jueves 14 noviembre 2024

Las fake news en la campaña electoral

por Angélica Recillas

La supuesta privatización del agua, la inexistente investigación contra Ricardo Anaya en Europa, encuestas falsas, el presunto apoyo de la ONU a AMLO y fotomontajes para magnificar el respaldo popular destacaron en el gran cúmulo de fake news que circularon en las redes sociales durante los tres meses de campaña electoral.

En muchos de estos casos, no sólo los usuarios comunes de las redes fueron responsables de esto, también periodistas y medios de comunicación que, en teoría, tienen la obligación de corroborar la información; más aun, aquéllos que están adscritos a VerificadoMx, cuyo objetivo era combatir la información falsa.

Mientras México se distraía con las campañas y el futbol…

“En medio de campañas privatizan el agua”, dice una nota de Sin Embargo del 17 de junio: mientras la sociedad estaba inmersa en las campañas electorales y el Mundial de futbol, el Gobierno federal privatizó el agua. Un día antes había tenido lugar el primer juego de la selección mexicana contra la de Alemania y, según la narrativa de ese medio, se aprovechó esta circunstancia para dar “el madruguete”. Pero la supuesta privatización del agua resultó una mentira construida para alentar el encono social, ingrediente al que se recurre en los contextos de competencia electoral.

La historia surgió a raíz de diez decretos que el Presidente firmó el 5 de junio en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, en los cuales levanta la veda a más de 300 cuencas hidrológicas del país; esta circunstancia permite la extracción de un determinado volumen de agua, aunque bajo ciertas condiciones que se reglamentan por medio de la figura de concesiones.

La interpretación de la palabra “concesión” como sinónimo de “privatización” fue aprovechada para que el bulo circulara a gran velocidad en las redes y medios como La Jornada o Proceso, y para que otros sitios como Regeneración o Revolución 3.0 lo replicaran. Esto dio lugar a desmentidos oficiales de la Presidencia de la República y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero ante la desconfianza en las fuentes gubernamentales, la postura editorial de los medios de hacer eco sobre la presunta privatización no se movió, y tampoco cambió a pesar de la explicación de académicos de la UNAM (como el exrector José Sarukhán), que aclararon que la firma de los decretos no implica en modo alguno la privatización del servicio. Incluso, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) publicó en Internet un documento que detalla los alcances y límites de la modificación de la veda. Los decretos establecen zonas de reserva de aguas para usos doméstico, público urbano, ambiental y de conservación ecológica en las cuencas hidrológicas donde quitó la restricción. Es decir, la explotación y aprovechamiento de este recurso no puede hacerse de manera indiscriminada por parte de los concesionarios, sino que están obligados a salvaguardar un volumen establecido en el propio decreto, para disponer de una reserva que permita garantizar el abasto en un plazo de al menos 50 años.

Pero cuando se trata de periodismo por consigna no hay explicación que sirva. En este caso, ni Sin Embargo ni Proceso registraron las versiones que echaban por tierra la trama de la privatización del agua, y La Jornada lo hizo con reservas. La plataforma VerificadoMx, a la que los dos últimos medios están suscritos, tardó casi tres días en aclarar la versión.

Aun cuando la mentira quedó al descubierto, los medios que la difundieron la sostienen y consignan declaraciones de AMLO, quien promete “echar abajo” el decreto privatizador. El 19 de junio, Regeneración publicó un extracto de un discurso donde afirma: “No se va a privatizar el agua. Ese decreto que acaban de firmar para privatizar el agua, va para atrás […] Esos madruguetes no se aceptan”.

A la par, Proceso registró las declaraciones de Rocío Nahle García, aspirante al Senado por Morena, quien informó que este instituto político presentará un amparo para impugnar el decreto, a fin de no esperar a que “tome protesta Andrés Manuel López Obrador”. En otro reporte, firmado por Jenaro Villamil, se alude a la supuesta privatización como el “último gran negocio de los peñistas y de sus empresarios” y anticipa por esta causa “un nuevo escándalo de la corrupción del actual gobierno”.

Los decretos presidenciales no se firmaron mientras México se distraía con el juego contra Alemania, sino siete días antes de dicho encuentro, y no privatizan el agua sino que regulan su uso y explotación.

