marzo 6, 2025

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Grupo Multimedios despidió a más de un centenar de empleados con liquidaciones menores a las establecidas por ley a condición de firmar convenios de confidencialidad y de no recibir copias de los documentos de despido y finiquito económico.

Según varios de los despedidos consultados, esta costumbre violatoria de la ley es practicada por Grupo Multimedios, corporativo originario de Monterrey, que se ostenta con orgullo como “socialmente responsable” y que nunca ha entregado copias de los contratos a sus trabajadores, ni mucho menos de los acuerdos de confidencialidad, dejándolos sin garantías laborales y sujetos a la voluntad de este holding corporativo de más de una docena de empresas, entre las que figuran Barra de Personal, Simetría Operativa y Simetría Administrativa, todas, sociedades anónimas con la misma dirección en Monterrey, que son las encargadas de pagar los salarios vía transferencia electrónica bancaria desde la ciudad norteña.

En las últimas dos semanas de agosto, el Grupo Multimedios despidió a más de un centenar de empleados según los cálculos más conservadores, a quienes, uno a uno y sin aviso previo, se llamó a la oficina de Recursos Humanos para informarles que se procedía a liquidarlos y que debían firmar documentos de conformidad y confidencialidad prácticamente sin posibilidad de consulta legal ni de la entrega siquiera de copias de los acuerdos.

La reconfiguración de esa empresa fue anunciada desde el 31 de julio, fecha de la salida de Carlos Marín de la Dirección General Editorial de Milenio, anunciada como “una profunda transformación empresarial debido a la obligada reconversión digital y tendencias que enfrentan los medios en el mundo, así como al crecimiento de nuevas empresas de comunicación del Grupo Multimedios”, según un comunicado firmado por el dueño del grupo, Francisco González, y el propio Marín.

Imagen: Internet

Sin embargo, nadie esperaba el despido de más de un centenar de empleados de distintos niveles (un jefe de información, editores, reporteros, redactores, trabajadores de talleres, de rotativa y hasta de intendencia) sin mayor explicación que la reestructuración del grupo, y con el ofrecimiento de liquidaciones menores a las establecidas por ley según la antigüedad de cada empleado, pues hubo despidos hasta de personas con más de 18 años en la empresa.

Entre los liquidados, con o sin su conformidad, están Francisco Garduño, jefe de información del diario; así como los editores de varias secciones: de Fronteras, Irene Selser; de Cultura, Ariel González; de Negocios, Guadalupe Romero; de Tendencias, Gabriel Bolio, y de Fotografía, Martín Salas. También fue despedido Adolfo Díaz, Rufo, uno de los personajes más identificables de La Afición y de los programas deportivos del grupo. Además desaparecieron la sección de humor QRR, cuya plantilla, excepto los editores Jairo Calixto Albarrán y Verónica Maza, fue incluida en el recorte de personal.

También salieron del periódico articulistas como Fernanda de la Torre, Marco Provencio y Hugo García Michel, quien el 27 de agosto escribió en Facebook: “[…] Hace poco menos de dos horas me llamó el subdirector de Milenio para decirme que me incluyeron dentro del fuerte recorte de personal y de colaboradores que están haciendo en el diario y acabo de quedarme sin trabajo ahí, después de más de 18 años de colaborar cada semana […] Estoy helado y aún no sé cómo reaccionar. Sé que no soy el único que está sufriendo algo parecido, pero si saben de algún medio en el cual pueda reanudar dignamente alguna o las dos columnas, no dejen de avisarme por aquí o por inbox […]”.

Entre quienes comentaron el mensaje estuvo el especialista en medios Raúl Trejo Delarbre, quien escribió: “[…] En los medios impresos hay un pánico generalizado ante la disminución de publicidad anunciada por el próximo gobierno pero, sobre todo, ante la posibilidad de que el negocio sea afectado por la intolerancia del señor AMLO a las opiniones críticas. Hasta donde tengo noticia todos o casi todos los articulistas que han sido despedidos en varios medios habían publicado puntos de vista críticos al ahora presidente electo. En todo caso creo que Milenio se equivoca porque no es desplazando sino incrementando la oferta editorial de calidad como la prensa saldrá adelante […]”.

En el área de reporteros, redacción, televisión y talleres hubo también decenas de liquidados por los mismos dudosos procedimientos, además de empleados del portal Milenio.com, donde tampoco dejó de haber bajas desde hace al menos dos meses.

Los despidos se dan en momentos en que el grupo se expande y acaba de inaugurar oficinas y estudios de televisión abierta en el tradicional edificio porfiriano que fuera sede del diario Novedades, en la calle de Morelos esquina con Balderas, zona donde Grupo Multimedios posee ya varios inmuebles con instalaciones administrativas y comerciales: la sede de Milenio desde 2004, de los estudios de Milenio Televisión, de Top Radio y del portal Milenio.com.

La expansión fue celebrada por los dos presidentes de México que, al parecer, dirigen conjuntamente el gobierno del país en momentos de difícil y crítica transición, cuando el vacío de poder mueve a estos poderosos corporativos mediáticos del país a afianzar sus intereses sin importarles violar la ley laboral.

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