Televileaks es un engaño: surge del resentimiento

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La madrugada del lunes 25 de enero de 2010 Salvador Cabañas, entonces delantero del equipo América y considerado astro del futbol, fue herido de bala en el baño del Bar-Bar. El sitio de moda ubicado en Insurgentes al que entonces asistían figuras del espectáculo, el deporte y la comunicación que se mezclaban con el jet-set capitalino. Horas después del atentado, cometido por José Jorge Balderas, el JJ, el sitio fue clausurado por las autoridades capitalinas para iniciar las averiguaciones correspondientes. Hacia mediados de la semana los medios de comunicación, que rápidamente incorporaron el tema a sus agendas, dieron cuenta de la manera en que los empleados del Bar-Bar borraron buena parte de las evidencias del atentado al futbolista paraguayo. También se dio cuenta de que desde ese momento su propietario, Simón Charaf -vinculado a ejecutivos de Televisa por proyectos en común- intentó por todos los medios reabrir el establecimiento y, antes que nada, limpiar su nombre.

Semanas más tarde, Simón Charaf inició una estrategia mediática con diversos fines convergentes: la reapertura del Bar-Bar, acusar a Televisa de ser cómplice de su clausura y, como ya se insistió, limpiar su nombre. Para ello emprendió un roadshow a través de los medios que le dieron entrada, en donde difundió un video que desmentía la versión oficial: la policía capitalina se habría mostrado más interesada en tomar fotos de Cabañas, dejando de lado el inicio de las investigaciones. Adicionalmente, presentó los videos del local que eximía a sus empleados de las imputaciones de las autoridades. Mientras Charaf daba la lucha en este flanco, portales informativos como El Universal en línea y La silla rota mostraron los videos en sentido inverso. Así como entró, Charaf salió de las agendas informativas con excepción de Reforma, que durante muchos meses mantuvo en su portal un banner con dichos en contra de Televisa presuntamente pagado por el empresario.

Paralelamente, Simón Charaf inició la batalla en el ciberespacio. El 30 de marzo de 2010 lanzó el sitio www.laverdadsobreelbarbar.com, en el que presuntamente mostraba los hechos tal como habrían sucedido. Hacia mediados de junio del mismo año este sitio se enlazó a www.televisamiente.com, desde el que Charaf empezó culpando a la empresa de Emilio Azcárraga de estar tras la clausura del Bar-Bar para, paulatinamente, pasar a las acusaciones sobre la actuación del consorcio. Actualmente, ambos sitios direccionan a www.televileaks.com, al que dedicaremos el resto de este espacio.

¿Qué es Televileaks?

No se necesita ser un experto para deducir que Televileaks es un émulo de Wikileaks, el portal lanzado por Julian Assange para proporcionar información “segura y anónima” a la ciudadanía y a los periodistas ubicados en distintos países del mundo sobre asuntos de su interés particular. De hecho, en el inicio así lo señalan: “Televileaks es el Wikileaks de Televisa, y muestra una serie de casos sobre el sucio actuar de Televisa con la complacencia o sometimiento de autoridades” (sic). Tras esta actitud de denuncia subyace una suerte de toma de conciencia por parte de la población sobre el actuar del consorcio y la solicitud de retiro de la concesión. Detrás de este proyecto está la mano de Simón Charaf.

De entrada, Televileaks pone a disposición del visitante 93 casos que documentan las “evidencias del sucio actuar de Televisa”. Nueve de estos casos pertenecen al caso Cabañas y buscarían actualizar los datos generados previamente. Los 84 casos restantes del portal abordan asuntos conocidos a través de los medios de comunicación: la relación Peña Nieto-Televisa, sus vínculos con los productos milagro, el abuso de sus trabajadores mientras graban en las calles de la ciudad, la farsa del talk show Laura, los intereses de Televisa en procesos electorales y, más recientemente, el fraude de Iniciativa México, los vericuetos del encarcelamiento de Laura Cusi -ex esposa del Emilio Azcárraga Milmo- que derivaron en su desistimiento de la demanda entablada contra el heredero del Tigre por la herencia, y la relación entre el Teletón y la situación fiscal del consorcio. El lector interesado podrá ingresar al portal y buscar otros títulos que prometen incrementarse con la participación de los ciudadanos interesados en denunciar el proceder de Televisa.

A primera vista, la propuesta de Televileaks puede sonar sugerente. Tal como se ha descrito su contenido en apartados previos, el lector podría pensar que está frente a casos investigados ex profeso para este espacio y, lo más importante, que aporten a los trabajos generados sobre el funcionamiento de Televisa. Y es ahí donde la propuesta cae por su propio peso. La investigación que sustenta cada uno de los 93 casos consta de recortes de periódicos y revistas escaneados de manera doméstica y escondidos tras una imagen que invita a su revisión. Así, ante los ojos del visitante interesado desfilan investigaciones, reportajes y notas previamente publicadas en El Universal, La Jornada, Reforma y Proceso: los medios más seleccionados. También están presentes periódicos que circulan en ciudades del interior que alimentan casos, como Jalisco y Puebla, entre otros. La información se completa con ligas a videos subidos a YouTube, ya sea por Televileaks o por diversos medios que recurren a esta práctica de manera cotidiana. En otros casos están presentes audios y podcasts de espacios informativos y de debate procedentes de diversas estaciones de radio. La única condición es que todo el material seleccionado vaya en contra de Televisa.

El enunciado que cierra el párrafo previo da pie para algunos señalamientos. Primero, si la información seleccionada, sobre todo la impresa, se ha subido a Televileaks con autorización de los interesados. Es probable que en la mayoría de los casos la respuesta sea afirmativa. Pero los autores de los textos quizá no se han percatado de que sus materiales son sacados de contexto, rebautizados con un nombre más atractivo para el visitante del portal y, a final de cuentas, utilizados como único sustento para una “investigación”. De manera similar se procede con los materiales radiofónicos, que son arbitrariamente cortados: las opiniones ahí vertidas son sacadas de contexto y utilizadas para dar sustento a la denuncia de los casos en cuestión.

