Imagínese que una publicación difunde un ensayo suyo sin pedirle autorización. Luego nota que es una revista que no le merece el menor respeto por sus constantes faltas a la ética y su ausencia de rigor profesional. Usted tiene presente que, precisamente por eso, siempre se negó a colaborar ahí.
Si ello llegara a suceder, le pregunto: ¿qué sentiría de ver su nombre ahí, en esa revista, que además por concepto de comercialización de ese ejemplar obtuvo 700 mil pesos? Más aún, ¿cómo reaccionaría si, por la publicación de ese ensayo, usted no sólo tuviera el descrédito de sus colegas sino que además, por si algo faltara, usted no podría promover su trabajo ni devengar por él honorario alguno en virtud de que ya fue publicado? Ya ni siquiera puntualizamos en que su texto haya sido publicado con numerosas erratas y alteraciones. Sólo agregue a lo anterior una llamada suya con la directora del medio a quien le comenta que enviará una carta aclaratoria, pero de inmediato ella le dice que la misiva de ninguna manera será publicada.
Para quien esto escribe la conclusión es clara: usted no tiene de otra más que demandar. Incluso, aunque llegue a verificar los intersticios de la justicia mexicana y la resolución tarde casi cinco años.
Exactamente eso fue lo que le sucedió a Raúl Trejo Delarbre.
Coartadas en pleno
Debate legislativo en pleno es una revista catorcenal con circulación propia y encartada en La Jornada para los suscriptores. El 8 de junio de 2004, esa publicación reprodujo un ensayo de Trejo sin pedir su autorización. Al hacerlo, incurrió en numerosas erratas e incluso alteraciones respecto del texto original. Lourdes Galaz, la directora, se negó a publicar una aclaración del académico. Entonces Trejo demandó por daño moral a la empresa editora Qovadis, Comunicación, Periodismo y Publicidad, SA de CV. Después de un largo proceso las autoridades judiciales consideran que ese agravio no se tipificaba y sólo aducen que había un agravio patrimonial. Para cuantificarlo se necesitan dictámenes periciales. (La sentencia desfavorable a Qovadis la formuló el Segundo Tribunal Unitario en Materias Civil y Administrativa del Primer Circuito en México, el 11 de agosto de 2006).
Los dictámenes de los peritos propuestos por las partes para evaluar los perjuicios de derechos de autor son contradictorios. Entonces se designa a un perito tercero en discordia. El juez que aún lleva el caso hace la petición a la SOGEM para que ésta lo proponga. El perito tercero en discordia es el doctor Juan Ramón Obón. Qovadis se niega a pagar sus honorarios y hace lo mismo con el perito tercero en discordia en materia contable. Esa casa editorial, sencillamente, no quiere pagar. Casi sobra decir que, en cambio, Raúl Trejo cubre el monto que le corresponde.
El 27 de agosto de 2008, el doctor Obón dictamina que Qovadis debe pagar 30 mil pesos a Raúl Trejo por lo que el autor dejó de percibir al ver impedida la publicación de su ensayo en otro espacio editorial, más la cantidad que resultara del 50% obtenido por esa empresa en la venta de la revista que publicó ese artículo.
Qovadis responde que la revista no se vende, que se encarta en La Jornada. Pero no puede documentar cómo se distribuyen 5 mil ejemplares por suscripciones en ese periódico y circulan para su venta 19 mil. Así, como se lee. Por otro lado, reconoce que tuvo ingresos por 700 mil pesos en la edición donde se publicó el texto de Raúl Trejo pero, otra vez, sencillamente, se niega a pagar. El 26 de febrero de 2009, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores informa que la única cuenta de Qovadis está en Bancomer y reporta ceros. ¿Qué tal?
Qovadis dice que Debate legislativo en pleno dejó de publicarse desde septiembre de 2007, es decir, dos meses después de que Raúl Trejo promovió legalmente que se cuantificaran los perjuicios de que fue objeto.