El día en que la ONU trató a AMLO como presidente

El 1 de junio, el ex jefe de Gobierno de Ciudad de México, Marcelo Ebrard, escribió este mensaje en Twitter:

Les comparto carta de la ONU a AMLO (por conducto de la oficina de proyectos UNOPS): feliz de participar en la nueva etapa que en licitaciones y adquisiciones viene para México. Habrá, por primera vez, acompañamiento internacional de primer nivel contra corrupción.

Al tuit adjuntó una carta del director la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), Fabrizio Feliciani, a López Obrador como respuesta a una misiva suya. En el documento, el encargado de dicha oficina manifestó interés de colaborar con el gobierno de México y agradece la invitación para dialogar con él, en caso de resultar electo.

Se trató de un mensaje institucional, pero Ebrard y otros colaboradores de AMLO, como Irma Eréndira Sandoval (quien podría ocupar la Secretaría de la Función Pública), lo sobredimensionaron y esparcieron en las redes la idea de que “ya hasta la ONU” lo veía como el próximo presidente.

De inmediato se produjo una cargada mediática que incluyó a Reforma, El Financiero, Radio Fórmula, La Jornada, Sin Embargo, Expansión, Proceso y El Universal, quienes replicaron sin regateos la historia con el guion marcado por Ebrard. Varios de ellos, sin ocultar su simpatía por el candidato, dejaron a un lado la prudencia y su obligación deontológica de aclarar que la eventual colaboración de la UNOPS con el próximo gobierno de México está condicionada al resultado de la elección.

Ante la gran mediatización que esto alcanzó, la ONU atajó la versión la misma tarde del 1 de junio; en su sitio web publicó una carta de Farhan Haq, portavoz adjunto del Secretario General, en donde hacía la puntual precisión:

La Organización de las Naciones Unidas quisiera subrayar su imparcialidad respecto a cualquier proceso electoral. El contenido de dicha carta no debe interpretarse como una expresión de apoyo a ningún candidato ni como una posición oficial de las Naciones Unidas. La Organización de las Naciones Unidas continuará trabajando con todo futuro Gobierno de México.

De los medios que contaron la primera parte de la historia, sólo El Universal y  publicaron la aclaración de la ONU a manera de rectificación. Otros como Animal Político o Aristegui Noticias integraron en una sola nota las dos versiones. Pero al resto de los propagadores se les cayó Internet porque hicieron mutis.

Encuestas a la medida de cliente

En el impreso de El Universal del 25 de junio apareció una encuesta que colocó a Ricardo Anaya, con un 31% de preferencias y a sólo cinco puntos por debajo de López Obrador, quien registraba 36%, mientras que José Antonio Meade aparecía en tercer sitio, con 14%. El supuesto estudio también plantea un careo entre Anaya y López Obrador, en donde este último supera por un punto al candidato frentista. No presentó metodología ni tamaño de la muestra ni otros criterios reglamentarios de esos ejercicios; tan sólo muestra los gráficos con las aparentes tendencias.

El presidente nacional del PAN, Damián Zepeda, y otros personajes del blanquiazul, como la senadora Marcela Peimbert, así como simpatizantes de la coalición del Frente, propagaron en sus redes esta encuesta adjunta al logotipo de El Universal. Ante la confusión, el rotativo hizo la aclaración de que el sondeo era una inserción pagada por una persona de nombre Tania Ivette de Luna Montelongo, quien en un documento entregado al diario se identificó como Directora General de la empresa “Pauta Encuestas”.

Cinco días antes, el 20 de junio, en el marco del tercer y último debate de los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, la candidata de la coalición Por la CDMX Al Frente, Alejandra Barrales, divulgó en redes sociales una encuesta que habría sido publicada por Noticieros Televisa y Publimetro, en la cual apareció en un empate técnico con la aspirante de la coalición Juntos Haremos Historia, Claudia Sheinbaum, quien mantenía la delantera por apenas siete décimas. Después de que este supuesto estudio empezara a propagarse Televisa se deslindó en Twitter de la encuesta, mientras que Publimetro asumió haberla publicado, mas no su realización. Incluso mencionó que es autoría de la empresa Megamhetryk.

