El periodismo resulta lastimado cuando:
• Un youtuber y locutor de radio llamado Arturo Hernández, cabeza visible del colectivo llamado Los Supercívicos, sube un video a las redes sociales donde graba a una camioneta gris indebidamente estacionada en el carril de extrema derecha de Avenida Universidad, afuera de las instalaciones de Radio Fórmula. Sugiere que el vehículo es de los escoltas de Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN al Gobierno de Estado de México, quien en el momento de la grabación concedía una entrevista en ese grupo radiofónico. No entrevista al conductor que está en dicho vehículo ni aporta ningún elemento de prueba para acreditar su hipótesis ni averigua de quién son los otros vehículos que están detrás de la camioneta gris cometiendo exactamente la misma infracción, pero eso sí, suelta un discurso lleno de muletillas sobre qué pueden esperar los ciudadanos de alguien que no respeta el reglamento de tránsito y contribuye a generar contaminación, etcétera. Como es de esperarse, encuentra eco inmediato en la prensa con una militancia contraria a la de Vázquez Mota y medios como Sin Embargo, Aristegui Noticias y El Universal le compran su historia inclusa con el mismo objetivo que él tuvo al difundirla: darle un trancazo a la aspirante panista.
• John Ackerman sigue sin entender lo que significa la diferencia de opiniones y se lanza contra la “cerrazón” de su compañero Javier Sicilia, quien en su más reciente texto para Proceso cuestiona a esos adherentes de Morena que actúan como la Santa Inquisición hacia quien se atreva a criticar a López Obrador, de quien dice: “es arrogante, reduccionista de la vida política, ajeno a la empatía, ávido de poder y, en consecuencia, pragmático hasta la desmesura, reproduce en muchas de sus acciones los mismos vicios de "la mafia en el poder". Por lo visto, a Ackerman el saco le quedó como hecho sobre medida.
• La caricatura de diario en que se ha convertido el Uno más uno, que divaga entre ser gacetilla y un tabloide de nota roja, publica a ocho columnas: “¡Arrasará Edomex!” con el balazo “Del Mazo Maza” encima y atiborra toda la primera plana de fotos de la toma de protesta del candidato priista. Es decir, no sólo promueve grotescamente al abanderado del tricolor sino que le pronostica una victoria aplastante, con más base en su propio deseo que un análisis del panorama electoral mexiquense.
• Álvaro Delgado y Jenaro Villamil le dan retuit y Proceso le dedica una extensa nota a las declaraciones del exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quien dice que el “borracho y mentiroso” de Felipe Calderón “cometió fraude contra López Obrador y usurpó la Presidencia en el 2006”. Tronantes palabras que se enmarcan en el pleito de lavadero entre un ex gobernador y un ex presidente que siempre se odiaron. Un día antes, Calderón dijo que Moreira había protegido a Los Zetas durante su gestión. ¿Desde cuándo Proceso y sus periodistas creen ciegamente en las palabras de Humberto Moreira?
• Denise Dresser se escandaliza y celebra las “excelentes críticas” que se hacen al periódico El Universal por usar su primera plana para “golpear” al gobernador de Chihuahua, Javier Corral, cuando este diario difundió que el mandatario estaba en un club de golf durante el puente, mientras en la entidad que gobierna tenía lugar una ola de violencia. Pero cuando este mismo rotativo publica que se investiga a la familia de Josefina Vázquez Mota por presunto lavado dinero, entonces sí les compra la historia y corre la voz. ¿Entonces se le cree a El Universal, sí o no?
Cuando los compromisos políticos y partidistas se imponen, no hay periodismo, sino una descarada propaganda o anti-propaganda, según sea el caso.