Contumaz desacato
Lourdes Galaz sigue trabajando en las mismas oficinas que Qovadis tiene desde hace varios años y que se ubican en Edzna 212 Colonia Letrán Valle. Ahora, la directora de esa revista, Lourdes Galaz, trabaja también en Edzna 212, al frente de una empresa que tiene otra denominación social: Agencia de Servicios Integrales de Comunicación, SA de CV. Se dedica a vender la información de La Jornada a los periódicos de los demás estados de la República.
Pero sobre todo: Lourdes Galaz dirige la versión electrónica Debate legislativo en pleno, editada por la misma Qovadis. Ese proyecto se comercializa. Ahí están los espacios publicitarios que, el 25 de marzo, comprendía su portal. Son de las empresas Sony y Casas Ara. Es más, Debate legislativo en pleno tiene una dirección electrónica para contratar anunciantes: publicidad@enpleno.com.mx y otra dirección donde se ubica la imprenta de la que es propietaria La Jornada.
La actitud de Lourdes Galaz no ha cambiado. Igual que hace casi cinco años se apropió de un texto que no era suyo, hoy en día se niega a cumplir con las obligaciones impuestas por las autoridades judiciales. Simplemente, cuando está condenada a resarcir daño patrimonial, los números de Qovadis reportan ceros. Así de sencillo, es más, aunque no sea cierto.
Preguntas
1. ¿Por qué Debate Legislativo en Pleno aparece en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación? ¿Está desactualizado el Padrón o sus editores mantienen allí la revista para seguir solicitando publicidad gubernamental?
2. ¿Qué papel juega La Jornada en todo esto? ¿Es la auténtica propietaria de Debate legislativo en pleno? ¿Le da cobertura a Galaz para seguir haciendo negocios? ¿Para eludir la ley?
3. ¿Y qué dirá el juez ante estos nuevos hechos?
Usted ya conoce de los vericuetos legales que hay en nuestro país para acceder a la justicia. Este litigio ha tardado casi cinco años. En ese periodo se documenta la ostensible arbitrariedad y la rebeldía para acatar la ley que muestra Qovadis. Ya veremos cómo concluye este asunto.
La estafa electrónica
¿Cómo puede una empresa que tiene ceros en su cuenta bancaria mantener su sitio Web?
” En Pleno mantiene su página electrónica activa (www.enpleno.com.mx) bajo el concepto, según se constata ahí mismo, de revista electrónica.
” La página de inicio está actualizada con información (al cierre de este número de etcétera) al 20 de marzo de 2009. Pero hay 9 notas más fechadas en diversos días de marzo.
” Para ver el contenido completo de las notas es necesario suscribirse y enviar datos personales. Yo lo hice, y de inmediato me respondieron proporcionándome mi clave de usuario y mi contraseña, y de remate: si tiene dudas, sugerencias o comentarios puede hacerlos directamente en nuestra página web o enviar un correo electrónico a contacto@enpleno.com.mx.
” El menú de Suscripción está activo.
Claro que obtiene ingresos
” La página tiene también activos dos banners de publicidad: uno de La Jornada y otro que dice Getafe, it’s division team landrup & Dangaard y otras tres publicidades extra: uno de La Jornada, uno de Sony y uno más de Casas Ara.
” En el Menú Quiénes somos aparece como directora Lourdes Galaz y en la administración aparece el despacho Contabilidad Integral Ejecutiva SC.
” De acuerdo con la página, las oficinas están en Edzna 212 Colonia Letrán Valle. Las mismas que ocupa la Agencia de Servicios Integrales de Comunicación, SA de CV, filial de La Jornada. Lourdes Galaz aparece como directora de la Agencia (www.asic-lajornada.com.mx/quienes_somos.php).
” Aunque no se da el crédito al web master o editor web, me informaron a través de un enlace que logré luego de llamar telefónicamente a la Imprenta de Medios SA de CV (la que realizaba el tiro de En Pleno) que Omar Alejandre es el único que puede darme informes sobre este portal Web. Pero Omar no respondió mis llamadas.
” El registro de derechos reservados de la página de En Pleno marca como años 2006-2007, pero mantiene actualizada información a marzo de 2009.
” La empresa que se ostenta como editora en el portal de En Pleno es Qovadis, Comunicación, Periodismo y Publicidad, SA de CV, y como editor responsable, Lourdes Galaz.