Además de Barrales, la candidata del PAN a una diputación federal en Ciudad de México, Mariana Gómez del Campo, también publicó la encuesta falsa. Tras la aclaración de los medios involucrados, las dos políticas borraron sus mensajes sin dar explicación ni disculpa. Más aún, Gómez del Campo publicó en Twitter un gráfico de otra supuesta encuesta de Publimetro, donde Anaya aparecía con 28% de intención de voto, a siete puntos de AMLO. A los pocos minutos, Publimetro aclaró que el estudio en cuestión correspondía a la empresa Pauta.

De manera inesperada, La Jornada difundió el 30 de mayo una encuesta que, si bien no era falsa, sí resultaba atípica en cuanto a la tendencia mostrada por la gran mayoría de estos ejercicios que colocaban a López Obrador con una diferencia de dos dígitos respecto al segundo lugar. Y la sorpresa fue aún mayor por el titular engañoso de la nota respectiva: “Empate técnico Meade-AMLO, según encuesta tras 2º debate”. El sondeo de Pop Group indica que López Obrador tenía 32% de intención de voto contra 26% de Meade y 24% de Anaya. Pero según detalló la nota, una combinación de estas cifras con los datos que arrojaban una serie de reactivos enfocados en el universo de los indecisos, se conformaría un empate técnico entre el primero y segundo lugar.

La encuesta fue difundida por personajes allegados al candidato priista, como el exdirector de Canal 11, Julio Di Bella, quien en Twitter mencionó a La Jornada como fuente de información. La directiva del diario no hizo precisión al respecto, pero sí su principal columnista Julio Hernández, quien exigió al asesor de Meade deslindar al periódico de la encuesta. Pero en sentido estricto, no era a Di Bella a quien le correspondía aclararlo, sino a los editores.

El 16 de mayo, principalmente a través de redes sociales, se difundió una encuesta falsa atribuida al Grupo Santander, en la que se asegura que la declinación de Zavala beneficiaba a Anaya. Según el bulo, López Obrador tenía 28%; Ricardo Anaya, 34%, y José Antonio Meade, 17%. La falsedad de esta encuesta fue revelada por el director de etcétera, Marco Levario, en su colaboración para Noticias MVS el 23 de mayo. Aclaró que Grupo Santander, y los bancos en general, lo que hacen son mediciones internas para definir escenarios para sus proyecciones financieras, operaciones económicas y servicios a sus usuarios, pero no encuestas electorales.

El 14 de abril, el sitio The Mexican Post difundió una encuesta atribuida a una consultora de nombre Puente Informativo, de la que no hay registro ante el INE. En ella se colocó a Meade en segundo lugar, con 24%, a solo cinco puntos de López Obrador. Esa nota es el único registro a nivel mediático de la supuesta encuesta, aunque ésta se propagó en redes sociales.

El 3 de abril, a través de Facebook, se difundió una presunta encuesta atribuida a The New York Times, que asegura que López Obrador tenía el 78% de preferencias, contra 12% de Anaya y 8% de Meade. De acuerdo con la plataforma VerificadoMx, tan solo en un grupo denominado “Morena Camina con Ya Sabes Quien al 2018”, sus usuarios compartieron la encuesta apócrifa 309 veces. Recordó que el 14 de marzo, durante la precampaña, otro grupo de Facebook, pero de simpatizantes de José Antonio Meade, había divulgado otro falso sondeo adjudicado a The New York Times, en donde el priista estaba en primer lugar. El director editorial del NYT en Español, Elías López, aclaró que el rotativo no realizó la encuesta.

La inexistente investigación en Europa

El 25 de abril, medios como Proceso, Sin Embargo, Aristegui Noticias, La Jornada, Reforma, El Universal, El Financiero y Animal Político difundieron que Ricardo Anaya era investigado en Europa por presunto lavado de dinero a través de una supuesta red financiera vinculada al empresario Manuel Barreiro, a quien Anaya vendió una nave industrial. El parte publicado en el portal El Español, no citaba ninguna fuente judicial que avalara la realización de una indagatoria y únicamente aludió a “medios mexicanos” como fuente. En la supuesta investigación también se aseguraba que los fondos de las transacciones financieras entre los implicados, estimados en 54 millones de pesos, se “habrían” usado para financiar la campaña del aspirante.