Un ejemplo: la renuncia del Miguel Ángel Toscano de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) estuvo relacionada con la batalla que desde hace años se ha librado en contra de los llamados “productos milagro”. Un negocio en el que participan Televisa y Azteca, pero atribuirle a la primera toda la responsabilidad de dicha renuncia da cuenta de la estrategia. Televileaks recurre a la metonimia: figura retórica empleada para ilustrar la totalidad a través de una de sus partes, la más cargada de sentido. Dicho de otra manera, a las televisoras les fue atribuida buena parte de la salida de Toscano, pero no únicamente a Televisa1.

Por otra parte, Televileaks cuenta con un espacio para que sus visitantes expongan sus quejas contra Televisa en 150 caracteres. Hasta el 18 de octubre el portal registraba 2920 comentarios, identificados únicamente por el nombre de quienes los escribieron. Un dato insuficiente para dar cuenta de la veracidad de la información, además de que una sola persona puede escribir varios firmando con diversos nombres. De esos 2950 comentarios el propio portal selecciona “los más relevantes”: los 401 sin faltas de ortografía, mejor redacción y, de ser posible, alabanzas y felicitaciones a los promotores de Televileaks.

Finalmente, Televileaks recomienda siete libros que “evidencian el mal proceder de Televisa”. De nueva cuenta la metonimia: se trata de investigaciones generadas por interesados en el tema que no necesariamente estarían en la línea de la recomendación. Por ejemplo, Los dueños del cuarto poder, de Francisco Vidal Bonifaz, o El Tigre, de Andrew Paxman y Claudia Fernández.

Televileaks también está presente en las redes sociales. La cuenta de Twitter se activó el 9 de febrero de 2010, aunque la mayoría de los 603 twitts se han generado a partir del 5 de febrero de este año. Su contenido: resúmenes de los “casos” como preámbulo para ofrecer la visita. Invitaciones al circulo roj -Jorge Castañeda, Leo Zuckermann, Javier Alatorre y Francisco Zea, entre los más recientes- como vía para estar presentes en la agenda mediática con o sin éxito. Y comentarios de seguidores -3193 a la fecha- en el mismo tenor de los que se ubican en el portal. Para ingresar al perfil de Facebook es necesario que el visitante se registre como si fuera un nuevo usuario de esta red social. Asimismo, Televileaks cuenta con un canal en YouTube, a la fecha han subido únicamente cinco videos, cuatro relacionados con el caso Cabañas. Y a juzgar por las estadísticas, es visitado con muy poca frecuencia: 69 suscriptores, cuatro amigos y cuatro comentarios.

Televileaks: el resentimiento construido a través de la meronimia

La descripción presentada en las páginas anteriores está basada en un recorrido exhaustivo por Televileaks que permite extraer las siguientes conclusiones:

1.Como ya se hizo notar, Televileaks se apoya en la metonimia para intentar persuadir al visitante de que Televisa es culpable de buena parte de los males que aquejan a este país. Pero la metonimia -figura retórica acuñada por Aristóteles para la construcción de discursos verosímiles- es aquí utilizada para la descontextualización y manipulación de materiales previamente generados. Todo sea por la persuasión. En este sentido, es éticamente reprobable el procedimiento empleado por quienes construyen los “casos” que constituyen el plato fuerte de Televileaks, tal como ha quedado demostrado.

2.Televileaks es un espacio de crítica a Televisa que se caracteriza por su chabacanería y por estar fuera de época. Se trata de un tipo de críticas que, tras cuatro décadas de producción, no le han hecho mayor mella. El agravante es, como se dijo en el punto previo, el procedimiento para el trabajo de denuncia. Y, aunque quizá menos importante, cabe añadir que la interfaz del portal es de bajísima calidad. Se diría que está elaborado por principiantes que carecen del mínimo presupuesto para hacer un trabajo de calidad. ¿Hay o no presupuesto, señor Charaf?

3.Finalmente, Televileaks es un espacio construido desde el resentimiento y, en esa medida, no tiene nada que aportar. Se trata de un espacio más entre los muchos que circulan en los medios de comunicación -sobre todo digitales- que invita a la crítica sin fundamento que se olvida al sintonizar el canal de las estrellas. Es posible que Simón Charaf tenga elementos suficientes como para cuestionar la actuación de los ejecutivos del consorcio; también es posible que le asista la razón empresarial. Pero esto no es suficiente para recurrir a la manipulación de la información y a la crítica barata para desprestigiar al enemigo. En todo caso, señor Charaf, utilice las mismas armas que empleó para asociarse con Televisa, armas que seguramente le generaron ganancias. Ése es su terreno y no la información descontextualizada que contribuye a la desinformación y se aleja de la contribución al debate en la materia

Notas

1 Véase por ejemplo la referencia http://www.televileaks.com/ indexCasos2.php: fragmento del espacio radiofónico de Carmen Aristegui, cuya fecha se omite. Se selecciona un fragmento de tres minutos en el que la conductora dialoga con Sergio Aguayo sobre los grupos de poder en México, ilustrando con el papel que tendrían las televisoras en la renuncia de Toscano. Dicho de otra manera el tema de la conversación era “los grupos de poder”, del que fue seleccionado un fragmento que fue subtitulado como “Miguel Ángel Toscano renuncia a Cofepris por no permitir que Televisa engañe a consumidores de ‘productos milagro'”. El fragmento completo está en YouTube, de donde fue bajado y convenientemente recortado.

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