https://naavagreen.com/wp-includes/fonts/depo-25-bonus-25/

https://beccopizza.com/wp-includes/depo25-bonus25/

https://samouraimma.com/

Slot Qris

Slot Bet 100

viernes 20 septiembre 2024

Teleseries, ¿novela audiovisual?

por Ignacio Herrera Cruz

Elaine Fantham, basada en Horacio, nos explica en Roman Literary Culture: “Los romanos no tomaban la poesía en serio; ellos la veían como entretenimiento ligero, nugae, y aun aquellos que sentían la torpeza o vacuidad de los versos de un amigo, colocarían la cortesía delante de la crítica.”

Lo mismo sucede con las producciones para la televisión, que sufren ante la crítica de las deficiencias que los romanos del tiempo de Augusto le adjudicaban a la poesía: el de simple entretenimiento. Pero las series de televisión evolucionaron, poco a poco rompieron con sus orígenes radiales y se liberaron de la subordinación al cine. Por lo anterior, la forma y el contenido de las series de hace unas décadas nos lucen estáticas y simplistas.

De acuerdo con el autor Steven Jonson en Everything bad is good for you: How today’s popular culture is actually making us smarter, algunas series cada vez más complejas, en conjunto con otros fenómenos culturales, como los videojuegos, obligan a que el espectador común y corriente desarrolle habilidades cognitivas más elaboradas.

La tesis de Jonson es sumamente endeble, en el largo plazo se derrumba. Pero el punto en cuanto a la TV está mejor desarrollado por Jason Mittel en Narrative Complexity in Contemporary American Television1. Mittel aplica a las series de televisión el marco teórico que David Bordwell desarrolló para el cine, en el cual explica cómo el cinematógrafo involucra al espectador mediante la edición de audio y video. Las ideas de Mittel son sugestivas y tienen bases en la comprobación diaria.

Que las series de televisión retan la especifidad del cine y son más abarcadoras y complejas, se puede ver en dos casos. Ambas series son productos originales de la televisión estadounidense de paga, ambas suceden en Miami y en el par escuchamos las reflexiones del protagonista con voz en off.

Espías en bikini
En un tono ligero, tenemos Burn notice, una serie que arrancó sus primeros 12 episodios en junio de 2007. En ella, Michael Westen (Jeffrey Donovan), miembro del sistema de espionaje estadounidense, se encuentra en una misión encubierta al sur de Nigeria, cuando descubre en medio de una transacción que ha sido despedido.

Tras una buena golpiza que hace que se desmaye en un avión, aparece en un hotel en su ciudad natal, Miami; a su lado está su ex novia Fiona (Gabrielle Answar, famosa por haber bailado tango con Al Pacino en Perfume de mujer), una ex miembro del ERI, traficante de armas. Poco a poco se le suman personajes como su madre (Sharon Gless), su hermano y un antiguo espía, vuelto informante del FBI (Bruce Campbell, en un papel muy agradable).

Westen intenta descubrir por qué fue despedido, entretanto usa sus habilidades para ayudar a personas que temen acudir a la policía para que les resuelva sus problemas. Las observaciones irónicas del ex espía, son lo que le dan un tono muy interesante al personaje: “Una mala niñez es el telón de fondo perfecto para un operador encubierto, no confías en nadie, te acostumbras a que te peguen y nunca estás nostálgico”.

Dexter o el arte de matar
A pesar de que la novela de Jeff Lindsay, Darkly dreaming Dexter no es gran literatura, con buenas premisas y funcionalidad tocó el nervio de los lectores de thrillers. En ella, un analista forense de la policía

de Miami, Dexter Morgan, es paralelamente un asesino en serie, que sacia sus instintos criminales matando asesinos que escapan del brazo de la ley.

Lindsey no era original en cuanto al tema, (Philip Kerr de una manera densa y compleja en Una investigación filosófica en el 92, había creado a un asesino en serie, que mata a otros asesinos seriales activos o potenciales pero abreva con soltura la criatura de Thomas Harris, Hannibal Lecter, que desde su debut en Dragón rojo (91) volvió al personaje del asesino serial siniestro y atractivo.

Pero si bien los libros son para el público especializado de thrillers, la serie de televisión a la que dio origen desde octubre de 2006, con una segunda parte en 2007, es televisión de la más alta calidad, a pesar del final de su segunda temporada que le debe mucho a la necesidad de un happy ending. Podríamos agregar a pantalla de excelencia por la forma de volver cada uno de los 24 capítulos parte de un todo, por su estética alucinante y por el control que ejerce el actor principal sobre su rol.

Álvaro Cueva escribió sobre ella en Milenio: “tenemos tres ventajas dramáticas más. Uno: hay buenas tramas secundarias que permiten el involucramiento emocional. Dos: hay un psicópata peor que Dexter que ya lo descubrió, que lo acosa, juega con él y lo reta permanentemente a un duelo de asesinos. Y tres: Dexter está inspirada en una colección de libros súper populares de Estados Unidos (…) Es muy raro y significativo que la televisión vaya a nutrirse a la literatura como lo hace.”

El ambiente que logran los productores de Miami, una ciudad bilingue, si no es que bicultural, es superior a lo hecho en su momento por Miami Vice (Miami, policía especial) o ahora por CSI: Miami. Los personajes, comenzando por Michael C. Hall que interpreta a Morgan, tienen profundidad sicológica. La ciudad se vuelve una parte importante de la narrativa.

Las series de gran calidad no sustituyen la experiencia cinematográfica en una gran pantalla, la complementan. La ventaja de la televisión por sobre una película es que al desarrollarse en un mayor espacio temporal, alcanza el rango de novela audiovisual.

También te puede interesar

betvisa

jeetbuzz

jeetbuzz

jeetbuzz

winbuzz

winbuzz

daman game