Los medios que replicaron esta versión (la mayoría, afiliados a VerificadoMx), e incluso la iniciativa como tal, no corroboraron la información; solo Aristegui Noticias lo hizo, al consultar a su corresponsal en España, Manuel De Santiago, quien confirmó que no existía en aquel país ninguna investigación judicial contra Anaya y que el reporte de El Español se construyó mediante una denuncia anónima presentada ante un juzgado en Madrid, cuya autenticidad tampoco pudo ser comprobada y en donde el nombre del candidato no aparecía.

A pesar de confirmarse que la investigación contra Anaya era falsa, los medios difusores de la historia nunca rectificaron e incluso le dieron nuevo realce en fechas posteriores, apoyados en notas publicadas en medios españoles. Una, el 14 de mayo en el sitio web OK Diario, el cual enfrenta varias denuncias civiles en España por difundir información falsa, y otra, cuatro días más tarde, en el portal La Gaceta, que dirige Julio Ariza, exdiputado del Partido Popular. Al reciclaje de esta información apócrifa se sumaron otros medios como Eje Central, Noticieros Televisa y Polemon.

Pero ahí no quedó el asunto. Cinco días antes del tercer debate de los candidatos a la Presidencia, la mayoría de los medios divulgó un video que muestra el testimonio de un presunto hermano de Manuel Barreiro, quien habría ratificado la versión de que éste había realizado transacciones millonarias tendientes a financiar la campaña de Anaya, y donde se hablaba los “grandes negocios” que éste haría, de ganar la elección, con los empresarios a los que benefició con la venta de una nave industrial. El video fue propagado desde un sitio denominado El Caso Anaya, creado el mismo día del lanzamiento del video, con un dominio establecido en Arizona, EU, pero sin rastro alguno de la empresa o persona que lo administra.

Retroceso y PejeLeaks: tirarle al puntero desde la web

A finales de mayo surgió www.retroceso.com, que publica información falsa contra Andrés Manuel López Obrador, como que planeaba desaparecer al ejército, que uno de sus hijos tenía un Lamborghini o que había “mandado al diablo” a los empresarios. En esta última se aprovechó el diferendo que durante ese mes el tabasqueño tuvo con algunos representantes de la iniciativa privada.

En sólo cinco días, el sitio acumuló 12 noticias falsas. Según VerificadoMx, el dominio de la página fue comprado el 26 de mayo, y está registrado en Oregón, EU, bajo un servicio de privacidad que oculta la identidad de quien lo contrata. La plataforma también registró que la mayoría de las notas están firmadas por una persona de nombre Jorge Damián Castañeda Martínez, con una foto falsa que corresponde a Saúl Magallanes Luna, presidente del PRI en Momax, Zacatecas, personaje que fue consultado por la iniciativa y se deslindó de esta página.

Este intento por desacreditar a López Obrador se sumó al que se echó a andar desde febrero a través del portal PejeLeaks que, como documentamos desde sus orígenes, alberga contenidos que carecen de mínimos estándares periodísticos. El 17 de abril, etcétera desentrañó la trama que pretendía vincular a López Obrador con el narcotráfico, la cual se construyó con testimonios, documentos apócrifos y la amañada concatenación de sucesos inconexos. Asimismo, se evidenció que no existe el menor indicio de investigaciones judiciales que asocien a AMLO con cárteles y que, incluso, los propios realizadores del “reportaje” aceptaban que no habían podido acreditar varias de sus aseveraciones. Lo dijimos entonces: se trató de una infamia periodística que replicaron algunos sitios web, como Letra Roja, y cibernautas detractores del tabasqueño.

Desacreditar al árbitro

Varias de las fake news tuvieron la finalidad sembrar la desconfianza hacia el proceso y las instituciones electorales.

