Entre 2004 y 2016, durante los sexenios de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, la relación gobierno- medios de comunicación en Veracruz fue de una total subordinación y complicidad.
La violencia, el desfalco a las arcas estatales y los diversos latrocinios cometidos desde el poder fueron acallados en la gran mayoría de los medios, locales e incluso nacionales, a cambio de millonarios convenios publicitarios otorgados con discrecionalidad y opacidad. Esto significó, además de la comisión de varios delitos por mal uso del erario, la distorsión de la realidad en el estado. Realidad que muchos medios sólo vieron hasta que se acabó el dinero que el gobierno les pagaba por su silencio.
En campaña, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se comprometió a sanear la relación con la prensa local, misma que en mayor o menor medida, con o sin argumentos, lo golpeó sistemáticamente durante por lo menos 15 años. Pero más que sanear, lo que hizo Yunes fue castigar a los medios, cerrando por completo –o al menos eso es lo que se declara oficialmente– la llave de los recursos públicos para el rubro de publicidad sobre todo en la prensa escrita y los portales de noticias.
“No hay un solo centavo para pagarle a los medios de comunicación. Los medios de comunicación tendrán que vivir de sus propios ingresos. Son empresas, no entidades públicas. Prefiero que el costo para los veracruzanos sea la imagen del gobernador y no un costo económico que afecte a las finanzas públicas del gobierno”, afirmó Yunes Linares el pasado 9 de marzo.
El resultado de lo anterior era previsible. Varios medios cerraron sus puertas definitivamente, como el diario Capital –en el que habría tenido intereses la exvocera estatal Gina Domínguez, presa por desvío de recursos– o el portal de noticias Radiover –propiedad del exsecretario de Salud Juan Antonio Nemi Dib, actualmente prófugo de la justicia-. Publicaciones como Centinela, Marcha y Oye Veracruz dejaron de editarse y solo conservan lánguidas ediciones Web. Algunos periódicos como Diario AZ y El Portal, trabajan con el personal mínimo, replicando notas de agencias y con tirajes irrisorios.
Otros más bajarán la cortina una vez que se concrete la transición en los ayuntamientos que han sido, en los hechos, una de las últimas alternativas de supervivencia para medios que nunca se preocuparon por ser autosustentables. Mucho menos por ofrecer información de calidad que los hiciera competitivos en el mercado periodístico.
Más de dos millones pa’l Face
Aunque la depuración de medios en Veracruz era necesaria, así como obligado detener el derroche que llevó a gastar solo al gobierno de Javier Duarte más de ocho mil millones de pesos en publicidad mediática, la administración de Yunes ha sido incapaz de establecer una política de comunicación eficaz, ya que ésta se ha centrado por completo en la figura del gobernador, ignorando prácticamente al resto de las dependencias, con excepción de la Fiscalía General, debido a la violencia que azota a la entidad.
Además, el núcleo de la estrategia de comunicación son las redes sociales, que a pesar del aventurado diagnóstico incluido en el Programa Estatal de Comunicación Social 2016-2018 −en el cual se estima que la penetración de sus mensajes alcanza a 3.5 millones de veracruzanos con acceso a la Web−, no tienen mayor impacto entre la población respecto de su percepción acerca de las acciones del gobierno. Pero sí le representan un muy considerable gasto.
Este programa establece entre sus objetivos y prioridades “modernizar la comunicación gubernamental a través del establecimiento de políticas de Comunicación Social que promuevan una cultura democrática y el derecho a la información y favorezcan la relación Gobierno-Sociedad a partir del uso de medios tecnológicos para la difusión de información oficial”.
También se plantea “difundir contenidos informativos sobre las acciones y programas gubernamentales mediante las nuevas tecnologías y plataformas digitales (Twitter, Facebook, Instagram, Periscope)”.
Y se añade: “El estado vive ya una nueva época en materia informativa, gracias a la revolución tecnológica que ha impactado significativamente el devenir de los medios de comunicación. La aparición de las redes sociales y medios alternativos, que día a día suman adeptos en el Estado de Veracruz, dejan en claro la necesidad de la sociedad por mantenerse informada”. La prioridad y preferencia por la comunicación vía las redes ha sido patente en los primeros ocho meses del gobierno.
Tanto, que la Coordinación General de Comunicación Social cuenta con un presupuesto anual de dos millones 400 mil pesos para invertirlo solamente en Facebook, donde todos los días se realizan transmisiones en vivo de las actividades, discursos y declaraciones del gobernador buscando con ello sustituir a los medios tradicionales. No existe indicador que pruebe la eficacia de dicha estrategia, la cual ha recibido críticas de parte de integrantes del gabinete legal y ampliado del gobierno del estado.
Los “consentidos” del régimen
Sin embargo, y a pesar de lo que se diga en el discurso, hay ciertos medios que gozan del “favor” de la administración de Yunes Linares, a los cuales se les provee de información privilegiada. Es evidente caso del periódico porteño Notiver, receptáculo de prácticamente todas las filtraciones informativas del gobierno mismas que son presentadas como “primicias” por este medio, que “se la jugó” con el actual mandatario durante su enfrentamiento con Javier Duarte en el sexenio pasado.
En el mismo caso están Reforma y El Universal, a los que también se ha provisto de información exclusiva. Un caso reciente, los videos de la diputada local Eva Cadena recibiendo dinero supuestamente para entregarlo a López Obrador. Si estos medios reciben o no dinero por concepto de convenios es un misterio. El gobierno de Miguel Ángel Yunes, igual que sus antecesores, se niega a hacer pública esa información.
¿Y volvemos a empezar?.