El 16 de mayo por fin se iba a dar el encuentro. En el juzgado estaríamos Mario Marín, ex Ejecutivo de Puebla, y este periodista, uno de los 11 que fueron demandados por “daño moral” por el “góber precioso”. Aunque la espera fue inútil, jamás apareció el supuesto reclamante. Su abogada, muy curiosa, me dijo que “el señor está indignado”, palabra de moda por la rebelión de los españoles. Al preguntarle a qué se debía esa actitud, me respondió: por lo que escribió en Acento Veintiuno. A lo que le contesté que yo también estaba indignado, desde que trató de apabullar a Lydia Cacho, la cual actualmente sufre amenazas de muerte.
A fin de cuentas, la mayoría de las pruebas del político fueron cuestionadas y una buena cantidad de las presentadas por mi defensa, admitidas, incluyendo las afirmaciones de un perito en medios de comunicación, el maestro Pablo Cabañas. Aunque ya sabemos: el juicio continuará y habrá que esperar a tener mejor suerte que Alfredo Rivera Flores, quien se las ha visto negras contra un cacique de Hidalgo por su texto, “La Sosa Nostra”.
El asunto mío se presentó el 22 de noviembre por el señor Marín. La contestación fue el 12 de enero. La primera audiencia el 16, citado en el párrafo inicial. Y es hora que todo está en calma, pero el músculo no duerme.
Mientras tanto, el diario Reforma ha informado que tres grandes hospitales construidos a precios enormes en Puebla están inhabilitados. Ello porque su edificación fue en terrenos inadecuados, los materiales eran deficientes y/o las condiciones para echarlos a caminar inexistentes. O sea, la dignidad del poblano quedó muy en alto.
El lunes 4 de julio, nuevamente el informativo aludido expresó en primera plana “Da Puebla a capo apoyo ‘precioso'”. La información señala cómo se alentó en dicha entidad a Ismael Coronel Sicairos, quien hizo negocios con búfalos de agua para engordarlos, aunque el señor está relacionado con los Beltrán Leyva en múltiples actividades.
Al siguiente día nuevamente se dio información del asunto, en la cual incluso se decía que Coronel Sicairos era testigo protegido de la PGR. Y gracias a sus informes se conoce más de esos hermanos tan famosos.
Pero no es todo, es de notar que la persecución de Alberto Beltrán Leyva, el “Jefe de Jefes”, se dio en parte del estado de Puebla, tanto así que en Atlixco y otros lugares hubo retenes militares. Se habló incluso de que en un fraccionamiento, El Cristo, fue iniciada la operación, la cual terminó en Cuernavaca, Morelos, donde fue liquidado el mencionado. Otro sujeto conocido, Sergio Villareal, “El Grande”, fue detenido en el fraccionamiento Puerta de Hierro, un lugar donde habitan importantes políticos e inversionistas, afincados en Puebla.
Y, para no hacer más grande la lista de quienes están relacionados con el narcotráfico, la única casa de cambio que ha sido clausurada en los últimos años, por órdenes de la DEA, es la llamada Puebla, situada en el mismo estado.
Por todo eso, en el número 44 de Acento Veintiuno (11 al 17 de julio), el cintillo es: “Mario Marín: capo de capos”. Lo que no ha traído una nueva demanda de quien es aparentemente muy puntilloso con sus actos de gobierno, los cuales han sido, cuando menos, fallidos.
Por todo lo anterior, le falta razón a Marín cuando en Animal Político, el importante portal dirigido por Daniel Moreno, dice que “las amenazas a Lydia Cacho ha sido lo peor de mi mandato”. En el mismo sitio electrónico han dado cuenta de la megalomanía de este señor, poniendo el nombre de sus parientes cercanos o de él mismo a una cantidad de sitios que inauguró en su sexenio.
Mario quiere, no faltaba más, ser próximamente Senador de la República. Para eso alardea que él y su delfín que fue derrotado a la gubernatura, Javier López Zavala, son parte del equipo cercano de Enrique Peña Nieto. Ya sabemos que si éste quiere ganar las dos etapas que le quedan -la candidatura y la Presidencia de la República- deberá andar con pies de plomo y no aceptar a tipos nefastos, aunque la política mexicana es impredecible.
Lo más curioso es que, no obstante las múltiples acusaciones contra Marín, algunas realizadas por poblanos muy reconocidos, no han hecho que el gobernador actual, Rafael Moreno Valle, inicie una acusación contra su antecesor.
La dignidad se forma y se hace presente, no se defiende únicamente en tribunales. Algo que deben saber los políticos cuando demandan a tecleadores.