El 17 de mayo, el consejero presidente del INE Lorenzo Córdova, a través de Twitter, desmintió el rumor que aseguraba que una empresa privada estaría a cargo del manejo de Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Una “cadena”, divulgada principalmente a través de Twitter y WhatsApp, señaló que el INE había cancelado el contrato que el IPN tenía para hacerse cargo de la seguridad informática del PREP para otorgarlo a Scitum, empresa de Carlos Slim y Diego Hildebrando Zavala, hermano de Margarita Zavala. A dicha firma se le implicó en el “fraude” de la elección del 2006.

Córdova Vianello sostuvo que el PREP es un programa 100% desarrollado por el INE y auditado por la UNAM. Rechazó que Hildrebando tenga alguna relación con el PREP. Por otra parte, en varias entrevistas, el consejero Marco Antonio Baños aclaró que, en efecto, el INE suscribió un contrato con Scitum, propiedad de Grupo Carso, para proteger los sistemas informáticos del órgano electoral de posibles hackeos. Asimismo precisó que, de común acuerdo, el INE y el IPN finalizaron el acuerdo que tenían para este objetivo debido a que los programas desarrollados no contaban con las suficientes medidas de seguridad. VerificadoMx destacó que el mismo grupo que encabeza Carlos Slim es socio mayoritario de Hitss Solutions, S.A. de C.V., antes conocida como Hildebrando, S.A. de C.V., empresa de Diego Hildebrando Zavala. Hitss Solutions no tiene contratos con el INE.

A principios de mayo, en redes sociales se difundió el bulo de que los lápices dispuestos por el INE para el marcado de las boletas electorales se borraban. Ante ello, Lorenzo Córdova hizo una demostración de estos objetos ante los medios y se comprobó que son imborrables.

El 22 de junio circuló en redes un video en el cual se enuncia la supuesta preparación de un “fraude” en la elección para gobernador en Yucatán. En dicho material se escucha la voz de una mujer cuyo rostro nunca se ve y solo se aprecia el lado derecho de la parte superior de su cuerpo, donde se observa que lleva un delantal con el apellido Sahui bordado. Esta persona entrega otras boletas previamente llenadas a favor del candidato del PRI, Mauricio Sahui, e instruye depositarlas el día de los comicios. Este material fue replicado por periodistas y medios, como Salvador García Soto y El Diario de Yucatán, el cual está afiliado a VerificadoMx. Ese mismo día, la consejera presidenta del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán, María de Lourdes Rosas, y el vocal ejecutivo del INE en la entidad, Fernando Balmes, hicieron en rueda de prensa una demostración sobre la confiabilidad de los materiales electorales, incluyendo las boletas. Por otra parte, hasta el día 24, cuando se dio el banderazo de salida a la distribución de las boletas a las juntas distritales de Yucatán, ni García Soto ni el diario hicieron la aclaración correspondiente.

Fakes con Photoshop

Otras de las fake tuvieron su lado chusco, aunque no por ello son justificables; estaban relacionadas principalmente con la utilización de fotos truqueadas o de plano falsas, para construir percepciones o magnificar situaciones.

Simpatizantes de AMLO en redes sociales difundieron el 20 de junio la supuesta foto de un mitin del candidato en Morelia. Se muestra una toma aérea de una multitud en unas calles, la mayoría de ellas, vestidas de rojo. Otros usuarios hicieron la observación de que la imagen corresponde al inicio de las fiestas de San Fermín en Pamplona, España.

Apenas seis días antes, el 14 de junio, se había hecho algo similar al hacer pasar una fotografía de un concierto de los Rolling Stones en Río de Janeiro como un evento de campaña de López Obrador en Campeche. Pero en este caso, el asunto no quedó sólo a nivel de usuarios comunes de las redes; la candidata de Morena al Senado por Veracruz, Rocío Nahle, publicó en su cuenta de Facebook la falsa imagen, pero al ser evidenciada por tuiteros y medios como el periódico Reforma, la retiró y se disculpó por el error.

Quien también resbaló fue Marcelo Ebrard, quien, para presumir lleno total en dos eventos de campaña del candidato presidencial en Puebla y en Acapulco, utilizó la misma fotografía en dos tuits publicados el 24 y 25 de junio. Hasta el día siguiente enmendó su equivocación.

Como habrá constatado el lector, el catálogo de fake news durante la campaña electoral fue amplio y variado, y los ejemplos mostrados fueron apenas unos cuantos botones de muestra.

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