlaces con el llamado Centro Nacional de Diagnóstico de las Enfermedades Emocionales, una línea de ayuda para personas con problemas como depresión, intentos de suicidio, entre otros servicios que incluyen quejas contra galenos que rechazan los medicamentos similares.

Este servicio representa una forma de mostrar que un particular puede competir con instancias similares operadas por el Estado. Y ya entrados en el esquema asistencial también los programas del Doctor Simi anuncian que por cada 80 pesos de compra en sus farmacias, se regala un producto básico.

El porqué de la ofensiva

Si bien cualquier persona tiene el derecho de defender su patrimonio, es de llamar la atención que durante la primera semana de febrero, coincidiendo el timing con la intención del gobierno federal de realizar el análisis a los medicamentos similares, los programas del Doctor Simi fueran utilizados para tan apasionada defensa.

De acuerdo con el columnista de El Universal, Alberto Barranco, si bien “la nueva regulación en la materia no lleva dedicatoria para las Farmacias Similares propiedad de Víctor González Torres, éste necesariamente saldrá raspado con la exigencia de que no se venda un solo fármaco que no haya pasado las pruebas de bioequivalencia y biodisponibilidad, es decir, que mantengan un mínimo de sustancia activa y, naturalmente, calidad”.

El propio González Torres afirmó en sus emisiones que únicamente vende medicinas producidas por laboratorios mexicanos, lo cual entraría en lo que el columnista comentó el 7 de febrero: “sólo caben las medicinas con patente vigente o los llamados genéricos intercambiables, que por cierto son los que integran el cuadro básico del sector salud”. Barranco agregó, para despertar más sospechas sobre el verdadero objetivo de la campaña del Doctor Simi, que “aunque la mayoría de los productos que se venden en la cadena con alcance multinacional (Farmacias Similares) están en concordancia, una parte se sale del parámetro, es decir está al margen de la ley. El plazo para la regulación, sin embargo, será de dos años”. El análisis gubernamental comenzó el 5 de febrero.

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