¿Por qué estos niveles de percepción y de desesperanza entre los tabasqueños? La respuesta se encuentra en los datos duros. Comenzando por la tasa de desocupación en esa entidad, que se ubicó en el pasado mes de abril, en el 7.2%, contra el 3.8% del promedio nacional. Cabe señalar que casi un tercio de esos desempleados, el 27%, tienen instrucción superior, es decir, son jóvenes que fueron a la universidad, estudiaron una carrera, egresaron y no han encontrado fuentes de empleo. Partiendo de ese dato, lo que viene en materia de cifras de delitos es todavía más grave:
- En abril pasado se robaron 240 vehículos en Tabasco, 102 más que el promedio nacional reportado.
- En el mismo mes se registraron 216 robos a casa habitación, contra 200 robos promedio en todo el país.
- En ese período, se denunciaron 104 robos a negocios, contra 64 que fue el promedio nacional.
- Otras cifras indican que el estado es también líder en secuestros, segundo lugar en extorsión, y primero en robo a mano armada a transeúntes.
- Lo peor del caso es que de acuerdo al Semáforo del Delito, el más alto porcentaje de expedientes de delitos no resueltos, es el de Tabasco, con un 88 por ciento; lo que representa el doble de la media nacional.
Conclusión
Las elecciones son la mejor oportunidad que tenemos los ciudadanos para expresar nuestra opinión sobre el desempeño de las autoridades, pero sacar al PRI del gobierno no siempre es suficiente si votamos “porque se vayan” sin fijarnos en a quién estamos dando nuestro voto. Tabasco es el mejor ejemplo hoy de una alternancia fallida, en donde los políticos, en este caso Arturo Núñez Jiménez, expriista postulado por el PRD, no están interesados en cumplir sus ofertas de campaña y van logrando, a base de la ausencia de resultados, un desencanto ciudadano hacia nuestro sistema democrático.
Delincuencia en jauja
En Tabasco, desaparecidas las actividades secundarias que le daban valor agregado a la ganadería, a la producción cacaotera, coprera y de cítricos, la delincuencia es la única industria próspera.
Tan es así que en esa entidad se extorsiona hasta a los secuestradores, que tienen que pagar “derecho de piso” para seguir manteniendo al estado, en uno de los primeros lugares nacionales en la comisión de ese delito.
Para la Asociación Alto al Secuestro AC, que preside Isabel Miranda de Wallace, el estado gobernado por el ex priista Arturo Núñez Jiménez ocupó el séptimo lugar en secuestros en el período diciembre de 2015-marzo 2016, al registrar 358 casos denunciados, una cifra superior a los 335 registrados en Michoacán. Sólo que Tabasco tiene dos millones menos de habitantes.
Para tener una idea de lo que representa el secuestro para los criminales estas tierras hay que ir a Cárdenas, el segundo municipio de importancia económica y poblacional, y el más peligroso de la entidad.
En aquella localidad, el pasado 8 de junio, apareció el cadáver de un ejecutado. Es el octavo asesinato del año, pero esta vez los asesinos dejaron una cartulina en la que plantean un interés “empresarial” en torno a la industria del secuestro, que se encuentra en jauja en la zona donde campea el desempleo a causa de la crisis en Pemex, pero también por la desaparición de actividades productivas y el cierre de las plantas procesadoras de cacao, de copra y hasta de carne y leche en Tabasco.
De acuerdo con el periódico digital El Heroico, los criminales dejaron una cartulina, donde advierten que eso les va a pasar a los secuestradores que no cooperan con ellos. Es decir ya cobran derecho de piso para secuestradores. Lo que faltaba para generar más miedo entre los tabasqueños, que se preguntan ¿dónde está el piloto…?