Hace dos semanas Clara Luz Álvarez envió a Santa Claus sus respectivos deseos sobre la industria de las telecomunicaciones y nosotros los compartimos por entero, en consecuencia, en esta ocasión no nos dirigimos al gordito aquel, con la idea, además, de contribuir un poco a la saturación de cartas. Pero si ustedes pueden ayudar, echen un ojo al texto de Clara, publicado en El Financiero el 17 de diciembre y ya verán qué hacer para que, como ella pide, haya ciberestrategias que “vinculen el despliegue de la infraestructura con la capacitación” para el uso de Internet, o ya sabrán cómo ayudar a que las páginas electrónicas sean “accesibles a personas con distintos tipos de capacidad” aunque, tal vez antes que nada, colaboren para que los portales del gobierno sean más funcionales. Por ejemplo, ¿ya vieron lo pésimo que están los sitios de Internet de los mal llamados medios públicos? (Bueno, el del Canal Once sí nos gusta). El caso es que ya les estaremos pormenorizando al respecto para que ustedes trabajen durante el año con algunos insumos si es que quieren echarle la mano a Santa, para lo que también le pediremos a Clara algunas ideas.
Mientras, si no es mucha molestia, ojalá atiendan estas diez peticiones de regalos:
1. Que 2008 sea el año de la reforma a las leyes de telecomunicaciones y radiodifusión. Pero que ésta no sea como la Ley Televisa que, gracias a ustedes que atendieron el año pasado nuestros deseos, fue declarada inconstitucional en sus partes centrales (¡Hip, hip, hurra!). Ahora queremos que la reforma sea emprendida sin ánimos revanchistas e incluya a todos los actores. A todos. Pero que de ningún modo esto sea a costa de la libre competencia que debe haber en el sector, incluida la posibilidad de inversiones extranjeras mayoritarias. Y también sin que eso signifique dejar en el eterno limbo del “sí pero no” a la fortaleza que requieren los medios oficiales, entre otras cosas, para que devengan en auténticos medios públicos. (Ya sabemos, para eso se requieren directivos dispuestos a eso y nosotros cumpliremos con nuestra parte para intentar persuadir). Además habría que incorporar a las radios comunitarias en la estructura legal, con todos los derechos y todas las obligaciones.
Esa nueva ley, en el marco de la ampliación de la oferta de contenidos, ha de incluir su regulación aunque en modo alguno debe significar suprimir ni un ápice la libertad de expresión pero tampoco permitir, por ejemplo, los llamados infomerciales o que los niños estén expuestos a programas no aptos para su edad.
2. Concédanos, por favor, se los pedimos de la manera más atenta, el deseo de que haya una ley para la asignación de publicidad en todos los órdenes, federal y local. Mientras eso ocurre, ojalá acabe el boicot contra algunos medios (no se hagan, ya saben a qué medios nos referimos) y adicionalmente se atenúe un poco al menos la enorme concentración de esos recursos del erario en tan pocas empresas. Nosotros nos comprometemos a difundir material al respecto de todo esto.
3. Hagan algo para que algo sea haga, y pronto, con el objetivo de que las frecuencias de Amplitud Modulada operen en Frecuencia Modulada o que haya un plan expedito para su adecuación tecnológica. Todo, claro está, en el marco de la ley.
4 .Que el Canal 40 regrese a sus auténticos concesionarios.
5. Les solicitamos que todos los estados de la República tengan su respectiva ley de transparencia y que éstas no comprendan coartada alguna para perpetuar la opacidad. (¿Cómo está eso de que en Durango no pueda hacerse petición alguna si no se radica en el lugar?). Ah, se nos estaba olvidando, y también esperamos que la medición de la trasparencia no vuelva a ser tan turbia como a finales del año pasado.
6. Seríamos muy felices si los medios respetaran en cualquier momento el derecho de réplica.
7. Nos encantaría que, en el contexto del análisis y la discusión para la reforma de la radiodifusión y las telecomunicaciones, los medios ofrecieran el punto de vista de todos los actores involucrados en el tema. Incluso, sería lindo que hubiera un debate entre comunicadores y que éste fuera difundido ampliamente.
8. Quisiéramos que se fallara definitivamente contra el recurso de amparo promovido por la Coparmex. ¡Zas! Queridos Reyes, qué rápidos son, eso ocurrió justo al momento en que redactábamos esta carta. Se las cambiamos por, déjenos ver, qué Notimex sea en 2008 la agencia de noticias del Estado que todos queremos.
9. Les agradeceríamos mucho que, al menos en 2008, no haya ningún otro improvisado comentarista financiero.
10. Este regalo no lo cambiamos por nada: queremos que la Radio Ciudadana tenga la atención que se merece y por eso difundiremos, gratuitamente, su programación.
Es cuanto, Señores Reyes Magos.
Los editores de etcétera